El martes 3 de noviembre, la tormenta Eta, en la 28ª de la temporada de huracanes del Atlántico en 2020, hizo tierra en Nicaragua como un huracán de categoría 4. Según iba adentrándose en terreno, el huracán fue debilitándose pasando a ser una Tormenta tropical a su paso por Nicaragua y Honduras y de ahí, a una depresión tropical.
Pero las consecuencias han sido devastadoras. Las fuertes lluvias han dejado cientos de miles de damnificados y daños en una gran parte de Centroamérica, especialmente en Nicaragua, Honduras y Guatemala. Desde el día 5 de noviembre, tras abandonar territorio hondureño, comenzó su trayectoria por el Caribe, ganando fuerza nuevamente hasta llegar a Cuba el día 8.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos ha advertido del riesgo de tormentas, inundaciones repentinas y fuertes vientos sobre partes de Cuba, Florida y los Cayos de Florida.
Impacto y necesidades
Si bien el paso del huracán ha afectado a más países de Centroamérica, los que han recibido un mayor impacto han sido Nicaragua, Honduras, Guatemala y El Salvador.
Se estima que el paso del huracán ha golpeado directamente a más de 3 millones de personas, obligando a la evacuación y traslado a albergues de más de 15.000 en un momento, además, en el que Centroamérica registra casi medio millón de casos positivos de Covid-19. Las evaluaciones de daños continúan con algunas zonas todavía inaccesibles, con lo que es previsible que las cifras de daños aumenten los próximos días.
Cruz Roja Nicaragüense, Cruz Roja Hondureña, Cruz Roja Guatemalteca y Cruz Roja Salvadoreña comenzaron a trabajar desde el primer momento en el que recibieron las alertas en las labores de identificación y rescate. Sus principales labores se han centrado en proporcionar a la población:
- Acceso al agua potable, saneamiento e higiene.
- Atención sanitaria, traslados y prevención de enfermedades.
- Protección, Género e Inclusión.
- Medios de vida y necesidades básicas.
- Gestión de alojamientos, entrega de insumos no alimentarios y kits de reparación
- Apoyo Psicosocial.
- Migración.
- Reducción del Riesgo de desastres.
Estas tareas se están viendo dificultadas por las consecuencias del huracán, como son la acumulación de agua, los daños en infraestructuras (carreteras, puentes, etc.), las crecidas de ríos y los problemas de acceso derivados de todo ello. A fecha de hoy, con datos todavía parciales, diferentes informaciones señalan la existencia, entre otras, de las siguientes necesidades:
- El restablecimiento de contactos entre familiares que han quedado separados.
- Garantizar en los albergues la disponibilidad de artículos no alimentarios como mantas, colchones, kits de higiene, incluida higiene menstrual, etc. También, asegurar los alimentos con atención a las distintas necesidades nutricionales.
- En un contexto marcado por la pandemia de COVID-19, son necesarios artículos de protección para la población y para los equipos de emergencia que la tienden, atención sanitaria y garantía del suministro de medicamentos.
- Poner en marcha acciones para evitar la propagación de enfermedades transmitidas por vectores como Dengue, Zika o Chikungunya.
- Miles de personas no pueden acceder a sus casas y necesitan albergues temporales en los que poder estar de forma digna.
- Algunos países han reportado daños en los sistemas de agua, así como en el saneamiento. Es imprescindible asegurar el acceso a agua potable y a artículos e instalaciones que permitan mantener unas condiciones higiénicas óptimas.
Respuesta del Movimiento Internacional de Cruz Roja y la Media Luna Roja
Las Sociedades Nacionales de la región han estado involucradas en tareas de preparación y respuesta a la emergencia, contando para ello con el apoyo de socios del Movimiento como Cruz Roja Española, Cruz Roja Noruega, Cruz Roja Canadiense, Cruz Roja Alemana o Cruz Roja Italiana, el Comité Internacional de la Cruz Roja y la Federación Internacional de Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR).
Cruz Roja Española (CRE), cuenta con delegaciones en América Central desde hace más de 25 años, con las que existe una estrecha colaboración. Nada más recibir la noticia del impacto del huracán, se puso a disposición de las Sociedades Nacionales de la región. Como parte del apoyo ante esta emergencia, CRE ha aprobado una primera donación del Fondo de Emergencias de 80.000 euros para las labores de ayuda a la población afectada en El Salvador, Honduras, Nicaragua y Guatemala.
Nuestra organización está valorando alternativas para contribuir a las alertas lanzadas por la FICR para el despliegue de personal especializado y, próximamente, se reforzarán las delegaciones de CRE con especialistas en gestión de desastres.
Además, se ha abierto un canal para recibir contribuciones que nos ayuden a apoyar la asistencia a las personas afectadas:
Puedes contribuir desde aquí
Así mismo, CRE está coordinando su participación en la Operación de respuesta con la oficina regional de la FICR a través de su delegado regional para América. También, de forma directa, a través de las diferentes Sociedades Nacionales donde Cruz Roja Española mantiene delegación.
CRE está trabajando en la cartera de proyectos para apoyar la respuesta en Honduras, Nicaragua y Guatemala en línea con los planes de respuesta de las Sociedades Nacionales y el llamamiento de la Federación Internacional.
