La asamblea de Cruz Roja en Galapagar celebró el pasado 22 de febrero un taller dirigido a las mujeres para impulsar su empoderamiento menstrual. El objetivo del taller fue mejorar el conocimiento sobre el ciclo menstrual, así como afrontar mejor las diversas cuestiones y problemas que lleva aparejada la menstruación.
El taller contó con la participación de Pilar Lera Candelas, trabajadora social de la asamblea, y de Sandra Casado, alumna en prácticas de Integración Social, quien ha colaborado estrechamente en la organización de esta iniciativa.
Sandra comentó que el taller fue todo un éxito: «Han asistido 32 mujeres, a las que hemos dado toda la información necesaria sobre la menstruación. Realmente, desconocemos los beneficios y riesgos que tienen los productos sanitarios que utilizamos habitualmente. Yo misma no era conocedora de los riesgos hasta hace poco, cuando decidí cambiar los productos sanitarios convencionales por las nuevas alternativas, las cuales presentan claras ventajas.»
Desde pequeñas, las mujeres vivimos nuestra salud menstrual y todo lo relacionado con las zonas íntimas como un tabú. En el taller se ha resaltado la importancia de que la mujer conozca su cuerpo, lo acepte y lo respete. Desde el primer periodo hasta el último sufrimos muchos cambios y surgen muchas dudas. Debido a la escasez de información, se generan diferentes mitos: se sincroniza la regla con otras mujeres con las que convives, se corta si te bañas, es normal tener dolores, no se debe mantener relaciones sexuales, si no te baja la regla es porque estás embarazada, etc.
Por otro lado, la vagina es una de las partes más sensibles del cuerpo y el contacto con productos tóxicos puede causar molestias, infecciones e irritaciones. De hecho, muchos dolores menstruales son debidos al uso de productos no sostenibles y tóxicos.
Hoy en día, existen varios productos sanitarios para la menstruación. Los más conocidos y usados son las compresas y tampones, pero ambos son productos que dañan el medio ambiente y no permiten una salud plena de las zonas íntimas.
El 90% de las compresas están hechas de plástico y pueden provocar dolor, irritación, sequedad, picor, infecciones por hongos o reacciones alérgicas. Además, se genera residuo con cada uso.
Existen alternativas más sostenibles y saludables, como son las compresas de tela lavables y reutilizables o la copa menstrual. La copa menstrual es un producto de plástico quirúrgico (no provoca alergias) que, al tener distintos tamaños, se adapta al cuerpo uterino. Se introduce y se retira con gran facilidad. Permite un uso aproximado de 12 horas y tiene un tiempo de vida de 10 años. También existen las bragas menstruales, que absorben el flujo dentro de la braguita y no mojan ni la piel ni la ropa y, según el uso, su vida útil es de entre 2 y 5 años.
En esta noticia hablamos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 3, 4 y 13 como parte de nuestro compromiso para potenciar la consecución de la Agenda 2030. Puedes obtener más información de los ODS en el siguiente enlace.