La semana pasada, tuvimos una visita muy especial en CRE Madrid. Moisés Benítez es Director Nacional de Voluntariado de Cruz Roja Española, estuvo con nosotras y nosotros para hablarnos sobre ciertos temas de interés para el voluntariado. Aprovechando su visita, pudimos hacer una entrevista a este jienense que lleva más de 10 años en CRE.
¿Cómo un licenciado en Filosofía y Letras acaba siendo, tras 10 años en CRE Andalucía, Director Nacional de Voluntariado en Cruz Roja?
Pues la verdad es que jamás me imaginé que iba a producirse este cambio en mi trayectoria profesional. Primero, porque vengo del ámbito local en Andújar, un pueblo de Jaén. Allí empecé trabajando en el campo de la inmigración, que es donde he desarrollado gran parte de mi trabajo, y los últimos diez años en el área de voluntariado y desarrollo de la red territorial.
En un momento dado se presentó este puesto como una oportunidad, ya que el anterior Director pasó a otro departamento y ese momento coincidió también, con un buen momento personal que me permitió reunir las circunstancias necesarias para poder hacer este cambio. Cambio que acepté con muchas ganas e ilusión.
Tenía muchas ganas de introducir algunas innovaciones e ideas que fui recopilando durante mi experiencia en la red local en Andalucía y de todo lo que mis compañeros y compañeras han ido comentándome durante estos años. Y es que había muchas cosas que creíamos que podían ponerse en marcha. El gran equipo que hay esta casa, tanto remunerado como voluntario, ha hecho que todo haya sido un poco más fácil.
¿Qué es lo más bonito, y qué es lo más difícil de un puesto de responsabilidad como el tuyo?
Lo más difícil ha sido perder el contacto directo con las personas voluntarias. Es algo que mis compañeros y compañeras me explicaron que pasaría pero es que yo, por mi trabajo en Andalucía, estaba muy acostumbrado al trato con el voluntariado, ya que aunque tenía un puesto autonómico trabajábamos desde las Asambleas.
En ese cambiar de Asamblea Local a Oficina de Gestión me ha hecho perder el contacto con las personas voluntarias y para mí, sin duda, ha sido lo más complicado, porque era lo que antes me daba aire fresco y esa ‘motivación extra’.
Lo más bonito es que, a pesar de que solo llevo año y medio en el cargo, se empiezan a ver que florecen cosas. Cuando ves que las propuestas e iniciativas que impulsas se trasforman en algo real y con ellas, ayudas a tus compañeros y compañeras, te sientes muy satisfecho. Y es que creo que desde la Dirección Nacional de Voluntariado se pueden hacer muchas cosas que realmente pueden solucionar y facilitar la acción para los equipos.
Nos encontramos en un momento de cambio, ya que estamos actualizando el sistema de gestión, incorporando variaciones a las dinámicas de trabajo que llevan muchos años instalada. Todo ello da vértigo. Pero, repito, cuando ves que las cosas funcionan es una satisfacción que no tiene precio.
Como comentas, estamos en un momento de cambios. A nivel nacional, en cuanto a la estrategia de voluntariado, ¿en qué punto exacto nos encontramos?
Lo más inmediato es que estamos a la espera de que se celebre la Asamblea General que decidirá el rumbo de la organización durante los próximos cuatro años.
Lo que sí puedo decir es que durante el último año y medio el plan estratégico que estamos siguiendo es el de abrir la organización en términos de voluntariado y flexibilizar el voluntariado, hacer que sea más fácil y flexible.
En 3-4 años el 40% de la fuerza productiva vendrá dada por la llamada generación ‘millennial’, es decir, aquellas personas que cumplieron 18 años a partir del año 2000. Esta generación ha vivido la digitalización de las relaciones, el ‘gran cambio’ que la tecnología ha supuesto en la forma de relacionarnos, comportarnos y participar, no solo en voluntariado, sino en toda la sociedad. Por todo ello no podemos esperar a cambiar nuestras dinámicas. Debemos provocar los cambios que tienen que ver con esta nueva forma de relación y precisamente, en ese momento nos encontramos.
Debido a ello estamos intentando actualizar la estrategia de voluntariado, realizando una participación mucho más orientada a la persona. Y es que cada vez más, las personas nos demandan poder aportar en su voluntariado sus ideas, sus propuestas y aquello que realmente quieran aportar. Ya no se trata tanto de encajar a los voluntarios en distintos proyectos ‘prefabricados’ sino de que sean ellos los que tomen un poco esas ‘riendas’.
Es esencial ahora mismo realizar esta apertura en la relación con el voluntariado.
¿Cuál es esa fórmula que tiene CR para que sean las personas voluntarias el verdadero eje y motor de la organización?
Cruz Roja nace del voluntariado, y este es, además, uno de sus Principios Fundamentales. De ahí comienza todo.
«Cruz Roja es una organización de voluntariado y nuestra labor es la de facilitar esa acción, hacer que la gente pueda desarrollar su solidaridad de una manera sencilla.»
Nuestro voluntariado es muy diverso pero al final, tienen una cosa en común: son personas normales, personas solidarias, ayudando a otras personas. Lo que hacemos es procurar que sean, además, personas formadas que puedan ayudar a otras. Y que todo ello se realice con cierta organización. Es decir, provocar un sistema de trabajo, teniendo siempre en cuenta el marco legal, y facilitando la acción de voluntaria de todas las personas que así lo deseen.
Creo que el secreto pasa por eso y por una organización dirigida por Órganos de Gobierno formados por personas voluntarias, que son quienes marcan, en definitiva, el sentido y objetivo de la organización.
CRE Madrid tiene un equipo formado por más de 12.500 personas voluntarias, una de los más extensos a nivel nacional, pero, ¿cómo nos ve el Director Nacional de Voluntariado?
Madrid tiene un equipo, tanto de personal técnico como de voluntariado, espectacular. Además tiene una red que funciona absolutamente bien, algo nada sencillo debido a su gran tamaño.
Pero es que además es un territorio muy diverso, con pequeñas y grandes urbes, con Asambleas alejadas y muy cercanas al centro. Es un contexto en el que cabe casi cualquier cosa y por eso hay muy pocas actividades que se lleven a cabo en CR Española pero no en CRE Madrid.
Es también muy destacable que esta Comunidad tiene un nivel de coordinación increíble. Ha puesto en marcha unos mecanismos de coordinación muy innovadores y efectivos, tanto en su estructura de trabajo como en la territorial, y eso hace que Madrid siempre salga en el ‘TOP-TEN’ de todos los ranking de resultados o rendimiento.