¿Pizza sana? Sí, es posible hacer uno de los platos favoritos de los más y las más pequeñas (y los más y las más mayores) e incorporar ingredientes sanos y de calidad. Lee atento, ¡dentro receta!
Para elaborar esta pizza de manera cómoda y sencilla, puedes comprar una masa refrigerada, de manera que puedas ahorrarte el tiempo de amasado y cocinado de la misma. Primero, precalienta el horno mientras preparas el resto de los ingredientes y, sobre la bandeja del mismo, pon papel aluminio, extiende un poco de aceite (una cuchara sopera bastará) y espolvorea una pizca de harina para evitar que la masa se quede pegada.
Extiende la masa fresca al máximo, de manera que quede lo más fina posible y sobre ella distribuye la salsa de tomate. A continuación reparte la mozzarella de manera uniforme.
Por otro lado, lamina la berenjena en rodajas, puedes hacerlas tan gruesas como quieras, pero cuanto más finas sean, más ligera será la pizza. Reparte la berenjena sobre la pizza y con ayuda de una cuchara extiende un poco de miel sobre cada una de las rodajas.
Por último, distribuye unas láminas de queso parmesano y un poco de orégano. Introduce en el horno 10-15 minutos a 240º y una vez esté dorada al gusto, saca y añade un chorrito de sirope de Módena por toda la pizza.
Y ya está, así de fácil. ¡Bon appétit!
Ingredientes
- Masa para pizza refrigerada (260 g)
- Salsa de tomate frito al gusto (150 g)
- 200 g Queso Mozzarella (rallado)
- 1/2 Berenjena
- Miel
- Queso Parmesano en láminas (50 g)
- Sirope de módena
- Orégano