La actividad con personas solicitantes de protección internacional de la Asamblea de Galapagar-Colmenarejo dio comienzo en 2016. Patricia Cejudo, que se incorporó a Cruz Roja en abril de 2017, nos habla en profundidad de este Programa.
El equipo está integrado por personal técnico (mediadora social, psicóloga, abogada, técnica de empleo, administrativo y trabajadora social) y personal voluntario, que imparte clases de español, talleres, actividades de ocio y tiempo libre, acompañamientos y apoyo al resto del equipo en múltiples funciones. Además de Patricia, actualmente María González, mediadora social, también es referente del Programa.
“La actividad que desarrollamos se enmarca dentro del Sistema de Acogida de Protección Internacional establecido por el Ministerio de Inclusión Seguridad social y migraciones”, nos comenta Patricia. “Las personas son alojadas en nuestro Centro de Acogida Temporal de Torrelodones y nuestra labor consiste principalmente en ayudarles a desarrollar habilidades que faciliten su integración en nuestro país.”
Patricia señala que, para ello, llevamos a cabo asesoramiento sobre trámites y gestiones básicas, acompañamiento en la realización de los mismos, les ayudamos a que conozcan el funcionamiento del municipio y la provincia (sistema sanitario, centros educativos, transporte público, moneda, etc.), aprendizaje del idioma, búsqueda de empleo y, finalmente, vivienda. “El acompañamiento es personalizado y las personas participantes tienen un equipo que les apoya desde diferentes áreas, de manera que sea lo más integral posible. Siempre estamos en coordinación con el resto de proyectos que se llevan a cabo en la Asamblea, para casos en los que se detectan necesidades más específicas”, destaca Patricia.
Por lo que se refiere a los recursos, contamos con tres viviendas con capacidad para dieciséis personas, en las que se encuentran alojadas las personas participantes durante un tiempo predeterminado, nos detalla Patricia. Por otro lado, los espacios de nuestra Asamblea nos facilitan llevar las actividades de formación, talleres, sensibilización y seguimiento periódico individualizado de las personas.
Cualquier actuación es importante en nuestra actividad y tiene un gran valor para cada una de las personas a quienes acompañamos en su proceso de integración, pero Patricia destaca que “son clave la cercanía a las personas, la posibilidad de dedicarles el tiempo necesario para mejorar su situación y que consigan sus objetivos, así como la cooperación entre profesionales de diferentes disciplinas y personal voluntario y, en general, la gran motivación de las personas.”
Hay que subrayar que cada vez es mayor número de personas que consiguen su inserción sociolaboral durante su estancia en las viviendas, así como el aprendizaje del idioma, gracias a la excelente labor del equipo de voluntariado que está en el proyecto. “Hasta el momento unas 200 se han beneficiado de nuestra actividad”, señala Patricia.
Por lo que se refiere a las metas y retos del Programa, “nuestro objetivo siempre va a ser estar por y para cada una de las personas que acompañamos. Ellas son y serán nuestro objetivo, así como intentar hacer posible que tengan a su alcance
conocimientos y posibilidades que les permitan mejorar su calidad de vida e iniciar una nueva vida en nuestro país. El aumento de personas que solicitan protección internacional y temporal es el principal reto al que nos enfrentamos. “
A la pregunta de qué le motivó a nivel personal para embarcarse en este proyecto y qué parte de su aportación le parece más atractiva, Patricia nos comenta: “si te soy sincera cuando empecé en Cruz Roja y, concretamente en este programa, sólo tenía claro que quería ayudar a las personas que lo necesitasen, fuera cual fuese su necesidad, siempre que mi experiencia y conocimientos me lo permitiesen.”
“A día de hoy, y tras varios años de aprendizaje continuo, puedo decir que el programa de personas refugiadas ha sido una gran oportunidad para conocer la realidad de personas de diferentes nacionalidades muy de cerca. Sus necesidades y preocupaciones, sus aspiraciones y la capacidad de superación y de afrontar obstáculos son un ejemplo de vida. Escuchar y comprender todo esto, sin enjuiciar sino desde un punto de vista objetivo y transparente, son quizás las aportaciones que procuro que no me falten en mi día a día”.
Por último, Patricia comenta que “lo más complejo de asimilar es cuando en ciertas ocasiones, a pesar del esfuerzo realizado por nuestra parte, así como por parte de las personas, hay situaciones en las que no se consiguen algunos objetivos o no se consiguen en el plazo esperado. Sin embargo, centrarme en disfrutar de los momentos compartidos durante el proceso, me ayuda a continuar perseverando.”