Un mes y medio después de la DANA que sacudió el este de la península, el trabajo de Cruz Roja en las zonas afectadas continúa. Hoy hemos querido conocer más de cerca de la labor que hay detrás de todo lo que vemos en materia de limpieza de y desescombro, entrega de bienes, alimentos, y materiales diferentes para la población afectada. Eso que no se ve son todos los procedimientos e instrucciones organizativas que hacen de la gestión una de las pautas esenciales en la respuesta que ofrecemos en este tipo de catástrofes.
Para ello hemos hablado con Javi, Nacho, Lidia y Nacho, en representación del equipo del área de Socorros de Cruz Roja en la Comunidad de Madrid, que hace tan solo unos días se desplazaron a Valencia para ofrecer apoyo en labores de gestión durante una semana.
Con más de una década de experiencia en el ámbito de las emergencias, Javier Guede, coordinador de Transporte Sanitario Urgente y de los Equipos de Respuesta Inmediata de Emergencias de Cruz Roja, lidera un equipo multidisciplinar en el Puesto de Mando Avanzado desplegado en Valencia tras el impacto de la DANA. Junto a él, Carlos Reviejo, técnico de almacén de Socorros; Nacho García, técnico de Socorros y de almacén logístico con una trayectoria de 19 años en la organización; y Lidia Medina, técnica de Servicios Preventivos, comparten cómo fue coordinar una operación de gran envergadura, que involucró la colaboración de distintos territorios, y enfrentarse a las complejidades de una catástrofe de estas características.
Habéis acudido a Valencia en labores de gestión, ¿Cómo se gestó esto?
Javi.- Desde el comienzo de la DANA se montó el Puesto de Mando Avanzado en la base de Cruz Roja en Pinedo, la de salvamento marítimo. Allí desplazamos el puesto de mando portátil que tenemos aquí en la Comunidad de Madrid, y se desplegó allí. Desde entonces han estado diferentes territorios dando apoyo al personal valenciano y a Oficina Central para la gestión de la jefatura de operaciones. Aproximadamente cada semana, se producía el relevo entre territorios. A través de la Unidad de Emergencias de Oficina Central se solicitó a la dirección del área montar desde Madrid la célula de operaciones.
¿Qué función tiene el Puesto de Mando Avanzado?
Javi.- Gestionar y coordinar todo el ejercicio, desde recursos humanos, recursos materiales, vehículos, hasta incidencias, todo lo que conlleva la emergencia pura y dura.
¿Cuántas personas habéis ido?, ¿Cuál era la estructura del Puesto de Mando?
Javi.- Nosotros cuatro, Víctor, Coordinador de Socorros de la asamblea local de Madrid, y dos personas voluntarias del ERIE de Comunicaciones.
El puesto de mando tenía una jefatura de operaciones, que en este caso la asumía yo, que coordinaba el dispositivo al completo y supervisaba el trabajo del personal, unas 300 personas en total. Nacho era el adjunto a la jefatura de operaciones y me daba apoyo a mí en la gestión de la jefatura. Luego se encontraba la parte de Carlos, que estaba encargado de recoger las misiones y derivarlas a los diferentes puestos.
Había también un puesto sanitario, que lo llevaba un compañero de Barcelona y un puesto psicosocial que lo llevaban compañeras de los Equipos de Respuesta de Emergencias Internacionales.
Y luego la parte de logística y flota, que lo llevaban estos dos compañeros voluntarios de Madrid que vinieron con nosotros.
Por otra parte, Lidia era la supervisora de la sala, hacía el seguimiento de las misiones, viendo lo que faltaba de cada una y supervisando la gestión.
Teníamos también un enlace con Cruz Roja Valencia, que en este caso era el director provincial de Valencia, que se encontraba con nosotros en el puesto de mando y estaba también el responsable provincial de Socorros y Emergencias. Entre los dos nos daban el apoyo directo y eran nuestros enlaces con las asambleas locales. Cuando entraba una petición pequeñita y la podían asumir las asambleas, se la derivábamos.
Por último, existía una figura que era el nexo de unión con el CECOPI, donde se encontraba el puesto de mando a nivel Comunidad Valenciana, con el resto de organismos de la emergencia.
Nacho.- La estructura de gestión se asemejaba mucho a la estructura que se sigue dentro de los planes de emergencia. Existían tres niveles de atención de la emergencia dentro de la estructura: Nivel uno eran los avisos más básicos y era la estructura local de Cruz Roja Valencia la encargada de atenderlos.
Los encargados del nivel dos sería la estructura provincial de Cruz Roja de Valencia. Ellos/as seguían haciendo atenciones a pie de calle de los usuarios/as que tuvieran previamente y de la población afectada por la DANA.
Finalmente, el nivel tres. En estos casos era la estructura nacional, nosotros, la que daba soporte a la Comunidad Valenciana en la realización y gestión de ciertas misiones. Se gestionaban limpiezas, equipos de búsqueda, entregas de bienes, gestiones de almacenes, de donaciones…
Eran importantes esos nexos de unión para enlazar los niveles y hacer una respuesta coordinada.
«El grueso de nuestras misiones era lo que catalogamos como entrega de bienes: deshumidificadores por la humedad que había, calefactores para secar paredes o colchones»
¿Cuáles eran las misiones que más se repetían, las más demandadas durante vuestro desplazamiento?
Carlos.- Las que catalogamos como entrega de bienes: deshumidificadores por la humedad que había, calefactores para secar paredes o colchones. Este tipo de cosas que ya no son alimentos. Ese era el grueso de nuestras misiones.
Luego en menos volumen, las de apoyo psicosocial, las de traslado y limpieza, pero sobre todo entrega de bienes.
¿Cómo fue, a nivel organizativo, el momento de llegar?
Javi.- El primer día de llegada fue de traspaso. Cuando llegamos recibimos muchísima información de cómo estaba todo montado por parte de Alicante, que era el equipo que estaba asumiendo el puesto de mando y quienes nos hicieron el traspaso. Después de tres semanas no íbamos con idea de cambiar nada, queríamos trabajar de la misma manera que estaba hasta ese momento. Lo que sí que pudimos implantar fueron algunas mejoras de gestión interna.
¿Cómo habéis llevado el trabajo en equipo entre vosotros/as?
Lydia.- A nivel de trabajar en equipo lo hemos llevado bien porque hemos tenido la suerte de que nos conocemos trabajando en el día a día y que nuestro día a día, no voy a decir que es como una emergencia continua, pero el nivel de intensidad aquí es siempre bastante grande.
Javier.- Sí, tuvimos la suerte de que íbamos el equipo al completo. Si hubiéramos ido cada uno de un territorio distinto, con gente con lo que no has trabajado nunca, yo creo que habría sido más complicado.
Los otros equipos nos han facilitado bastante la tarea, tenían una gran predisposición, siempre agradecidos y nosotros agradecidos a ellos
¿Cómo ha sido coordinar a otros equipos?
Carlos.- Nos han facilitado bastante la tarea, ya que tenían una gran predisposición, siempre agradecidos y nosotros agradecidos a ellos.
Javier.- También hemos tenido que gestionar la frustración en algunos equipos. Eso ha sido de lo más complicado, gestionar esa frustración.
Lidia.- Había también un poco de gestión de egos. Al final llegaban voluntarios/as de equipos muy especializados que en sus territorios están acostumbrados a trabajar de una forma que a lo mejor no coinciden con la forma de trabajar de otros territorios.
¿Cómo se compara esta emergencia con otras que hemos vivido en Comunidad de Madrid?
Nacho.- La magnitud de esta emergencia no la he vivido en ningún otro territorio. Momento. Estamos hablando de devastación total en muchas poblaciones diferentes y con mucha población afectada.
Javier.- La emergencia es muy distinta a cualquier otra. Las emergencias en España normalmente son 24 o 48 horas y 72 ya es una barbaridad. Aquí llegamos el día 21, empezamos a trabajar el día 22 de la emergencia, entonces realmente está catalogado como catástrofe.
¿Cuál es la situación de la Cruz Roja local?
Nacho.- De siete asambleas de la zona, tres ahora mismo están catalogadas para su derrumbe y otras cuatro están totalmente anegadas por el barro. Incluso su centro logístico de emergencias, que estaba situado junto al barranco del Poyo, se quedó sin material a causa de la riada, por lo que estaban sin material en la provincia de Valencia, y tuvo que venir de provincias colindantes.
Se critica que no estuvimos desde el primer momento pero es que el propio personal voluntario de la institución también se había visto afectado por la riada, no dejan de ser vecinos de esas poblaciones.
¿Destacaríais alguna misión realizada?
Javier.- Para mí una de las más importantes que hicimos fue limpiar nuestra propia institución, porque teníamos asambleas locales devastadas y el personal no daba abasto. Lanzamos gente y limpiamos asambleas locales. También preparamos el centro logístico de Picaña para que pudieran entrar las empresas privadas y poder recuperar ese centro lo antes posible. También para poder empezar a meter allí más materiales, porque teníamos los materiales que se estaban comprando o las donaciones en almacenes externos.
Necesitábamos recuperar las instalaciones de Cruz Roja para poder seguir ayudando allí.
Lo más duro es salir y ver la magnitud del destrozo, a pesar de haber pasado 22 días
¿Qué ha sido lo más bonito y lo más difícil de esta semana que habéis estado?
Lidia.- Para mí lo mejor y lo más fácil, trabajar con el equipo. Lo más complicado ha sido gestionar con la gente de allí, con gente que ha sufrido todas esas pérdidas, tanto personales como materiales. Que una de esas personas que está pidiendo ayuda te cuente su historia, es difícil de gestionar.
Carlos.- Yo estoy agradecido por haber tenido la oportunidad de ser parte de la gestión de esa emergencia, para mí será un recuerdo para toda la vida. Fue una experiencia gratificante en el sentido que vi que lo que yo hacía, mi labor en el puesto de mando, llegaba a las personas que lo necesitaban. Alguna vez incluso, una vez que se hacía la solicitud, te volvían a llamar para darte las gracias, emocionadas.
Javier.- Para mí lo más bonito es lo orgulloso que estoy del equipo que ha habido allí. El resto de personal que ha estado con nosotros en el puesto de mando de otros territorios y el personal voluntario que ha estado allí durante todos estos días con nosotros, que ha hecho una labor impresionante. Han hecho todo lo que podían y, si no han hecho más, es porque no se les ha dejado, porque era peligroso.
Lo más duro y lo más complicado han sido los testimonios de los/as afectados/as. También las salidas que hemos hecho y las cosas que hemos visto. Una cosa es verlo en la televisión, pero hasta que no lo ves con tus ojos y ves realmente lo que hay, no sabes lo que es.
Nacho.- La parte positiva ha sido el trabajo como equipo que hemos hecho, yo creo que nos hemos ido todos con la sensación de que a nivel de organización interna se lo hemos dejado muy bien planteado a los siguientes.
La peor parte es cuando sales y ves toda la magnitud del destrozo a pesar de haber pasado 22 días, y ves lo que falta por recuperar.
También a nivel personal, al final estás ocho días fuera, y, con la familia y demás, se te hace algo más complicado.
Ahora toca empezar a intentar recuperar la normalidad de alguna manera y que las personas puedan empezar a tener su vida otra vez
Por último, ¿Qué queda por hacer?
Javier.- Ahora toca empezar a intentar recuperar la normalidad de alguna manera y que las personas puedan empezar a tener su vida otra vez.
Poco a poco a nivel autonómico y provincial según recuperen capacidades, podrán hacerse cargo de la situación pero si es necesario, siempre tendrán el apoyo de los demás territorios.
Cruz Roja Española ha montado un plan a 36 meses. Ya se ha empezado esta semana con la entrega de tarjeta monedero pero queda muchísimo trabajo psicosocial que realizar, además del tema de entrega de bienes a las personas.