Los alumnos del Máster en Didáctica del Español como Lengua Extranjera de la Universidad de Nebrija organizaron junto a su profesora y la coordinadora de la Cátedra, un taller de español para las personas residentes del Centro de Acogida Temporal (CAT) San Blas, centro integrado en la Red de Servicios Sociales Municipales del Ayuntamiento de Madrid dentro de los dispositivos de acogida del Plan de Convivencia Social e Intercultural. El área de RSC de Cruz Roja en la Comunidad de Madrid estuvo presente apoyando la actividad junto a las residentes en el centro.
El objetivo de esta actividad era promover la práctica de la lengua española y el desarrollo de la competencia intercultural necesaria para favorecer su integración en la vida cotidiana. Para ello, los alumnos construyeron cinco rincones relacionados con la vida en la ciudad para enseñar el vocabulario y expresiones en español más utilizadas en cada ocasión. Así mismo, el aula se dividió en cinco áreas o «rincones», una destinada para las compras de ropa o zapatos, otra para la compra de comida, una dirigida a los deportes, otra para cuestiones médicas y una última para ubicarse en la ciudad.
Todas las personas que hicieron el taller estuvieron muy participativos en las actividades y demostraron sus ganas de aprender castellano para acceder a una vida mejor. Los alumnos del Máster tuvieron la bonita experiencia de conocer a personas que han vivido historias muy diferentes, pero que tienen el mismo deseo en la vida.
En la primera actividad, los alumnos formaron dos círculos con los participantes para ir girando y conocerse entre todos ellos. Preguntas como: ¿Cuál es tu nombre? ¿Cuántos años tienes? ¿De dónde eres? O ¿qué es lo que más te gusta hacer? se repitieron durante unos minutos y les permitieron encontrar muchos puntos en común entre ellos.
Después, pasaron a trabajar en las mesas de una manera muy lúdica y que permitía la interacción constante y la práctica de la lengua entre alumnos y participantes. Las bromas y las risas estuvieron presentes en todo momento.
La prueba final fue un rosco con el abecedario y con cada letra los alumnos del Máster definían un concepto de los aprendidos en las mesas o rincones. Los participantes no fallaron en ninguna ocasión, demostrando así que la actividad había sido un éxito y que su implicación había sido completa.
Fue una experiencia muy gratificante para participantes y alumnos, ya que estas actividades suponen un aprendizaje constante, y este tipo de experiencias les ayudarán a formarse como personas.