La historia de Mercedes, Alfonso y su hijo Borja es una historia de lucha contra el destino y de constancia para sobreponerse de los golpes que les profesaba. De fuerza y entrega para poder, una y otra vez, saltar los obstáculos que la vida les iba poniendo. Una de esas historias que nos devuelven al terreno y que nos hace pensar en lo difícil que puede tornarse la vida, cuando nos pone trabas en el camino. Pero el ser humano tiene una capacidad de adaptación y de superación inimaginable. Y éste es el caso de ellos.

Una historia con un final feliz, gracias a la ayuda coordinada de la Policía, Telemadrid, Servicios Sociales, el Sareb y dEl trabajo coordinado de Cruz Roja en la Comunidad de Madrid en la asamblea de Pinto – Valdemoro, las URS, Comunicación y Empleo.

En este grupo de tres publicaciones que desarrollaremos, Mercedes, Alfonso y Borja echan  la vista atrás y nos cuentan la cantidad de vicisitudes que han tenido que superar, pero sobre todo, la punta del iceberg: tener que pasar 9 meses de su vida viviendo dentro de su único refugio: los 4 metros de su coche.

En el siguiente vídeo podéis ver un resumen de todo lo que os vamos a contar.

 

Todo comenzó a finales de 2011 cuando Alfonso y Mercedes, tuvieron que cerrar su negocio, una floristería en la que habían invertido todos sus ahorros… y toda su vida. Allí es donde comenzó el calvario de esta familia hasta la situación que contamos en este reportaje, tener que vivir durante 9 meses en los 4 metros de su Ford Focus, aparcado en las calles de Madrid.

Cuando Alfonso y Mercedes cierran su floristería, comienza una cadena de favores para que la familia no se quedara en la calle, al no poder pagar el alquiler del piso donde residían. El periplo de sofás y colchones ajenos abre un paréntesis cuando a Alfonso le dejan un local comercial en el barrio de Vallecas que amueblan con las cosas que pudieron sacar de su casa. «En el local comercial cuando echábamos el cierre no podíamos salir, ni había ventilación, ni nada.» Nos comenta Mercedes.

Arrastrados por el destino, tras pasar una temporada en casa de la madre de Alfonso en Mérida, en octubre de 2017, Alfonso consigue un trabajo como florista en una empresa de Madrid. Mientras, Mercedes se afanaba en seguir buscando trabajo y Borja volvía a su instituto. En su retorno a la capital, la realidad les lanza al vacío y es aquí cuando, por primera vez, no les queda más remedio que pasar los primeros días durmiendo en el interior de su coche.

En esta ocasión, la red de contactos les lleva a pasar una pequeña temporada en varias casas ajenas: amigas, amigos de amigos, conocidos, etc. Hasta que el Padre Ángel se cruza en sus caminos. A través de una residencia donde acogen a familias que están en dificultad social, la familia permanece 6 meses, el tiempo máximo que fija la normativa de las dependencias que gestiona el Padre Ángel.

En todo ese tiempo, mientras Alfonso trabajaba, Mercedes luchaba por conseguir un empleo y la facilidad de un alquiler que se adaptara a sus circunstancias, que nunca llegó. Las condiciones de alquilar en Madrid eran incompatibles con las condiciones económicas y sociales de la familia. Pero una vez más, a través de otro contacto, encuentran la posibilidad de alquilar un apartamento turístico en la zona de Ciudad Pegaso, lindando con Coslada y enfrente de la zona aeroportuaria del Madrid – Barajas. Tras un año en el apartamento, en diciembre de 2018 llega la última estocada, la fatal noticia del despido de Alfonso de la Floristería. Con un paro de 4 meses y tras la ayuda económica de Cáritas y de la Corte de Honor de la Catedral de la Almudena, consiguen alargar su estancia en el apartamento hasta que no pueden aguantar más, en abril de 2019. En ese tiempo, no todo fueron malas noticias ya que Mercedes consigue un trabajo como limpiadora en días alternos mientras que Borja, el hijo, comienza a hacer unas prácticas remuneradas dentro del periódico La Razón, a través de su módulo de FP de impresión y artes gráficas.

Trabajos esporádicos, idas y venidas y, mientras, la situación les hace tomar la decisión más difícil, utilizar su último recurso: un Ford Focus como nuevo hogar.  4 metros de casa y 9 duros meses por delante.

Os contamos su historia de forma fiel, con sus testimonios a través de esta serie de vídeos.

 

Parte 1.- Llegar a la situación crítica

Alfonso nos narra los motivos y las reflexiones de la situación que acaba derivando en que la familia tenga que acabar viviendo en el coche. Cómo la pérdida del trabajo, la reducción de ingresos y los gastos provocan el fatal desenlace.

 

Parte 2. Los primeros días en el coche

No podíamos dar crédito a estar durmiendo en el coche y lo único que nos preguntábamos era… ¿Cuántas más? pero nos armamos de valor para afrontar esta situación y esta nueva vida.

 

Parte 3.- La situación del día a día: Comer, dormir, asearse, lavar la ropa.

Ante esta nueva situación había una pregunta que era clave. ¿Cómo atendían sus necesidades básicas? ¿Cómo se organiza una familia para cambiar su realidad y poder salir de dicha situación?

 

Parte 4.- La situación del día a día: Pequeñas recompensas vs la tensión interna

La ayuda de la Policía, el conseguir internet ilimitado, son pequeñas recompensas para esta familia pero tampoco olvidarán las tensiones internas que se podían generar al tener que afrontar y gestionar esta situación.

 

Parte 5.- La llegada del coronavirus

¿Cómo afronta una familia que vive en un vehículo el hacerle frente a esta situación de alarma nacional? El salir a la calle y el miedo, no jugaron nunca a favor pero lo afrontaron como el resto de los días, con mucha paciencia y convencidos de salir de ella.

Mercedes, además, reflexiona sobre cómo veía la situación desde abajo y se pregunta en alto cómo hubiera afectado a su estructura familiar si el coronavirus hubiese afectado a alguno de ellos.

 

Parte 6.- Soledad, familia y ayuda

Durante todo el periodo de tiempo en que la familia tuvo que vivir en el coche siguió pidiendo ayuda pero esta, no acababa de llegar. Por lo que en una decisión consensuada y madurada, decidieron cerrar filas en torno a su núcleo familiar. » Era un problema que teníamos que digerir y acometer nosotros tres. Asumimos esa decisión y no molestamos a nadie.» Comenta Alfonso en una parte del vídeo.

Parte 7.- El sentimiento de vergüenza

Ponerse en la piel de tener que vivir en un coche durante 9 meses no es nada fácil, pero tampoco lo es el hecho de tener que soportar la presión social del entorno. Miradas, comentarios, etc. Mercedes, Borja y Alfonso saben bien y supieron aceptar esta situación desde la calma y el respeto hacia todo la opinión de quienes les miraban cada día.

«Mi hijo se lavaba la cara y se aseaba en la gasolinera todos los días a las 07.30h de la mañana para ir al instituto. Esa era la preocupación y no la vergüenza» nos comenta Alfonso en el siguiente vídeo.

 

En los próximos días seguiremos compartiendo los testimonios de la familia sobre otras aspectos tan importantes como la motivación, los peores momentos, el futuro, el empleo, etc.

1 COMENTARIO

  1. Vi la historia de esta familia en el canal de youtube de Telemadrid. Desolador. Me alegro que hayan sido escuchados y que por fin tengan el apoyo de una entidad para comenzar un nuevo camino.

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