Cruz Roja distribuirá durante el próximo mes de noviembre más de 2 millones de kilos y litros de alimentos entre personas vulnerables dentro de la segunda fase del Programa 2019 de Ayuda Alimentaria en nuestra región. Este Programa, cofinanciado en un 85% por el Fondo de Ayuda Europea para las Personas más Desfavorecidas (FEAD) y en un 15% por el presupuesto nacional, incluye la distribución total de más de 96 millones de kilos de alimentos.
La distribución de los alimentos la llevan a cabo Cruz Roja Española y la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL), un 50% cada organización. Desde los centros de almacenamiento de las dos organizaciones se distribuirá a 482 organizaciones asociadas de reparto en la Comunidad de Madrid, que los harán llegar a las personas más desfavorecidas, de manera que éstas puedan preparar fácilmente una comida completa para una persona o para una familia con varios miembros, incluidos bebés.
En esta segunda fase del Programa de Ayuda Alimentaria, Cruz Roja trabajará con 243 entidades participantes y, en total, repartirá alimentos a cerca de 77.000 personas de nuestra región.
Los alimentos son de carácter básico, poco perecederos, de fácil transporte y almacenamiento. En la “cesta de alimentos” de este año se han hecho actualizaciones y se han incorporado algunas novedades. Los alimentos que se entregarán son: garbanzos cocidos, pasta alimenticia espagueti, macedonia de verduras en conserva, pera y macedonia de frutas en conserva, atún y sardinas en conservas, conserva de cerdo (magro), batidos de chocolate, arroz blanco, leche UHT, tomate frito, galletas, tarritos infantiles de fruta y de pollo, y aceite de oliva.
Se trata de alimentos especialmente nutritivos, que van a contribuir a satisfacer las necesidades de personas adultas y, de manera especial, de los menores. Esta cesta ha sido elaborada con la colaboración de la Federación de Bancos de Alimentos, Cruz Roja y de expertos en nutrición de los Ministerios.
El perfil de las personas beneficiarias del programa FEAD
Según los datos aportados en la investigación conjunta que se presentó en octubre de 2018, el 90,2% de las personas beneficiarias del programa vivía en situación de pobreza extrema y el 52,4% estaba en paro de larga duración. Un dato destacable fue que entre la población atendida se encontraban personas que estaban trabajando en ese momento.
Además, el 71% de las personas beneficiarias del programa fueron mujeres, en 3 de cada 4 hogares había niños y niñas menores de 15 años y en el 16% de los hogares había personas con discapacidad. La población atendida presentaba problemáticas en múltiples ámbitos: escasez de ingresos, desempleo, problemas de vivienda, de salud, entre otros.
Estos datos mostraban que las personas y familias beneficiarias del Programa FEAD presentaban condiciones socioeconómicas y ocupacionales extremadamente precarias: el 36% llevaba entre 3 y 5 años o más en el programa, lo que apunta un claro riesgo de cronificación de las situaciones de pobreza y carencia material.