Paloma ha colaborado en Cruz Roja Corredor del Henares Norte desde junio de 2020 como técnica de “Empleo Itinerarios que suman +”, un programa destinado a personas desempleadas mayores de 45 años. Su trabajo se ha definido a partir de dos objetivos: visibilizar las barreras a la hora de acceder al mercado laboral y potenciar las capacidades de cada usuario. Ante su despedida, le hemos realizado una entrevista para conocer su experiencia y aprendizaje en su paso por Cruz Roja.
¿Cómo te ha aportado trabajar en Cruz Roja?
La verdad que a mí personalmente me ha aportado mucho. Yo me siento plena, me sentiría más plena, está claro, si hubiera podido conseguir trabajo a todas las personas con las que he participado. Pero es verdad que el mercado laboral está muy difícil. Sin embargo, hemos superado los objetivos propuestos ya que llevamos contratadas a bastantes personas.
Tras la pandemia, ¿en qué situación se encontraban los usuarios?
Inicialmente cuando llegué la situación era muy difícil. El tipo de trabajo que había en el mercado laboral había desaparecido por completo por el tema del Covid19, haciendo daño a las familias más vulnerables. Hubo mucha gente que, teniendo un trabajo y un sueldo, de repente se encuentran con que no tienen nada. Es verdad que esto ha mejorado a lo largo de estos meses, ha habido un buen repunte y ha hecho que el número de contrataciones haya aumentado exponencialmente, incluso algunos usuarios han llegado a conseguir contratos indefinidos.
¿Cómo se trabaja en Cruz Roja?
Aquí trabajamos de forma integral con las personas. Cuando no tienes qué comer tu único pensamiento es ese: conseguir alimentos. Por lo tanto, la búsqueda de empleo, no es que no se haga, es que no estás al cien por cien. El tener las preocupaciones y llevarlas a una entrevista de trabajo al final lo que hace es reducir las posibilidades de ser contratado. Entonces, de alguna manera, se va derivando a otros proyectos que lleva Cruz Roja para dar cobertura a esas necesidades básicas hasta el primer salario.
Ocurre muchas veces que, al estar en contacto con personas en situación de vulnerabilidad, uno se apropia de esos problemas. ¿Cómo manejas esto?
Se aprende con los años. Desde aquí intentamos dar apoyo en la medida de lo posible. Se les hace un acompañamiento para que ellos solventen ese problema, porque si no se trabaja su independencia, siempre van a depender de instituciones y lo que se pretende, o por lo menos, lo que yo pretendo, es generar esa autonomía para poder desarrollarse y acceder a la administración pública de forma autónoma.
¿Qué recomendaciones darías a las personas que quieren dedicarse a trabajos sociales?
Mi consejo es que tengan formación, que trabajen mucho las competencias personales, y sobre todo, que desarrollen la empatía. Es fundamental saber escuchar a los demás, olvidarse de las penas. Para trabajar en temas sociales, es importante reconocer que la situación de estas personas es especial, un momento de sus vidas en el que está siendo malo o complicado, pero esto se irá en algún momento. Tiene que ser importante reconocer que tú estás ayudando a las personas pero nunca por pena.