No todos los días conocemos historias tan bonitas como la de Lorenza. Usuaria del Centro de Día de Reina Sofía, perteneciente a la asamblea local Madrid zona Norte, ella lo tiene muy claro: lo suyo siempre ha sido «ayudar a los demás». Desde que se sacase el carnet de socorrista en Cruz Roja en el año 1982 jamás ha dejado de tener vinculo con la entidad.
Orgullosa de haber sido parte de la historia de «una de las organizaciones más bonitas del mundo», a sus 93 años, ahora es Cruz Roja quien la ayuda a ella. Desde Zona CREO hemos querido conocer su historia para que todos/as vosotros/as también la conozcáis. En esta entrevista podréis conocer cómo comenzó el vínculo de Lorenza con la entidad, sus anécdotas más destacadas y cómo se encuentra a día de hoy en el Centro de Día.
¿Por qué decidiste hacerte socorrista?
Mi marido llevaba las cuentas y ayudaba en una asociación de mayores en la Ventilla, en Madrid. Yo también acabé ayudando allí, ya que mi marido y yo éramos uno. Donde iba él iba yo. Yo iba como monitora en los coches en los que llevábamos a los ancianos a la playa, pero yo quería tener conocimientos de socorrismo por si a alguno/a de ellos/as les pasaba algo. Entonces, junto a una compañera, fui a sacarme el carnet de socorrista. Al final ella no se lo sacó, porque al ver a tanta gente joven le dio vergüenza, pero yo si lo hice, porque cuando empezaba una cosa me gustaba terminarla. Comencé siendo socorrista en esta asociación, pero después he ido donde se me ha necesitado. Me gustaba mucho ir, aunque ya tenía a mis hijos cuando comencé en la asociación y trabaja como modista. Tenía mucho trabajo.
En la asociación, tú ayudabas a las personas mayores que estaban allí, ¿no?
Eso es, yo ayudaba a todo. Una vez, en la piscina, a un señor le dio un calambre y yo le atendí. Lo que yo hacía era sobre todo ayudar. Con Cruz Roja, en la actual Gran Vía, se ponían varios puestos para el día de la Banderita y allí estaba. Yo siempre ayude allí, siempre me acercaba al puesto a estar con ellos/as. Yo con Cruz Roja he tenido toda mi vida un apego muy grande. Jamás pensé venir a un sitio como el Centro de Mayores de Reina Sofía. Yo siempre era quien ayudaba, no pensé que tuvieran que ayudarme a mí. Pero estoy muy contenta, me atienden muy bien.
¿Y qué tuviste que hacer para conseguir el carnet de socorrista?
Las pruebas para conseguir el carnet eran hacer un vendaje y ver qué hacíamos y cómo reaccionábamos ante la sangre. Yo tendría unos 53 años y cuando me lo saqué, además de tener a mis hijos, estaba trabajando como modista. Siempre he trabajado; desde niña estuve en el campo, luego estuve asistiendo en Madrid, pero no me gustaba, porque yo quería aprender algo. Después, estuve en la Organización Nacional de Ciegos (ONCE) durante 3 años. Con 14 años me puse a coser, y así estuve toda la vida como modista.
«Jamás pensé venir a un sitio como el Centro de Mayores de Reina Sofía, pero estoy muy contenta, me atienden muy bien»
¿Recuerdas alguna anécdota en la que tuviste que ayudar a alguien como socorrista?
Recuerdo dos muy bien. Una vez salí de casa y había dos niñas jugando cuando una de ellas empezó a gritar, tenía el pie torcido. Yo, sin pensarlo, se lo puse bien, y la niña, aunque dolorida, estuvo muy agradecida conmigo. Otro caso fue que, entregando en una de las tiendas en las que trabajaba, me encontré a un chico en el suelo. No reaccionaba, no se levantaba, hasta que le hice el boca a boca y se despertó.
En la época en la que te sacaste el carnet de socorrista, no había muchas mujeres en esta labor ¿no?
Había alguna, pero eran más chicos que chicas. Cuando nos examinaron había mujeres jóvenes y, cuando tuvimos que recoger el carnet, dude de mí misma, porque yo ya no lo era. Cuando fui a recogerlo vi que me estaban esperando y me dieron la enhorabuena porque, entre tantos/as, salí la tercera. Una anécdota divertida es que, cuando me dieron el carnet, fui corriendo a enseñárselo a mi madre y en el metro había un señor que plastificaba documentos. Le di mi carne para plastificarlo y que no se rompiera, pero se me olvido rellenarlo por escrito. Llevo con el carnet 40 años y sigue sin escribir porque ya no me atreví a quitarle el plastificado.
«Estoy muy contenta aquí, las compañeras y las chicas son muy buenas. Yo digo que no son solo compañeras, son mis amigas»
¿Cómo era compaginar el trabajo como modista, con la crianza de los hijos y la labor como socorrista en la asociación?
Fue muy difícil. La gente me preguntaba cómo lo hacía, y yo decía que para mí “la noche no contaba”.
Ahora estás en el Centro de Día de Reina Sofía, ¿qué tipo de actividades realizas en el centro? ¿Qué es lo que más te gusta?
Uno de mis hijos fue quien decidió que entrase aquí y cuando entré lloré mucho, porque no sabía lo que era esto, pero rápido mis compañeras me animaron. A mí siempre me ha gustado mucho escribir y en el centro estaba Don Juan, que era escritor. Cuando entré y me vio triste, él me animo y me ayudó mucho. Estoy muy contenta aquí, las compañeras y las chicas son muy buenas, me llevo bien con todo el mundo.
Aquí se hacen muchas actividades. Nada más entrar tenemos gimnasia, y después terapia. Luego tenemos un taller de muñecas, y yo ya he hecho siete. ¡Donde hay trabajo allí voy! Vamos a comer y después nos echamos la siesta, y a las 4 nos dan la merienda y jugamos al bingo. Lo que más me gusta es la terapia, nos hacen recordar cosas antiguas y eso me gusta mucho.
«Lo que más me gusta es la terapia, nos hacen recordar cosas antiguas y eso me gusta mucho»
¿Qué es lo que te gusta de Cruz Roja? ¿Qué significa Cruz Roja en tu vida?
Cruz Roja es una de las organizaciones más bonitas del mundo. Desde hace muchos años ayuda siempre a quien puede y, vayas donde vayas, está Cruz Roja, en cualquier país. Cruz Roja vale mucho, le doy un valor enorme.
¿Estas contenta a día de hoy?
Estoy muy contenta. He sido querida en todos los sitios a los que he ido, he tenido y tengo una familia maravillosa. Aquí soy muy feliz. Yo digo que mis compañeras no son solo compañeras, son mis amigas, me rio mucho con ellas. El sacrificio que las técnicas hacen por nosotros/as es muy bonito, es para vivirlo y comprender el sacrificio que hacen. Siempre me dan mucho ánimo.
En esta noticia hablamos del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 como parte de nuestro compromiso para potenciar la consecución de la Agenda 2030. Puedes obtener más información de los ODS en el siguiente enlace.