20 año han pasado desde que en el Centro de Coordinación de CRE, en Madrid, se recibió el aviso del Summa-112 solicitando recursos para asistir a personas heridas en la estación de cercanías de El Pozo del Tío Raimundo y en las proximidades de la de Atocha a las 7,50 del 11-M. En ese momento se puso en marcha un dispositivo sociosanitario que puso a prueba la capacidad de respuesta de la entidad y de toda la sociedad. CRE, en coordinación con la autoridad responsable (la Consejería de Interior de la Comunidad de Madrid), activó un operativo que implicó a su red territorial y movilizó a más de 900 voluntarios. Trece equipos de apoyo psicosocial, de 12 provincias, con 208 voluntarios atendieron en las primeras horas a 1.200 personas. Las 52 ambulancias, 26 vehículos de transporte y dos centros móviles de coordinación movilizados implicaron a 480 voluntarios de 6 provincias. El 11-M se instalaron 6 puntos de donación de sangre: recogieron casi mil unidades y el ofrecimiento de 2.800 ciudadanos para donar en días posteriores. En la sede central se organizó un centro de atención telefónica las 24 horas: 216 voluntarios atendieron más de 6.000 llamadas de familiares y allegados. Además, el servicio de búsquedas, un dispositivo mundial de las Cruces Rojas para reunir familias, tramitó en los primeros días un centenar de solicitudes de localización procedentes de 15 países. En el operativo humanitario se dispuso además de un centenar de camillas, 34 mochilas botiquín, 4 termos eléctricos (120 litros de bebidas calientes a la hora), 40 isotermos (Capacidad: 560 litros), alimentos para mil personas. Además, la web institucional estableció un “link” con los listados publicados por Interior, colgó recomendaciones de primeros auxiliospsicológicos y repartió 3.000 folletos con esas recomendaciones entre familiares y allegados.
Un dispositivo nunca antes visto por las dimensiones de dicha tragedia. Un dispositivo del que formaron parte muchas persona de Cruz Roja en la Comunidad de Madrid, entre ellas, Javier Guede, coordinador autonómico de Transporte Sanitario Urgente y ERIEs, e Ignacio García, técnico autonómico del área de Socorros y Emergencias, dos veinteañeros por aquel entonces, que ejercían como voluntarios de las bases de Socorros de San Martín de Valdeiglesias uno, y de Alcorcón el otro. 20 años más tarde, hemos vuelto a recordar con ellos esos momentos, lo que supuso para sus vidas, para su trayectoria en Cruz Roja y sobre cómo la entidad actuó en aquellos momentos y cómo hemos cambiado desde entonces en la atención de emergencias de gran calibre.
El 11 de marzo dónde se encontrabais ese día? ¿Qué estabais haciendo?
Nacho.- Estaba en casa en ese momento. Me levanté y fue lo primero que vi al poner la televisión. Vi todas las imágenes del atentado, lo que acaba de pasar. Y además estaba solo, porque mi padre estaba trabajando y mi madre justo iba a trabajar y pasaba por Atocha. Sí que fue un momento un poco de angustia, porque, bueno, tampoco era la época de que todo el mundo tuviera un teléfono móvil como es ahora. Me acuerdo que estuve llamando a la oficina a ver si había llegado bien. En Cruz Roja era un recién llegado y estaba en mi periodo de prácticas después de la formación básica que recibíamos.
Javi.- Yo estaba terminando la carrera de Enfermería, en tercero, y estaba haciendo las prácticas de de la asignatura de Urgencias en turno de tarde en el Hospital Universitario de Móstoles de donde había salido el día anterior a las 22:00h de la noche. Estaba durmiendo por la mañana en casa y recuerdo a mi madre escucharla hablar alto, me levanté y vi lo que lo que estaba ocurriendo, me preparé y ya me puse también a disposición de lo que hacía falta.
¿Cómo lo recordáis ese día? ¿Cuál fue vuestra labor? ¿Cómo os pusisteis disposición? Contarnos esas primeras 24 horas en relación al atentado.
Javi.- Yo llevaba 6 años como voluntario de transporte sanitario de la Asamblea de San Martín de Valdeiglesias y hablé directamente con los compañeros en esa mañana. Me dijeron que estaban bajando con la ambulancia desde San Martín para para ponerse a disposición de las autoridades. Y bueno, quedé con ellos, me recogieron y bajamos hacia la zona de Atocha.
Nacho.- Yo estaba recién incorporado en la Entidad como voluntario en la asamblea de Alcorcón. Recuerdo que en esa época se funcionaba por SMS, y le envié un mensaje al referente que teníamos para ofrecerle mi disponibilidad. Yo me incorporé al dispositivo de Ifema, desde donde por la tarde noche y al día siguiente, hacíamos el trabajo de acompañamiento con familias. En Ifema se hacía el apoyo psicosocial, tema de identificación de cuerpos, enseres y demás. Y ahí que estuvimos.
Y tú, Javi, ¿Qué recuerdas de ese día en en Atocha? ¿Qué te impactó más?
Javi.- Allí hacíamos un poco de todo. O sea, yo traslados como tal no hice, no fui a ningún hospital, pero sí ayudé a sacar a muchas personas, tanto vivas en ese momento, como también fallecidos, para poder empezar a despejar la zona y poder seguir ayudando. Recuerdo que sufrí un desalojo por aviso de bomba y nos hicieron salir corriendo dejando a personas allí que necesitaban ser atendidas. Afortunadamente no hubo ninguna explosión. Estuve toda la mañana allí haciendo lo que se podía. Recuerdo que Atocha era un hervidero de ambulancias, de coches, autobuses que trasladaban a gente, taxis que se llevaban gente…
Yo a las 14h me tuve que ir porque seguía con mis prácticas en el Hospital y me fui directo desde Atocha. Recuerdo que fue el día más tranquilo que viví en Urgencias en mi período de prácticas porque se informó en los medios que la gente no acudiera a los hospitales a no ser que fuera algo muy grave, para no colapsarlos. Recuerdo que en toda la tarde solo vinieron dos personas adultas, y que eran por consecuencias de la bomba expansiva. Cuando acabé mis prácticas en el hospital me fui a casa a descansar.
Entiendo que fue vuestra primera situación de emergencia importante de vuestra vida. ¿Cómo os sentisteis? ¿Cómo vivisteis, desde el plano personal, enfrentaros a una emergencia de tal magnitud?
Nacho.- A mi me pilló recién llegado a Cruz Roja con un curso de 40 horas básico y con dos guardias de prácticas. Bueno, a ver, fue complicado porque estás con las familias afectadas y es el momento en el que ves la realidad y magnitud de lo sucedido. En Ifema es cuando ya se ha comunicado el fallecimiento de su familiar y es un momento muy duro. A día de hoy ha evolucionado mucho este proceso de identificación así como la ayuda psicosocial, ya que en el año 2004 no estaba tan interiorizada ni tenía tanta importancia esta labor como se tiene ahora.
Los que estábamos allí hicimos esta labor con el mayor cariño del mundo y mucha empatía con las familias. Esta situación a nivel personal te afecta y te lo llevas en la mochila pero es cierto que cuando no te afecta a ti directamente, lo vives de otra manera.
Javi.- En mi caso, yo llevaba 6 años. Pero efectivamente fue lo primero, tan duro, que he podido vivir. Estás acostumbrado a accidentes de tráfico y otras emergencias, pero no a un atentado con una magnitud como esa.
Te lo echas a la espalda yo es cierto que a través de la Universidad se enteraron que yo había estado en el lugar y la Universidad puso a disposición un equipo psicológico por si nos hacía falta. A los pocos que estuvimos en los dispositivos tuvimos una charla de ventilación emocional que nos vino muy bien. Y como dice Nacho esto te toca pero no es lo mismo que si conoces a alguien. Yo afortunadamente no conocía a nadie que ni que fuera herido, ni fallecido, ni amigos ni allegados, ni nada. Entonces te toca, pero no en esa magnitud. En definitiva, el atentado supuso un cambio muy fuerte en el tema de las emergencias y una forma distinta de verlas también.
¿Ha cambiado mucho la forma de atender una emergencia en 20 años?
Javi.- La forma de atender a lo mejor no, porque al final una emergencia de este calibre va a ser un caos. Yo creo que va a ser un caos siempre pero, a día de hoy, hay una mayor prevención.
Nacho.- Yo creo que lo que ha podido cambiar es como que nos hemos concienciado, a lo mejor, de que estas cosas sí que puede suceder, porque a lo mejor en España veníamos de recibir otro tipo de atentados, pero en el 11M el atentado se produjo contra la población en general. A partir de ahí los servicios de emergencia, fuerzas y cuerpos de seguridad lo tienen más presente.
También creo que los servicios de emergencia se han reforzado en sus equipos y recursos, como en el tema de comunicaciones. Ese día ante el riesgo de más explosiones, los sistemas de emergencia públicos fueron por telefonía y en el momento que entran inhibidores de frecuencia se quedan sin comunicaciones. Nosotros al final, a nivel de Cruz Roja, las comunicaciones se mantuvieron porque la tecnología que utilizábamos no les afectaban los inhibidores y pudimos seguir coordinándonos.
En Cruz Roja hace 10 años que actualizamos nuestro sistema de telecomunicaciones y esa experiencia se ha tenido en cuenta. Es decir, hemos evolucionado. Hemos pasado de un sistema analógico a un sistema, en este caso ya mixto, que es analógico digital, aunque habitualmente trabajemos en digital, pues nos da muchas más prestaciones, pero tenemos la capacidad de que, a través de un ordenador, podemos pasar todas las comunicaciones otra vez a analógico y tener ese respaldo en este tipo de situaciones.
Vamos un poco ahora a nivel a nivel ya a nivel Cruz Roja global, Del artículo que salió publicado en relación a las capacidades que puso en juegos Cruz Roja (como se especifica en la introducción de esta entrevista) con un operativo gigante con el centro de coordinación de Cruz Roja en Madrid. ¿Que os dice estos estos datos teniendo en cuenta que son de hace 20 años?
Javi.- Me parecen una pasada teniendo en cuenta que son datos de hace 20 años y sabiendo las capacidades que tenemos ahora y lo que hemos evolucionado también. Parece una pasada, teniendo en cuenta que el dispositivo se montó a nivel nacional. Si hoy pasara la respuesta iba a ser similar, me refiero, es decir, o más.
Nacho.- Es que, al final, la fortaleza que tenemos no es si pasa en Madrid o pasa en Guadalajara, Cruz Roja somos una y ahí se van a juntar equipos de Huesca, de Madrid, de Huelva, de Mérida, de La Coruña, etc.
Javi.- La primera atención la da la Cruz Roja del territorio en el que ocurre la emergencia y luego lo que dice Nacho, lo bueno es que a nivel a nivel estatal somos una y todas capacidades se unen.
Nacho.- Y que esto sucede siempre, como lo que nos pasó con el accidente aéreo de Spanair, en el que vinieron equipos de intervención psicosocial de toda España, porque se estuvo 7 u 8 días en el hotel Auditorium, con el mismo proceso que pasó en el Ifema con el 11 M, con identificación de personas del vuelo. O como en el accidente ferroviario de Galicia, donde desplazamos recursos y también desplazamos equipos del Erie Psicosocial a los tanatorios de Madrid porque había víctimas de Madrid. O con en el Terremoto de Lorca, donde pasó igual y nos desplazamos. Los cuadrantes que se hacen en una emergencia de esta envergadura son que el turno de la mañana lo cubre Madrid, pero en la tarde venía A Coruña y la noche la hace Jaén. Y al final es la fortaleza que tenemos, y no es que haya sido porque el 11M haya movido más, sino que la idiosincrasia de la institución se ha repetido en las grandes emergencias que ha habido. Eso demuestra el ADN de Cruz Roja es el mismo, que es esa capacidad de movilización de recursos de todos a una para poder apoyar a la institución correspondiente.
Javi.- Al final, a lo mejor en un operativo ordinario del día a día puedes tener un poquito más de complicación de buscar personal voluntario para cubrir una guardia, pero en cuanto hay una emergencia de cualquier índole ya de este estilo, o de inclemencias invernales con gente que se queda bloqueada y hay que salir, la capacidad de respuesta es inmensa y sale gente de todos los sitios.
Nacho.- En una jornada, no recuerdo donde, coincidimos con el jefe de bomberos de Las Palmas porque había sucedido un derrumbe de un edificio o algo por el estilo allí, y estuvieron trabajando varios días con Cruz Roja. El hombre decía que antes de esa emergencia habían coincidido en algún servicio preventivo o algo similiar, pero que, desde esa gran emergencia, el definía a Cruz Roja como una apisonadora. Decía que el movía su operativo y en la primer ahora o 2 horas a lo mejor tenía 30 o 40 personas interviniendo allí, pero que Cruz Roja a lo mejor le mandaba 20 en la primera hora, pero es que, a las 2 horas, tenía 20 más que se van sumando y eso se lo mantienen durante 5 días, y que recuerda que cada vez veía más gente con chaleco de Cruz Roja.
Javi.- En una emergencia importante nosotros no sacamos todo el personal en la primera salida porque sabemos que nos tenemos que mantener y entonces preferimos tener los recursos justos y necesarios que dar una respuesta masiva al inicio y desinflarnos al rato.
Hipotéticamente, si a día de hoy ocurriera una emergencia del mismo calado con una tragedia de características similares, ¿cómo respondería Cruz Roja en en la Comunidad de Madrid?
Nacho.- Nosotros tenemos la red de transporte sanitario, es decir, son los que están en el día a día y son los primeros que van a responder, siendo una respuesta automática. El Centro coordinador, en este caso del SUMMA, al final es el que tiene que coordinar toda la respuesta sanitaria y la que movilizaría hacia el punto todos los recursos, incluidos los nuestros. Esto haría que se activaran los ERIEs (Equipos de respuesta inmediata ante emergencias) dependiendo un poco de lo que se necesite en ese primer momento, como por ejemplo, el equipo de asistencia sanitaria por si se tiene que desplazar al lugar, y luego el resto de equipos ya ir preparándose para toda la atención a familiares. Al final Madrid tiene muchos recursos sanitarios, no solo de Cruz Roja, sino de la administración.
Javi.- Trabajaríamos en pararelo con la emergencia pura y dura. Estaríamos con la red de transporte sanitario, como dice Nacho, y desplazaríamos los recursos en ese momento para allá. Y la gente que está en su casa da su disponibilidad lo que supone tener más recursos operativos para seguir atendiendo al resto de avisos ordinarios. Y en paralelo, pues todo lo que no tiene que ver con la propia emergencia, como el tema psicosocial, atención y realojo de personas damnificadas, etc.
Nacho.- Y no hay que perder de vista que hemos evolucionado mucho en la atención a las personas que intervienen y no solo a las personas damnificadas. Javi decía que su Universidad puso profesionales de la psicología para hacer esas charlas de descarga o ventilación emocional. En este caso a día de hoy, nosotros montaríamos los dispositivos para atención psicosocial a familiares, pero también muy pendientes de los intervinientes, no solo los propios, sino también del resto de equipos implicados. Y luego todo el tema logístico, con los módulos de avituallamiento y demás dispositivos. Al final se da una respuesta muy integral, y como ha pasado en otras ocasiones, incluso tendríamos la capacidad de movilizar ambulancias de otros territorios, como pasó con el accidente de Spanair en el aeropuerto, en el que se movilizaron, que yo recuerde, ambulancias de Castilla La Mancha, que fueron los que se quedaron con el dispositivo ordinario, porque los recursos de Madrid estaban en Barajas, pero los de apoyo de fuera se incorporaron a nuestra red de transporte sanitario y fueron los que fueron haciendo los avisos ordinarios.