Es septiembre y con ello llega el esperado regreso a las clases de miles de niños y niñas en la Comunidad de Madrid. Lloros, gritos, morriñas veraniegas se entremezclan en las primeras semanas de esta vuelta al cole. Pero, en Cruz Roja, un grupo de personas voluntarias se ponen contentas con esta vuelta de los más peques a las aulas, porque eso supone el inicio de uno de los proyectos más interesantes de Cruz Roja Juventud.

Se trata de Éxito Escolar, en el que nuestros compañeros y compañeras se encargan de proporcionar apoyo educativo a niños y niñas de educación primaria y secundaria con familias que se encuentran en situación de vulnerabilidad o riesgo social, ayudándoles en sus tareas escolares y en otros aspectos que influyen en conseguir su éxito escolar.

Por ello hemos querido hablar con Marta Sánchez, voluntaria y referente del proyecto en la asamblea de Cruz Roja en Parla, y con Rodrigo Giménez, técnico autonómico del equipo de Cruz Roja Juventud,  del apoyo académico, se promociona la salud a través de otro tipo de actividades, como puede ser enseñar a los niños y las niñas una correcta higiene bucodental, saber reconocer y gestionar las emociones. Un punto esencial del proyecto son las actividades de desarrollo personal y social, como pueden ser las sesiones relacionadas con el emprendimiento social, conocimiento del entorno o desarrollo del pensamiento crítico.

 

La primera pregunta de todas es que nos digas quién eres Marta, y cuánto tiempo llevas de voluntaria en Cruz Roja Juventud.

Marta – Pues soy voluntaria en la asamblea de Parla desde hace ya tres años, aunque en el proyecto de Éxito Escolar llevo ya dos años como referente local.

Y Marta, siendo tan joven, ¿cuál fue tu primer contacto con Cruz Roja juventud y qué es lo que te motivó para entrar?

Marta.- Bueno, pues como mucha gente, durante la cuarentena del COVID-19, a mí me surgió una necesidad muy grande de hacer algo para ayudar, pero yo en ese momento tenía 15 años y no podía ser voluntaria, siendo menor de 16 años, así que estaba muy cohibida porque no tenía ninguna manera de sacar esa necesidad adelante y en cuanto cumplí los 16 yo seguía con la espinita clavada, busqué información de voluntariados y una amiga que conocía estaba en Cruz Roja, también en Parla, le pregunté y a raíz de eso entré al voluntariado y Éxito Escolar fue el proyecto que desde el primer momento me llamó la atención.

¿Qué es lo que te llamó la atención de Éxito Escolar?, ¿Qué había ahí detrás?

Marta.- Me considero una persona muy comprometida con el tema de la educación. Siempre me ha gustado la idea de dedicarme a la enseñanza y me ha frustrado ver las carencias que muchos niños o compañeros míos de colegio tienen en los estudios. Entonces, la oportunidad de hacer un voluntariado relacionado con la educación fue lo que más me llamó la atención de Éxito Escolar.

Y cuando tú les dices a tus amigos que no puedes quedar o salir un fin de semana porque tienes que ir a una asamblea o participar en algún proyecto de Cruz Roja, ¿cómo reaccionan?

Marta.- Yo sé que a ellos les frustra un poco, porque nunca puedo quedar. Siempre hay muchos proyectos de Cruz Roja, pero ellos nunca me lo echan en cara y realmente me dicen totalmente lo contrario. Les da un poco de rabia, pero apoyan a tope lo que hago y me han dicho que también a ellos les encantaría hacer algo así.

«A mis amigos/as les da un poco de rabia que no pueda quedar siempre, pero apoyan a tope lo que hago y me han dicho que también a ellos les encantaría hacer algo así»

¿Qué te hace elegir Cruz Roja y dedicar tu tiempo a ayudar a los niños con necesidades escolares en vez de hacer planes con tus colegas?

Marta.- Bueno, uno tiene en su vida varios ámbitos en los que tiene grupos de amigos o de personas cercanas y Cruz Roja en mi vida es un ámbito más. Igual que pueden ser mis amigos/as de la Universidad o mis amigos del instituto, Cruz Roja también es una comunidad en la que yo me siento totalmente parte y donde tengo mis propios amigos/as. Entonces, venir a un encuentro no es algo que me cueste un esfuerzo. No es trabajo. Es estar con mis amigos, con la gente con la que me gusta estar y que aprecio y los niños también los considero parte de mí de mi vida.

«Venir a un encuentro no es algo que me cueste un esfuerzo. No es trabajo. Es estar con mis amigos, con la gente con la que me gusta estar y que aprecio y los niños también los considero parte de mí de mi vida.»

Entiendo que, a nivel personal, tus valores casan con los valores de Cruz Roja.

Marta.- Me siento muy comprometida con las desigualdades sociales y Cruz Roja es una vía para sentir que puedo hacer algo con respecto a eso, aunque muchas veces sientas que lo que estás haciendo no cambie nada, pero cuando llevas un tiempo te das cuenta de que cositas pequeñas que uno hace en Cruz Roja sí que son significativas para los participantes. Entonces, yo veo que esa actividad casa totalmente con mis valores.

¿Crees que esa inclinación hacia temas sociales es un denominador común dentro de tu grupo de amigos, una tendencia de gente de tu edad, o crees que sois una minoría?

Marta.- Para nada somos una minoría. Yo creo que, de toda la gente de mi edad que conozco, casi todo el mundo está muy involucrado con los temas sociales. Se preocupan muchísimo e intentan tomar parte de algo para cambiar como son las cosas y muchos otros no lo hacen por no tener tiempo o porque su vida se lo impide, pero sí que te diría que casi todo el mundo que yo conozco está muy comprometido con la sociedad y con las desigualdades.

Pensando en una persona que no conoce el programa de Éxito Escolar. ¿En qué dirías que consiste y qué hacéis dentro del proyecto?

Marta.- La actividad de este proyecto es básicamente acompañar a menores que están en una situación de vulnerabilidad en su desarrollo, no solamente académico, sino en su desarrollo completo como individuos en sociedad buscando una realización en sus resultados escolares. Pero no es únicamente un apoyo al estudio. Es intentar buscar el desarrollo de estos menores como personas y como individuos en sociedad.

¿A qué tipo de menores se atiende dentro de este proyecto?

Marta.- Los y las menores que atendemos están entre los 6 y los 16 años en educación obligatoria, en la primaria o la ESO, y son menores que están en una situación de vulnerabilidad o de exclusión social y sus familias, por motivos económicos o por otras circunstancias, están en una situación vulnerable. Muchas veces estos/as menores no tienen otro apoyo similar más allá de Cruz Roja en el que socializar y poder hacer más livianas las circunstancias que viven en su vida personal y familiar.

«Muchas veces estos/as menores no tienen otro apoyo similar más allá de Cruz Roja en el que socializar y poder hacer más livianas las circunstancias que viven en su vida personal y familiar.»

 

¿Cómo entran estos niños/as dentro del programa?

Marta.- Muchas veces las familias ya son atendidas por Cruz Roja en otros ámbitos y como parte de esa atención, se incluye a sus hijos/as en este proyecto. Otras veces también son menores que están en colegios del municipio y son estos colegios los que conocen este proyecto. Y si el menor da el perfil, también nos lo derivan.

Rodrigo – Depende de las derivaciones directas, pero siempre pasando por lo que es el proceso del MAP que hay en Cruz Roja y viendo un poco cuáles son las necesidades específicas de cada menor, y si vemos que podemos apoyarles y cubrir sus necesidades pasan a formar parte del proyecto.

¿A cuántos menores habéis atendido en Parla en el curso anterior?

Marta – El número total creo que son 34 o 36, pero normalmente solemos tener en el centro entre 25 y 28.

Entiendo que no estás tú sola y que trabajáis en equipo. ¿Cómo os organizáis? ¿Quedáis fuera del centro para hablar de qué actividades vais a hacer? ¿Hacéis juegos, dinámicas…?

Marta.- Ahora somos unos 12 voluntarios.

¿De tu edad?

Marta.- No, hay de todo. Voluntarios menores de edad que entraron igual que entré yo, otros que tienen en torno a 30 o también una voluntaria que es mayor de 30 años que no pertenece a juventud, pero también participa como voluntaria en este proyecto.

Es muy complicado reunirnos fuera del tiempo de actividad porque cada uno tiene unos horarios propios estudios o trabajos, entonces es prácticamente imposible coincidir todos a la vez, pero sobre todo nos gestionamos a través de WhatsApp. Tenemos un grupo en el que hablamos y decidimos quién va a ir cada día a la actividad. Solemos hacer dos días de actividad a la semana, los lunes y los miércoles, y normalmente tenemos fijos a los voluntarios que van los lunes y a los que van los miércoles para que esté un poco repartido y no haya un día con solo dos voluntarios y otro día con ocho. Por ahí vamos hablando todos y antes de la actividad siempre hablamos de si ese día vamos a hacer algún taller o si después de la merienda vamos a dejar simplemente tiempo de juego libre para para los niños. También solemos hablar después de la actividad para ver cómo ha funcionado e intentar solucionar cosas que no hayan ido bien. Como decías, somos un equipo y todo se decide de forma conjunta. Nos intentamos apoyar siempre en todo lo que podemos. Cada uno aporta lo que puede y creo que estamos todos bastante bien formados.

«En Éxito Escolar en mi asamblea somos un equipo y todo se decide de forma conjunta»

Cuéntanos un poco, ¿Cómo es un día o una semana dentro del programa de éxito escolar? ¿Qué metodología seguís o qué tipo de dinámicas de juego hacéis con ellos?

Marta.- En un día a día de actividad lo primero que se hace siempre es un rato de estudios suele ser como 45 minutos o una hora y es un trabajo más individual porque ahí cada participante está en su mesa con sus deberes o su estudio y, luego, es a partir de la merienda cuando empieza el rato de socialización. Ahí nuestra filosofía es dejar que se relacionen como ellos quieran y que tengan libertad. Es un proceso de aprendizaje para los niños. Hay muchas dinámicas sociales, talleres o juegos y nuestra intención siempre es que se forme una comunidad entre los menores porque nos gustaría que ellos sientan que éxito escolar o CRJ es para ellos un grupo de amigos. Igual que yo decía antes que los voluntarios son mis amigos, pues nos gustaría que ellos sientan que sus compañeros son sus amigos y que disfruten de que no sea una obligación ir allí. Que sea un rato de desahogo, sobre todo. Que puedan expresar todas sus frustraciones o todas sus emociones con total libertad y que se sientan seguros de poder hacerlo.

«Ahí nuestra filosofía es dejar que se relacionen como ellos quieran y que tengan libertad. Es un proceso de aprendizaje para los niños.»

Rodrigo.– Las dinámicas, cuando hacen el estudio y las meriendas, son obligatorias, así que es algo que hacen todos los días. Luego realizan una dinámica que puede ser de tres tipos dependiendo un poco de las necesidades que tenga el propio grupo. A lo mejor en un momento decimos: “pues vamos a trabajar un poco más esto o vamos a trabajar un poco más aquello”. Son habilidades sobre todo de temas de salud, también de habilidades sociales, de ocio, etc.

Marta.- Nosotras estamos mucho tiempo con ellos y notamos cuáles son sus dificultades. Por ejemplo, en general gestionan mal la frustración, pues montamos una dinámica en la que se vayan a frustrar para que aprendan a gestionar eso. Cualquier necesidad que notamos la intentamos trabajar.

¿Y cómo gestionáis cuando se mezclan grupos de niños de diferentes edades? Por ejemplo, niños de 6 años con niños de 14 o 15 años.

Rodrigo – De primeras se intenta en el tema de estudio, por ejemplo, dividir por una parte secundaria y por otra primaria, porque las necesidades educativas que tienen no son las mismas. Al final todo el equipo voluntario se pone con ellos e intentan echar una mano y luego sobre todo dependiendo de las edades. Cuando Marta entró tenía 17 años, pues a lo mejor no se va a poner con una persona de 16 años. A lo mejor puede ayudar más a los que están en primaria. También depende de si vas a trabajar habilidades sociales o frustración. No la vas a trabajar igual con chavales de 16 años que con chavales de 6. Siempre depende un poco de quienes seáis en el equipo y cuánta gente haya.

Marta – Solemos dividir siempre en Primaria y ESO tanto para el rato de estudio como para los talleres que hacemos porque, lo que decía Rodrigo, los contenidos no se trabaja igual con niños de 7 años que con chavales de 14 o 15 años, pero eso es flexible. Si preparamos un taller para la ESO y consideramos que los que están en quinto sexto de primaria también les va a venir mejor el taller de los mayores que el de los pequeños les pasamos al grupo de los mayores. Eso nos interesa porque como siempre les tenemos separados en dos grupos esa es una forma de que se relacionen con los de primaria y viceversa. De vez en cuando intentamos que se relacionen con otros niños distintos a los que ven siempre.

Vosotros estáis con esos niños 4 horas al día. Cuando veis que llegan al centro, que hacen los deberes, que luego juegan, sonríen, que te abrazan, que se agarran a tu pierna, ¿Cómo os hace sentir ese agradecimiento implícito?

Marta.- Como tú dices el agradecimiento es totalmente implícito y hay que aprender a leer las señales, porque nunca dicen, gracias, directamente, pero te lo van transmitiendo de otras maneras y como voluntaria, por supuesto eso es lo que yo creo que a todos los voluntarios nos anima a continuar.

Cuando viene un participante y notas que está agradecido con lo que has hecho es un momento en el que tú sientes sobre todo que ha merecido la pena el esfuerzo. Los/as voluntarios/as empleamos muchísimas horas a preparar las cosas que vamos a hacer con ellos/as y muchas veces nos frustramos porque pensamos que luego no les va a servir de nada o que va a ser un trabajo perdido. Pero cuando te lo agradecen de esa forma y tú lo notas lo que yo siento es paz. Es decir, que ha merecido la pena el esfuerzo que he hecho. Y sobre todo te vas con una sensación especial. Al menos como yo lo siento, pero también es plenitud de decir hoy he hecho algo que ha significado mucho y podría no haberlo hecho.

Es como cuando tienes un día súper productivo en el que te sientes muy bien porque dices ¡bien!, hoy he hecho todo lo que tenía que hacer. Es un momento que no es que te haga sentir productivo, pero te hace sentir satisfecho. Esa es la palabra. Muy satisfecho.

Ahora estamos en el inicio del curso. Muchos niños ya han empezado el cole y otros empiezan en breve. ¿Cómo lo tenéis estructurado vosotros en Parla este año? ¿Ya estáis reunidos, ya empezáis a programar el año? ¿Contáis con los mismos voluntarios o vais a incorporar a más personas voluntarias al proyecto?

Marta.- Ahora mismo estamos en proceso de montarlo todo porque normalmente no empezamos las actividades hasta finales de septiembre o principios de octubre. Normalmente, las primeras semanas de colegio los niños no tienen apenas trabajo y los voluntarios todavía están un poco desubicados. Entonces solemos dejar pasar septiembre al completo y luego ya empezamos a tope. Ahora mismo estamos contactando con los voluntarios/as del año pasado y parece que el equipo se va a mantener tal cual estaban. Sí que hay un par de incorporaciones nuevas de voluntarios/as y de momento, el técnico y yo estamos en proceso de organizar los días que vamos a hacer actividad y a que vamos a dedicar el tiempo de los talleres. Tenemos que hablar también sobre qué talleres queremos hacer y qué excursiones planeamos hacer. Solemos tener medio pensado el inicio de curso y en un par de semanas haremos alguna reunión con todos los voluntarios para explicar todo de nuevas, ver que niños/as vamos a tener y organizarnos para el momento de empezar la actividad y estar a tope.

Y, Rodri, a nivel organizacional y del proyecto, ¿Hay algún cambio este año del programa de éxito escolar con respecto al año anterior? ¿Se esperan más personas voluntarias? ¿Va a haber algún cambio metodológico o de estructura del programa?

Rodrigo.- A nivel de estructura sí que se mantiene el mismo funcionamiento de las asambleas y del espacio con el que cuentan. Ahora se aprovecha este primer mes para poder empezar, otra vez a reactivar el voluntariado, ponerse en contacto con el equipo y ver con la parte técnica que días se iban a hacer excursiones. Siempre tenemos personas de referencia que son figuras más emancipadas y que conocen mejor el proyecto para explicarles a los nuevos voluntarios qué es éxito escolar, cómo se organiza y que entiendan que no queda únicamente en un acompañamiento de estudio y ya está, sino que ese trabajo que contaba Marta que se intenta hacer es mayor. El proyecto es a nivel local, efectivamente, pero ese trabajo que se intenta hacer con todos los participantes, es planificar a largo plazo. Dentro de CRJ tenemos siempre un trabajo de conocimiento del proyecto porque cambiamos mucho, o sea, mucha gente entra sale y vamos desarrollando el proyecto también en función de las necesidades que ven dentro de cada uno de las asambleas. L a realidad que tiene Marta no va a ser igual a lo mejor que las que tienen las compañeras que están en Sierra Norte o las que en la zona centro aquí en local de Madrid.

«Dentro de CRJ tenemos siempre un trabajo de conocimiento del proyecto porque cambiamos mucho, o sea, mucha gente entra sale y vamos desarrollando el proyecto también en función de las necesidades que ven dentro de cada uno de las asambleas.»

En cuanto a datos globales, ¿sabemos datos de atención a niños y niñas atendidas bajo este proyecto?

Rodrigo.- Habremos atendido en torno a 1.500 menores. Como contaba Marta, la población con la que trabajamos muchas veces no es la misma la que empieza y la que termina. Si hay una continuidad y siguen de año en año, pero hay circunstancias familiares que les hace dejar el proyecto en diferentes circunstancias.

Marta, ¿los papás y las mamás qué os comentan dela evolución de sus hijos?

Marta.- Depende del nivel de involucración que tienen los padres y madres con sus hijos/as. Hay padres/madres que están muy involucrados y otros no. Muchos no preguntan nunca, pero otros si suelen acercarse y nos comentan sus circunstancias, si tienen exámenes pronto, etc. Y así nos sirve de guía para poder ayudar mejor a sus hijos. Ellos saben mucho mejor las necesidades que tienen sus hijos y eso nos facilita mucho nuestra labor. Hay muchos papis y mamis muy agradecidos con nosotros/as ya que muchos de ellos/as con los estudios, no saben o no pueden ayudarles. Por ejemplo, nos pasa con el inglés o con las matemáticas, y nos agradecen mucho que nosotros/as estemos haciendo esto con sus hijos/as.

Intentamos una o dos veces al año reunirnos con las familias para poder darles unas pautas y que puedan continuar ellos en casa el trabajo que hacemos nosotros desde aquí.

Rodrigo.- También hay que hacer entender a los papás y mamás que este proyecto no son clases particulares de ayuda al estudio, que esto va más allá.

 

¿Qué mensaje le puedes transmitir a una persona joven para poder atraerles a este proyecto?

Marta.- Diría que la parte ayudar a los demás, esto sólo es una parte del voluntariado, pero no la única. El voluntariado en CRJ es una experiencia en todos los sentidos, porque te ayuda a desarrollarte como persona, a afianzarte en tus propios valores, a tener sitio en la sociedad, y a conocer a mucha gente. Esto es un aprendizaje constante y es diversión, también. Estás rodeado de personas a las que consideras amigos y esto no lo sientes como un trabajo gratuito, sino como una diversión.

Rodrigo.- También comentar que el proyecto lo mueven las personas voluntarias. Por ejemplo, en Parla, Marta trabaja de la mano con Javi, que es el técnico de CRJ, que apoya a Marta en la parte de las familias. Es importante también recalcar que al voluntariado nuevo se les inculca que no solo es llegar y ayudar a los y las peques, sino que al acabar con ellos, hay que quedarse para poder charlar, comentar y evaluar el proyecto, las sesiones, la evolución, programar las siguientes sesiones, etc.

«La parte ayudar a los demás, esto sólo es una parte del voluntariado, pero no la única. El voluntariado en CRJ es una experiencia en todos los sentidos, porque te ayuda a desarrollarte como persona, a afianzarte en tus propios valores, a tener sitio en la sociedad, y a conocer a mucha gente.»

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