Con motivo del día contra el cáncer de mama que se celebra mañana, 19 de octubre, hemos querido entrevistar a Almudena Reguero para que nos hable de su experiencia vital al lidiar con esta enfermedad. Además, hemos querido preguntarla por su nueva responsabilidad como presidenta de la asamblea comarcal del Jarama.

Almudena Reguero Saá es periodista, escritora y, desde el pasado mes de septiembre, la nueva presidenta de la Asamblea Comarcal del Jarama. También es superviviente de cáncer de mama y esta experiencia la ha llevado a consagrarse como autora de libros que buscan fomentar el bienestar y la calidad de vida de las personas que se enfrentan a situaciones límite. En 2011, Almudena publicaba ‘Mi hijo es hiperactivo y distraído’. Este año, ha salido a la luz su título ‘Que no se pare tu vida: Terapias complementarias y consejos para afrontar el cáncer de mama y mejorar la calidad de vida’, en el que aborda diferentes aspectos a los que una mujer queda expuesta ante una enfermedad tan grave y particular como el cáncer de mama. Y, sobre todo, da a conocer métodos y herramientas a los que recurrir para hacer frente a esta vivencia con fuerza, esperanza y autonomía.

El cáncer de mama es el tumor más común entre las mujeres, pero también es uno de los que cuentan con mayores tasas de supervivencia. El tabú en torno a él, hace que además los hombres que lo padecen, aun suponiendo una tasa baja frente al número de mujeres, queden invisibilizados en nuestra sociedad. Las consecuencias que acarrea no sólo son físicas, sino que es uno de los tipos de cáncer que más trastornos genera en el ámbito de lo emocional. El pecho, socialmente, está conceptualizado para las mujeres como signo distintivo de su identidad y de su valor estético, independientemente de la edad que tenga cada una. Así, son múltiples las batallas con las que las afectadas por cáncer de mama se ven obligadas a lidiar. Por eso hemos querido dar voz a esta leonesa que se ha convertido en la nueva presidenta de la asamblea del Jarama. Porque es necesario visibilizar, sensibilizar y acabar con los estereotipos que silencian una realidad frecuente entre decenas de miles de mujeres cada año en nuestro país.

Y es que desde Cruz Roja creemos en que el bienestar tiene que ver con el estado del cuerpo, pero también con el de la mente, y desde nuestro área de Mujer llevamos a cabo múltiples proyectos de empoderamiento en los que buscamos fortalecer, entre otras, la autoestima y agencia de las mujeres afectadas por el cáncer de mama. Por todos y todas. Y porque se puede.

 

Cuéntanos un poco sobre ti. ¿Quién es Almudena y cómo llegaste a Cruz Roja?

Llegué a Cruz Roja porque el voluntariado, el hacer algo por los demás más allá de tu propia familia y amigos, siempre me había llamado mucho la atención. Siempre había tenido mucha movilidad por temas laborales y no encontraba el momento para decir: “Aquí y ahora, me pongo a buscar una organización con la que colaborar”. Al final me asenté en Madrid y me puse a ello. Me decanté por Cruz Roja frente a otras organizaciones después de haber estudiado mucho qué había detrás, sus organigramas, proyectos… . Una persona que colabora no se siente bien cuando ve que están utilizando mal sus recursos o su tiempo. Vi que esta era una institución con muchos años, con una gran solvencia y de mucho peso, y sus proyectos encajaban muy bien con mi perfil e intereses. Desde entonces estoy encantada, y de hecho, dentro de la filosofía de Cruz Roja y sus principios, siempre he hecho las actividades que yo he querido hacer, y cuando he propuesto algo la respuesta ha sido un “Adelante”.

 

¿En qué año empezaste y cómo ha sido tu trayectoria hasta llegar a ser Presidenta?

A principios de 2011, estaba en Mayores porque me apetecía hacer cosas relacionadas con la docencia y los talleres. La Asamblea en la que yo empecé, en Granero, era muy pequeñita y teníamos pocos medios. Poco a poco fuimos haciendo charlas de salud en residencias de mayores, colegios… . Me centré en eso, en temas de salud con mayores. Después me ofrecieron ser embajadora de Buen Trato y ese proyecto lo voy a continuar aunque sea presidenta. También procuraba participar en los proyectos puntuales para los que me requerían. El año pasado, Pilar Roy -Presidenta de Cruz Roja Comunidad de Madrid- me nombró vicepresidenta y entré en los órganos de gobierno, hasta acabar donde estoy ahora.

 

¿Qué te hizo dar el paso para presidir la Asamblea de Jarama?

Una vez entras, vas quemando etapas. En su momento, empecé a hacer mucha actividad fuera de la asamblea de San Sebastián de los Reyes y Alcobendas, yendo a otros pueblos como Algete, El Molar, Pedrezuela y otras localidades que pertenecen a nuestra  Asamblea. Eso me hizo ver que no solamente éramos El Jarama, Sanse y Alcobendas, sino que había muchos municipios a los que debíamos atender y desde donde la gente no suele tener la oportunidad de acercarse hasta nuestra sede. Conseguir voluntariado en esas zonas e ir llevando talleres y actividades hasta allí, fue uno de los motivos que me animaron  a presentarme. Entonces le dieron a Pilar el puesto de Presidenta Autonómica y se quedaba el suyo vacante, me preguntó si me apetecía y le dije que sí.

 

¿Es una responsabilidad sustituir a Pilar?

Mucho, es una persona que lleva mucho tiempo en Cruz Roja, conoce muy bien todo los  temas institucionales, y en eso yo estoy más perdida. Además, tras doce años aquí siendo presidenta, ha dejado mucha huella por su forma de trabajo y su relación con la Asamblea. Estar a la altura de Pilar no es nada fácil. Pero ella me dio la confianza de aceptar el ir poco a poco adaptándome. Tengo la suerte de contar con Fran, que es mi mejor apoyo. Al principio, tener a una persona como él al lado, es importantísimo.

 

 

Hablando de un lado más personal, eres autora de los libros ‘Mi hijo es hiperactivo y distraído’ (2011) y ‘Que no se pare tu vida’ (2019). ¿Por qué elegiste escribir sobre estos asuntos?

Son temas con los que he convivido y sobre los que, poco a poco, me he ido convirtiendo en especialista. Mis dos hijos son hiperactivos, de hecho, así que tiene mucho contenido de corte biográfico. Escribir sobre ello es una manera de sacar todo lo que llevas dentro.

 

En el último libro hablas del cáncer de mama, que tú, y antes que tú, tu madre, tu abuela y tu bisabuela, habéis sufrido. ¿Cómo os ha afectado a ti y a tu núcleo familiar? ¿Cómo lo afrontaste?

Este tipo de enfermedades son complicadas y graves, hoy en día aún dan mucho miedo, porque es tu vida lo que está en peligro. También tienen mucho que ver con cómo es la persona que las padece y cómo lo consigue gestionar. Mi madre lo llevó muy mal, estaba muy obsesionada con el cáncer porque había visto morir a su madre con 14 años y le marcó. Yo experimenté todo lo contrario: quería desdramatizar todo lo que tuviera que ver con el cáncer. Cuando me lo diagnosticaron lo fui asimilando mejor de lo que pensaba, aunque también es cierto que, desde un principio, me dijeron que mi caso era teóricamente curable. Eso, aunque luego quepa la posibilidad de que se complique, de entrada te hace partir con otras herramientas a la hora de gestionarlo. Cuando te dan opciones, te agarras a ellas. Lo de mi madre lo he llevado peor en el plano emocional, también porque yo sólo tenía 18 años y en los 80 los índices de supervivencia no eran los mismos que ahora. Mi familia creo que ha llevado mi cáncer peor que yo. Pero también es una ventaja, en estos casos, el tener antecedentes: te permite entrar en unos protocolos determinados de seguimiento muy buenos que hace que te lo detecten en fases más iniciales.

 

¿De dónde nace la fuerza para tomártelo así y, finalmente, superarlo?

Yo soy una persona muy optimista, muy luchadora, tenaz y constante. Pero, sobre todo, he dispuesto de muchas herramientas que otras personas no tienen. He tenido preparación en yoga, métodos de relajación y meditación, por ejemplo, que ayudan a fortalecer la mente. Eso te ayuda a superar muchas cosas, a tener menos dolor, que las convalecencias sean más cortas… Es otra forma de vivirlo, más tranquila y con menos dramatismo. Hay aspectos de una misma que desconocías y salen a la luz al enfrentarte a estas situaciones porque no te queda otra. La mente se activa de una determinada forma que te hace superar lo que sea. No te puedes llegar a imaginar todas las cosas buenas que pueden llegar a sacarse de una enfermedad como esta. En primer lugar, aprendes a ponerle cara a la enfermedad y ese miedo o pavor que sientes va desapareciendo. Yo ya me he acostumbrado al hospital y es como mi casa. He restado dramatismo a todo lo que tiene que ver con la sanidad y los hospitales. También empiezas a ver la vida de otra manera y a valorar lo que realmente es importante, el trabajo, el dinero y las cosas materiales pasan a un segundo plano. Cuando mi marido y mis hijos se quejan, muchas veces les freno y les digo: “Teneis  salud, ¿no? , eso es lo importante” .

Pensamos que la salud es eterna y no nos damos cuenta de que nuestro cuerpo y nuestra mente es lo más valioso que tenemos y es lo que debemos cuidar por encima de todo. Siempre había sido una persona que valoraba mucho el día a día y los pequeños detalles, pero es cierto que son la esencia de la vida y muchas veces olvidamos esto. Este tipo de procesos te enseñan a valorar lo que tienes a tu lado, tu familia, tu pareja, tus amigos… Existen casos en los que este tipo de enfermedades tan serias, también puede desunir, porque son muchos periodos de convalecencia y sufrimiento y la persona que tenías a tu lado  se puede saturar y no sea capaz de soportarlo.

 

¿Has querido centrar tu libro en cómo reeducar a la mente para todo esto?

Es una de las partes, sí, pero otra tiene que ver con el estado emocional. Aunque seas una persona muy equilibrada, vas a pasar por situaciones muy complejas que pueden alterar tus emociones. Al decirte que tienes un cáncer, te lo pueden adornar de mil maneras, pero el mensaje es el que es, y trastoca mucho. Tus emociones están al rojo vivo: tristeza, rabia, ira, llantos, enfados con todo el mundo, irascibilidad…Cada uno lo experimentará con unos determinados síntomas. No tienes que controlar esa parte emocional, si tienes ganas de llorar, lo que debes hacer es llorar. Pero sí aprender a gestionarlo, que todas esas emociones no te bloqueen y puedas seguir tomando tus propias decisiones sobre tu enfermedad, si te operas o no, si aceptas un tratamiento u otro… . Es un proceso en el que los médicos te dicen muchas veces claramente que eres tú quien tiene que elegir. Muchas personas no logran manejar bien su estado emocional  y acaban padeciendo mucha ansiedad e incluyo depresión, lo que repercute de manera negativa en su recuperación.

 

¿Y cuáles son las otras partes a las que te has referido?

Pues otro aspecto que yo tengo muy en cuenta es saber localizar de qué herramientas dispones. A veces es más simple de lo que parece, y puede significar un cambio radical para mejorar tu calidad de vida. En ocasiones, se trata de hacer aquello que a cada una le sirva, siempre consultándolo con los oncólogos y oncólogas, pero probando cosas constantemente.

Con el cáncer, el organismo puede terminar muy tocado, con infinidad de efectos secundarios. Pero hay muchas terapias naturales que pueden ayudarte a llevarlos algo mejor: determinados alimentos, hierbas, plantas, aminoacidos o vitaminas para, por ejemplo, proteger el hígado de los fármacos, subir tus defensas ante la quimioterapia o ayudarte a coger el sueño sin tener que recurrir a más fármacos de las que ya te estás tomando. Igualmente, es importante adquirir una buena rutina de ejercicio. Tener un buen hábito, como salir a dar un paseo aunque sientas que estás demasiado cansada para hacerlo, es precisamente lo que te insufla energías.

 

¿Y sobre cómo afecta en lo estético a las mujeres padecer cáncer de mama?

Lo que he mencionado también es aplicable al plano estético, que afecta muchísimo emocionalmente: de pronto te ves sin pelo, hinchada, con la enfermedad en la cara. Pero si adoptas una buena actitud: “Me maquillo, me visto, me pongo mi peluca o mi pañuelo” eso te ayuda  a tener ánimos para quedar con alguna amiga, salir a tomar un café, dar un paseo… Son  aspectos básicos de cómo enfrentar la enfermedad y a veces no nos damos cuenta lo importante que es hasta que la padecemos. Yo sí eché en falta una guía que me ayudase con ello. Elegir una peluca es complicadísimo, hay de muchísimos tipos, y su cuidado posterior tiene mucha enjundia. También tienes que aprender a maquillarte de nuevo ya que sin cejas ni pestañas tu expresión cambia mucho.

En este libro, además de tu testimonio y el de tu madre, ¿Por qué has querido incluir el de otras mujeres?

Me parecía muy interesante dar a conocer otras historias de mujeres que han padecido cánceres muy graves, con procesos muy complicados de tratamientos y reconstrucciones. Algunas de ellas muy jóvenes que han sido madres y han vuelto al mundo laboral una vez superada la enfermedad.

 

¿Por qué escribes? ¿Qué te mueve a ello?

Yo soy periodista y lo mío es escribir. Pero considero que debía compartir todo lo que he vivido y todas las terapias con las que he obtenido tan buenos resultados,  y de esta forma, poder ayudar a otras mujeres que están pasando por este trance.

También, he de decir, que escribir me sirvió de terapia. Hay personas que no pueden ni mencionar la enfermedad, les genera mucho agobio y les hace sentir mal. Pero a mí me ocurría al revés, hablarlo me ayudaba. Sí es verdad que durante la etapa de la  quimioterapia, sobre todo, hice un parón, porque no me encontraba bien. En Cruz Roja también corté mi actividad, un año después de comenzar, en 2012, porque me veía demasiado demacrada y cansada, y no me sentía con capacidad para ponerme a dar charlas. Ese año tenía demasiado tiempo, y la mejor forma de aprovecharlo era escribiendo. Las noches de insomnio eternas me las pasaba en internet buscando información o escribiendo, y lo mismo en algunas sesiones de hospital en las que tenía que estar allí hasta cinco horas. Aprovechaba, también, para hablar con la gente, como una especie de terapia. Todo eso me ayudó mucho.

Además, toda esa información sobre el  cáncer que iba adquiriendo,  me venía bien para saber a qué me estaba enfrentando y mentalizarme para llevarlo de la mejor manera posible. Puesto que tenía toda aquella información, me decanté por volcarla en un libro.

 

Volviendo a tu faceta como Presidenta del Jarama ¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta tu Asamblea de cara al presente y al futuro inmediato?

Una de las cosas que más me preocupa es el conseguir estar presente y llevar la actividad a todos los municipios, para que los que no son San Sebastián de los Reyes y Alcobendas, no queden en el abandono. Sí se estaba haciendo actividad de acompañamiento y atención a las personas mayores allí, pero queremos ampliarla. Vamos a reunirnos con todos los Alcaldes para ver de qué forma podemos llegar a acuerdos con ellos para fomentarlo y estar verdaderamente presentes en estos municipios. En Algete tenemos nuestra sede, en la que queremos realizar una reforma que la convierta en punto de referencia para todos los pueblos de la zona: Fuente del Saz, Valdetorres, Valdeolmo y Alalpardo. No pretendemos que esté desvinculada de Jarama central, sino que estemos en unidad pero acercándonos más a la ciudadanía. En lugar de hacer venir hasta nosotros a todas esas personas que encuentran problemas de movilidad o de tiempo, vamos a acercarnos nosotros a ellas. También queremos sacar Cruz Roja a la calle, incluso en San Sebastián y Alcobendas, haciendo más actividades de sensibilización.

La gran gama de proyectos que tenemos hay mucha gente que la desconoce, hay que hacerla más visible todavía. Relacionan Cruz Roja con la gran institución que es, pero no saben todo lo que podemos hacer por ellos y ellas. Igualmente, trataremos de aumentar el número de voluntarias y voluntarios, especialmente para la acción en estos municipios más pequeños. Nos gusta que el voluntario o voluntaria sea del municipio en el que realiza su actividad: por comodidad, por apego a la zona y porque allí conoce mejor a los vecinos y vecinas, el modo en que se vive allí. En definitiva, aspiramos a que los municipios tengan vida y que Cruz Roja esté presente en la misma. Por último, nos interesa involucrar a las empresas, porque esta es una zona en la que hay multitud de polígonos y entidades. Ya estamos trabajando en ello con la campaña del oro, lotería de Navidad, la vuelta al cole, pero queremos hacer más todavía.

 

En un sentido más personal, desde 2011 hasta ahora, ¿qué has aprendido de esta casa?

He aprendido muchísimo. Aunque tú creas que eres una persona solidaria, verdaderamente te sorprende ver a compañeros y compañeras que lo dan todo sin importarles nada, para quienes Cruz Roja se convierte en su segunda casa. Este grupo de personas acaba siendo tu familia. Yo soy una persona muy sociable pero que va mucho a su aire, y esto me ha enseñado a trabajar en equipo. Ha sido un reto. Me hace valorar las opiniones de otras personas y su forma de trabajar. También me ha enseñado a encontrarle el valor al tiempo. De vez en cuando, tienes un poco de tiempo y no sabes qué hacer con él, pero si lo dedicas a Cruz Roja piensas “qué horas de calidad tan bien invertidas”. Además, es un boomerang: lo que das, lo recibes. Es súper gratificante pasar tiempo con las personas mayores, tienen mucho que aportar. Buen trato me ha hecho ver la vejez de otra forma, quitándole su parte negativa y dándote cuenta de todo lo positivo que encierra. Y puedes pensar que la diferencia de edad es muy amplia, pero luego no se manifiesta así. Yo tengo mucho más en común con las personas mayores de lo que pensaba. No porque me esté haciendo muy mayor, sino porque descubro toda su riqueza, sus ganas de hacer cosas y su vitalidad. Así entiendes que no hay que apartarlas. Si estoy en Cruz Roja, embarcándome incluso en más cosas, es porque estoy muy a gusto.

 

¿Qué nos diferencia de otras entidades sociales?

Cruz Roja es una institución con un respaldo y una solvencia detrás increíbles. Sabemos hacer las cosas de manera diferente y estamos muy asentados. Eso no sólo me enorgullece, sino que me da la garantía de saber que si tengo que ir a un sitio, aludiendo a que soy de Cruz Roja tengo las puertas abiertas. Otro asunto esencial es la transparencia. Los garbanzos negros los hay en todas partes, pero para eso están las comisiones y filtros, para limpiar. Yo me siento segura en el plano jurídico, en el institucional y en el social. En otra entidad, seguramente me lo habría pensado dos veces a la hora de asumir una presidencia. Pero aquí sé que todo está en orden. Jugamos en Champions, y eso es un gran orgullo cada vez que vas a alguna parte. Todo el mundo conoce nuestra fiabilidad, lo que ayuda a que cuenten con nosotros a la hora de emprender cualquier proyecto. La organización funciona muy bien,  sin el equipo técnico todo el trabajo no se podría sacar adelante. Pero los voluntarios y voluntarias son la esencia de Cruz Roja: ya sea el voluntariado más fiel, que dedica todo su tiempo, o aquel que viene y colabora cuando puede. Al final, ambos tipos son esenciales y de ellos nos nutrimos.

 

¿Qué significa para ti ser de Cruz Roja?

A medida que pasas tiempo aquí, vas haciendo de Cruz Roja tu marca. Es igual que cuando tienes un hijo y vas presumiendo de él por todos lados. Yo estaba metida en mi vorágine diaria, en mi cotidianidad, y de pronto ví que hay muchas otras cosas que te llevan a conocer un mundo diferente. A mí Cruz Roja me ha hecho ver todo de otra manera.

 

¿Cómo le explicarías a alguien que no pertenece a la organización lo que es Cruz Roja?

Una organización solvente, donde el trabajo que haces prospera, con un abanico de proyectos tan amplio que puedes encontrar un sitio en el que tu perfil encaje, sí o sí. No importa que seas de ciencias o letras, con formación o sin ella, aquí hay un sitio para ti. Y ponemos atención en eso: cuando llega una persona nueva, vemos cómo es y le asesoramos sobre los proyectos que tenemos para que valore el que más se ajuste a él o ella. Valoramos que la gente tenga capacidad de decisión y que sus iniciativas sean tenidas en cuenta. Esto tiene como consecuencia que el trabajo de campo en el día a día haga de esta una institución muy abierta. Y te ayuda a sentirte realizada y descubrir facetas de ti misma que desconocías, a través de llevar a cabo actividades que no pensabas que serías capaz de hacer. Yo he hecho cosas con niños y niñas, por ejemplo, y resulta que se me da fenomenal. Hay gente muy tímida que te lo comenta, cuánto se han abierto y cómo ha prosperado su desarrollo personal en Cruz Roja.

 

Almudena es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y su trayectoria profesional muy vinculada al ámbito de la salud y las terapias naturales. Ha sido redactora jefe de las revistas Estética Internacional y Armonía Estética, ha dirigido y presentado programas de radio dedicados a mejorar la calidad de vida y ha colaborado con numerosas revistas especializadas en salud y bienestar. También es coaching, monitora de yoga y técnicas de relajación y desarrollo personal.

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