En el día de ayer nos ha tocado despedirnos de una persona muy querida en la casa como es Victoria Pacheco, que comenzó su relación con la entidad con solo 14 años y el pasado 28 de febrero vivió su último día como personal laboral.
Ha sido voluntaria, ha pasado por infinidad de asambleas y ha terminado su relación laboral con Cruz Roja en el Centro de Mayores de Infanta Mercedes donde, como ella dice, «seguramente volverá como voluntaria». Desde Zona CREO hemos querido hablar con ella en su último día para que nos cuente cómo ha sido su trayectoria dentro de lo que ella considera su casa, cómo fue su último día y qué siente por haber pertenecido tantos años a Cruz Roja.
Cuéntanos tu trayectoria en Cruz Roja
Mi trayectoria en Cruz Roja comienza a los 14 años. Yo vivo en Pinto, y en aquella época Cruz Roja era militar. A mí me gustaba la sanidad y el poder ayudar a los demás, asique comencé con 14 años como voluntaria en la Unidad Especial Femenina. Éramos chicas voluntarias que atendíamos los accidentes de tráfico con la ambulancia junto a los militares y voluntarios que se estaban formando para hacer la mili en Cruz Roja. A raíz de eso, estuve muchos años como voluntaria. Cuando se formó Cruz Roja Juventud en Pinto también me uní a ella. En el año 1988 me casé y estuve un año sin hacer voluntariado, pero a los tres años falleció mi marido volví a la entidad.
Más tarde, me nombraron Vicepresidenta de la asamblea de Pinto y en una de las reuniones en Madrid me reuní con Carlos Payá, quien era Presidente de Cruz Roja en la Comunidad de Madrid; Joaquín Morte, Vicepresidente; y Fermín Rodríguez, Jefe de Personal. En esa reunión, me preguntaron por mi situación y al enterarse de que era viuda y que estaba en el paro a consecuencia de la excedencia que pedí para cuidar de mi marido, me propusieron trabajar en Cruz Roja. Así me presenté a unas plazas que salieron de administrativo en Cruz Roja Madrid y mi primer puesto como trabajadora fue en la calle Pozas, en el departamento de contabilidad, en el año 1996. En esa época estaba Antonio Cantón, quien tenía la idea de ayudar a las distintas asambleas locales a hacer la contabilidad, asique empecé a ir por las asambleas haciendo auditorias y ayudándolas con la contabilidad. En el año 1999 me quedé embarazada y se me acabó el contrato en diciembre, pero volví a trabajar tras la baja maternal.
Me incorporé a Federico Rubio, en el departamento de contabilidad, donde estuve un par de años como administrativa haciendo funciones como declaraciones, caja, etc. De aquí pasé a Casa de Campo, también como administrativa; después estuve como Presidenta en funciones en Valdemorillo por un problema en la asamblea y, tras esto, me destinaron como trabajadora administrativa a Pinto. De Pinto pasé a Fuenlabrada, después a Rafael Fernández Hijicos, después a Sierra Carbonera, ambas de la zona sur de local Madrid, y, por último, al Centro de Mayores de Infanta Mercedes, donde he estado como administrativo recepcionista.
¿Qué te ha enseñado estar en esta casa?
Siempre he llamado “casa” a Cruz Roja porque la considero una gran familia. Se podría decir que Cruz Roja fue mi salvamento, porque cuando me quedé viuda y sin trabajo fui capaz de remontar gracias a los/as amigos/as que tenía como voluntaria, y después me dieron la oportunidad de volver a trabajar. He tenido momentos buenos y malos, como en todas las familias. He conocido a gente extraordinaria y he aprendido mucho en la entidad, tanto de lo bueno como de lo malo. Cruz Roja es mi vida.
«Me he encariñado mucho con los/as mayores de Infanta Mercedes, me han enseñado mucho tanto ellos como mis compañeros/as»
El pasado 28 de febrero fue tu último día en la entidad después de tantos años. ¿En qué pensaste?
Fue un cumulo de contradicciones. Por un lado, estaba muy alegre por poder dedicarme más tiempo a mí misma, pero por otro lado estaba triste, porque se me va media vida. Jamás pensé que terminaría trabajando con personas mayores. Además, por circunstancias personales, cuando me cambiaron al Centro de Mayores de Infanta Mercedes acababa de perder a mi madre, por lo que para mí fue un reto. Me he encariñado mucho de ellos/as, me han enseñado mucho tanto ellos como mis compañeros/as. Sentía tanto alegría como tristeza.
¿Qué y a quién te gustaría agradecer en esta despedida?
Yo estoy muy contenta porque jamás podré decir que he tenido un jefe malo, todo lo contrario. He aprendido mucho de todos ellos, fueran como fuesen. Para mí, es muy importante agradecer a todo el mundo. Personas muy importantes para mi fueron, entre muchos otros, Esperanza Jiménez, Joaquín Morte, Don Carlos Payá, Antonio Díaz Rubín, Virginia, Marga… A todos les he tenido mucho cariño. Si hablamos de compañeros/as no podría acabar; yo he vivido momentos personales muy malos y siempre les he tenido ahí. Yo he tenido jefes y compañeros/as que han sido más que compañeros/as de trabajo.
«He vivido momentos personales muy malos y siempre he tenido a mis compañeros/as ahí»
¿Qué significa para ti pertenecer a Cruz Roja?
Para mí es muy importante. Yo no me despido, yo amenazo con volver. Tengo muchos/as compañeros/as en Carbonera o en Pinto que sé que estarían muy contentos si volviese, pero posiblemente vuelva a Infanta Mercedes. Creo que terminaré haciendo voluntariado allí, es imposible no encariñarte de las personas mayores. Ahora están en reformas, hay muchos recortes, yo también tengo que darme un descanso, pero posiblemente vuelva.
Aquí os dejamos la emotiva carta que Victoria ha querido hacer llegar a todos los que fueron sus compañeros y compañeras durante su larga estancia en Cruz Roja. ¡Mucha suerte en tu nueva etapa!
«Ahora sí que sí, llego la hora que parecía que nunca iba a llegar. El día 28 de este mes acabo mi relación laboral con esta casa, y digo casa porque para mí somos una gran familia con sus buenos y sus malos momentos.
Dar las gracias a todas aquellas personas que, tanto en mi trayectoria laboral como la anterior como voluntaria, han estado a mi lado, para los buenos y los malos ratos. Porque de todo se aprende.
Agradecer la paciencia que han tenido mis compañer@s y jefes, que han sido mucha, a lo largo de esta trayectoria tan larga conmigo. Deciros que a casi tod@s os llevo en un rinconcito de mi corazón.
Y que, como esta «casa» está en todas partes, seguramente que nos veremos por algún sitio.
Besos y abrazos para tod@s y hasta siempre.«
Victoria, enhorabuena por llegar a donde has llegado.
Si vives en Pinto pasa por la asamblea que queremos conocerte y tenerte cerca.
Un abrazo