Energía pura. Así es como podemos definir a María de Laiglesia, coordinadora autonómica del programa de Medio Ambiente. María es Cruz Roja. No sólo por su familia (que lleva trabajando en Cruz Roja toda la vida) sino porque, en los 12 años que lleva ligada a nuestra entidad, le ha dado tiempo a pasar por diferentes áreas, proyectos y tener una visión muy amplia de la casa. Pero vayamos al grano. Con esta entrevista hemos buscado que María nos acerque uno de los proyectos más prometedores del área de Salud y Medio ambiente. El cambio climático y la pobreza energética son uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos como sociedad y en CRECAM tenemos un proyecto muy activo que lucha contra ello. María hace un repaso a su trayectoria y nos cuenta sus inquietudes, sus ideas y la forma de funcionar que se desarrolla dentro del proyecto.
¡No os lo perdáis!
Pregunta: ¿Quién es María de Laiglesia y cómo llega hasta CRECAM?
Yo soy trabajadora social, y llegué a Cruz Roja hace ya 12 años. Empecé, nada más terminar la carrera en un Proyecto para Inmigrantes que piden Asilo Político, donde estuve un par de años trabajando. Luego estuve coordinando la Red de Inmigrantes en las Asambleas Locales de Madrid, de ahí pase a Coordinadora del Programa de Inmigrantes y Refugiados. Pasé también por el Departamento de Comunicación y Marketing durante un año en un proyecto de sensibilización y ahora llevo en el Área de Medio Ambiente más de dos años.
También soy voluntaria del Área de Cooperación Internacional. Gracias a ello he estado de misión humanitaria en Grecia como especialista en Apoyo Psicosocial y en Saneamiento Masivo.
¿Qué te atrajo del proyecto de Medio Ambiente para aceptar ese nuevo reto?
Llegué coordinando el Departamento de Sensibilización justo cuando comenzábamos con Medio Ambiente. Un programa que se había quedado un poco descolgado. Empezamos a potenciarlo y, en poco tiempo, pudimos poner en marcha el Proyecto Piloto de Pobreza Energética. En él trabajamos de la mano con NATURGY, que es uno de nuestros financiadores en el proyecto a nivel nacional.
Este proyecto iba a terminar el 30 de junio, pero al ver que tenía un impacto en la sociedad y era necesario, se convirtió en el ‘Llamamiento contra el cambio climático y la pobreza energética’ que está en su segundo año. El año que viene será, en teoría, el último, al menos del Llamamiento, aunque el proyecto sí que lo dejaremos incorporado dentro del Área de Medio Ambiente, ya que se ha detectado que es necesario.
¿Qué es lo que has aprendido, al haber pasado por tantos proyectos, que, a día de hoy te está sirviendo para desarrollar tu trabajo?
Muchas veces, la paciencia. En el primer proyecto en el que entré con personas solicitantes de asilo, trabajábamos en el aeropuerto directamente con la policía, que son personas que tienen una función distinta a la nuestra y otra visión diferente. Trabajar en este ámbito es un lugar en el que, sin paciencia, estarías perdido.
También tolerancia a la frustración, ya que trabajar con personas, a veces, es muy complicado, hay que tener mucho temple. Desarrollar esa tolerancia te da sensación de bienestar cuando consigues que algo salga bien. Y, personalmente, a mí eso me compensa, porque paso muchos más momentos buenos que negativos.
¿Cuál dirías que es tu sello personal, en el trabajo?
Yo diría que soy positiva y trato de facilitar la tarea a la gente. No siempre lo conseguiré, me imagino, pero sí que desde luego lo intento y peleo por ello.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo en Medio Ambiente?
Me gusta la gran apuesta que la entidad está haciendo por esta área, creo que es muy positiva, tenemos personal en todas las Asambleas Locales. El Proyecto Pobreza Energética nos está dando mucha visibilidad y creo que también ver como la organización se vuelca con temas de medio ambiente es una cosa que es positiva. Cada vez estamos más concienciados.
¿Cómo afecta el cambio climático o la pobreza energética a los colectivos vulnerables con los que trabajamos para que para Cruz Roja sea un tema prioritario?
Las personas con las que nosotros y nosotras trabajamos son personas con las que ya hemos intervenido en otros proyectos en la mayoría de los casos, y han necesitado apoyo para cubrir su demanda, por ejemplo, en el pago de facturas.
Nosotros y nosotras conseguimos que las personas sean más autónomas en la gestión de sus recursos.
Si tienes que designar una parte importante de tu sueldo al pago de facturas y encima no estás cómodo en tu casa porque tampoco llegas a tener una temperatura agradable, estás en una situación incómoda. Con las medidas que ponemos en marcha conseguimos que estas situaciones mejoren.
¿Y cuáles son esas medidas que facilitáis? ¿Cómo ayudamos desde CRECAM a esas personas?
Damos asesoramiento a todas las personas con las que trabajamos, les explicamos, por ejemplo, como leer adecuadamente una factura, les explicamos cómo acceder al bono social, (una ayuda que ofrece el Ministerio para reducir la factura eléctrica destinado a población en situación de vulnerabilidad), o cómo pueden recortar gastos en las facturas. También facilitamos un kit básico de ahorro de consumo.
¿Hacéis seguimiento de los casos?
El proyecto, además de facilitar los ‘kits’, también tiene reconocida otra parte que es la facilitación de pequeñas reformas: arreglar un cristal, cambio de una caldera o una lavadora que consuma mucho. El seguimiento es algo que se prevé desde el proyecto, pero el año pasado no teníamos las herramientas necesarias para poder llevarlo a cabo, ya que en este tipo de acción es complicado medir el ‘confort’ de la familia. Este año, desde Oficina Central, se está trabajando en realizar este proceso y realizarlo de una manera más objetiva.
Para ello, trabajamos con muchos departamentos que nos ayudan en el proceso, desde Comunicación, Recursos Humanos o Económico. Somos de los proyectos que más áreas abarcan.
¿Ha habido algún caso que te haya tocado ‘la fibra’ por lo característico de su caso? ¿Y algún caso en el que te hayas frustrado por no haber podido ayudar más a la familia?
Yo no intervengo directamente con las familias, ya que lo hacen desde las Asambleas Locales, pero sí que hay casos que nos cuentan nuestros compañeros y compañeras, que sí te tocan. Y mucha gente nos cuenta que si no fuera por nosotros y nosotras no podría salir adelante.
Por ejemplo, recuerdo un caso el año pasado, de un hogar al que le cambiamos la instalación eléctrica entera porque era un caso excepcional y la instalación necesitaba de una gran reparación.
¿Dónde queremos llegar, dentro de este proyecto, en CRECAM?
El objetivo a nivel institucional que tenemos marcado va ligado a las emisiones que tenemos en los edificios de la organización, queremos conseguir ser más eficientes en las emisiones que nosotros mismos emitimos.
Y en cuanto a la intervención, este año queremos llegar a 1.040 familias, cifra que el año pasado conseguimos y superamos, llegando a 1.252. Es un proyecto difícil, muchas veces, pero que también tiene un impacto muy positivo.
A día de hoy, como experta en Medio Ambiente, ¿opinas que el cambio climático es tan grave como se cuenta? Y, nosotros y nosotras, ¿qué podemos hacer?
Sí, el cambio climático está ya aquí. Y está claro que aunque muchas personas quieran negarlo, los expertos son claros y hablan de una situación alarmante y real.
Lo que todos y todas podemos hacer son pequeñas acciones domésticas, que podemos llevar a cabo y que, en total, suman, como pueden ser reciclar bien, reutilizar, ser más eficientes en nuestro consumo. Sobre todo, ser más conscientes y más abiertos a cambiar algunas de nuestras rutinas.
Llevas 12 años en la entidad, para ti ¿qué significa ser de Cruz Roja?
Es algo que me viene de familia, ya que varios miembros de mi familia también trabajan aquí, es algo que llevo en el ADN. Llevo trabajando en Cruz Roja desde que tenía 22 o 23 años, y que lleve tanto tiempo en la misma organización es algo que a mis amigos les sorprende, porque ellos, que trabajan en el mundo empresarial, cambian cada cierto tiempo de empresa, y la verdad es que yo nunca me he planteado irme de Cruz Roja.
Lo que sí he pensado alguna vez es moverme, irme fuera, por ejemplo, con temas de Cooperación Internacional, pero a día de hoy no me imagino trabajar en ningún sitio que no sea esta casa porque la filosofía que seguimos me gusta mucho.
¿Qué consideras que nos diferencia del resto de entidades sociales?
Además de nuestros principios, la credibilidad y el rigor. Tenemos un trato exquisito y un sello propio, que siempre es un ‘más uno’. Creo, que, a nivel de intervención, somos los mejores. Aunque haya muchas cosas que mejorar, aun así creo que lo que hacemos está muy bien.
Personalmente, además, me he hecho voluntaria del Área de Cooperación Internacional, porque me da una visión muy amplia del movimiento y me ha permitido ver otras culturas y otras maneras de ver la vida. En Grecia, por ejemplo, teníamos un puesto, un centro ambulatorio, y al lado había otro de otra entidad y la gente quería pasar con Cruz Roja, y eso significa que algo estamos haciendo bien.