Os vamos a contar una historia de superación, valentía y compromiso. Se trata de la historia de Lina, compañera de la asamblea comarcal de Collado Villalba. Ella siempre quiso ayudar en Cruz Roja, pero durante mucho tiempo no pudo por estar dedicada a su familia.
Cuando tuvo más disponibilidad, comenzó a colaborar en el programa de Refugiados/as ayudando a servir desayunos. Desde ese momento hasta ahora, Lina lleva en Cruz Roja aproximadamente 3 años.
Lina, ¿qué tal fue tu experiencia en este programa?
Fue una experiencia maravillosa. El coordinador, Javier, me acogió muy bien. Me escuchó y me apoyó cuando presenté diferentes ideas, aunque no todas pudieron ser llevadas a cabo. Me gustó tanto esta actividad que en un momento dado le dije: «Javi, yo quiero ser como tú, quiero hacer lo que tú haces. ¿Qué es lo que tengo que estudiar?».
Javier era Mediador Social y actualmente ejerce como coordinador del programa de Refugiados/as de Collado Villalba. ¿Qué es lo que te falta para ser como él?, ¿qué pasos estás dando?
El primer paso que di fue estudiar FP Grado Superior Técnico en Integración Social.
Estudiaste becada en el Centro de Formación de la Cruz Roja de El Plantío. ¿Cómo te organizaste?
Fue un poco complicado. Tuve que compaginar mi vida personal y laboral a la vez que los estudios. Colaboré esporádicamente durante esos dos años. A veces iba a acompañar a las personas solicitantes de asilo o contribuía ayudando a servir algunas cenas, porque les echaba de menos…
Cuando acabaste, ¿volviste a retomar tu labor voluntaria?
Sí. Justo después de la pandemia del COVID me incorporé en el proyecto Responde, para participar en la gestión de las ayudas. Me fui involucrando en el Equipo de Acogida y luego en el de Valoración. Reanudé de nuevo mi actividad como voluntaria en esas dos áreas.
Recientemente, después de las prácticas, también empecé a trabajar los fines de semana como coordinadora en ocio y tiempo libre en las instalaciones de uno de los recursos que tenemos en nuestra asamblea para las personas refugiadas.
¿Qué supuso para ti estudiar y después trabajar en Cruz Roja?
Para mí fue la oportunidad de estudiar y trabajar en algo que me gusta mucho y en una institución en la que ya estaba colaborando como voluntaria. Fue como un sueño cumplido. Tengo que destacar la calidad del profesorado, son personas con mucha experiencia, no solo en enseñanza, si no en la profesión y que se preocupan por cada uno de sus alumnos.
¿Por qué voluntariado en el Equipo de Acogida y en el de Valoración?
Yo misma fui migrante y solicité ayuda, y sé por propia experiencia lo mal que se pasa cuando llegas a un país nuevo. Por eso empatizo bien con la gente. Sé lo que se sufre.
Diariamente ves situaciones muy duras. ¿Qué haces para protegerte emocionalmente?
Suelen venir con problemas para encontrar viviendas y empleo, entre otros. Algunos no hablan español. Muchas personas sienten soledad, además de otras necesidades básicas. Les doy un atisbo de esperanza e ilusión. Siempre les digo que es una situación por la que tienen que pasar, pero que al final todo se va arreglando. Eso me ayuda también a mí a sobrellevarlo.
Desde Collado Villalba nos comentan que la alegría de Lina es contagiosa y que hablar con ella es un placer. Es un ejemplo para todas las personas voluntarias. Su evolución y compromiso con Cruz Roja ha ido en aumento e incluso se sigue formando para seguir contribuyendo en otros programas. Quiere seguir preparándose para alcanzar su objetivo: hablar inglés y ser trabajadora social.
Desde aquí la animamos y le damos las gracias.
Lina está contribuyendo a lograr al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 3.