El Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo de 2023 se dedica este año al entorno de trabajo seguro y saludable como principio y derecho fundamental en el trabajo.
En junio de 2022, la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) decidió incluir “un entorno de trabajo seguro y saludable” en el marco de principios y derechos fundamentales en el trabajo de la OIT. La Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo es la expresión del compromiso de los gobiernos y de las organizaciones de empleadores y trabajadores de respetar y defender los valores humanos fundamentales para nuestras vidas en el plano económico y social.
Esta Declaración reafirma las obligaciones y compromisos que son inherentes a la pertenencia de la OIT, como la abolición efectiva del trabajo infantil, la eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación o tener un entorno de trabajo seguro y saludable.
Desde el Área de Prevención de Riesgos de Cruz Roja en la ComunidAd de Madrid, y como todos los años, queremos celebrar este día contigo.
Siguiendo con las iniciativas de nuestro Plan de Salud y Bienestar Corporativo, +Saludable, este año va a enfocado al cuidado de nuestra tensión arterial y, por ello, se suministrará a cada uno de los centros tensiómetros para uso del personal, que podréis manejar vosotros mismos para el control de este parámetro en vuestro cuerpo.
Para conocer más sobre esta iniciativa hemos hablado con Laura Melendo, Responsable Área de Prevención de Riesgos Laborales, para que nos explique cuáles son los síntomas y los factores de riesgo de la hipertensión, por qué es bueno tener un tensiómetro y cómo se usa correctamente.
¿Por qué es bueno tener un tensiómetro?
Está claro, porque la salud es un pilar fundamental. Conocer nuestros indicadores físicos es indispensable para arreglar lo que no anda bien y ser conscientes de aquellas señales del cuerpo que debemos escuchar y atender.
¿Cuáles son los principales síntomas de la hipertensión?
La presión arterial está determinada por la cantidad de sangre que tu corazón bombea y por el grado de resistencia al flujo de la sangre en tus arterias. Puedes tener una presión arterial alta durante años sin tener síntomas, pero el daño a los vasos sanguíneos y a tu corazón se sigue produciendo igualmente. Lo bueno es que se puede detectar muy fácilmente y no hace falta que tu cuerpo reaccione. Sin embargo, si lo hace, puedes tener dolores de cabeza, dificultad para respirar…
Puedes tener una hipertensión primaria, la que tiene la mayoría y que suele desarrollarse en el transcurso de los años y una secundaria, derivada de otras enfermedades o problemas, como efectos secundarios por tomar medicamentos, problemas de tiroides, apnea…
¿Y cuáles son los factores de riesgo por los que una persona puede sufrir de tensión arterial alta?
La presión arterial alta presenta muchos factores de riesgo. Algunos de ellos son:
- Antecedentes familiares. Tiende a ser hereditaria, por lo que si tienes algún familiar que la haya sufrido deberías controlarla.
- La edad. El riesgo de sufrirla aumenta con la edad. Hasta los 64 años es más común en los hombres, las mujeres la empiezan a sufrir a partir de los 65.
- Sobrepeso u obesidad. La lógica funciona en este punto: cuanto más pesas, más sangre necesitas para suministrar oxígeno y nutrientes a tus tejidos. Así, a medida que aumenta el volumen de sangre que circula a través de los vasos sanguíneos, también lo hace la presión sobre las paredes arteriales.
- Sedentarismo. La falta de actividad física también entra en juego aquí. Las personas inactivas suelen tener una mayor frecuencia cardíaca. Cuanto más alto sea tu ritmo cardíaco, más esfuerzo debe hacer el corazón con cada contracción y más fuerte es la fuerza que se ejerce sobre las arterias.
- Consumo de tabaco y alcohol. El consumo excesivo de alcohol y tabaco no ayuda, ya que puede dañar el corazón.
- Poco potasio y demasiada sal en la dieta. La alimentación es clave. Apuesta por el realfooding (la comida real) y por no usar demasiados aditivos.
- Estrés. Los niveles altos de estrés también pueden jugar malas pasadas.
- Otras enfermedades. Si tienes alguna afección crónica, puede aparecer en juego la presión arterial.
Y, por el otro lado, ¿qué pasa si tienes la tensión baja?
Con lo dicho anteriormente, puede parecer deseable tener la tensión baja, pero sufrir de hipotensión también puede acarrear muchos problemas, como mareos, desmayos, confusión, problemas para concentrarse, náuseas, fatiga… Las causas pueden ser deshidratación o trastornos médicos derivados de cirugías, por ejemplo. En cualquier caso, es importante determinar la causa para poder tratarla.
Un gesto que puede ayudar a frenar y tratar la hipotensión o la hipertensión es medirse la presión arterial. Para hacerlo basta con acudir a tu médico o a una farmacia. También es algo que puedes hacer desde casa. Por ello, no está de más tener un tensiómetro, al igual que tienes un termómetro o una báscula.
¿Cómo se usa un tensiómetro correctamente?
Lo cierto es que es muy fácil medir la tensión arterial, pero conviene tener en cuenta una serie de cosas. Lo mejor es hacerlo antes de desayunar o de cenar, así evitarás que los valores salgan alterados. Asimismo, también debes evitar tomar café, té o alcohol y fumar, al menos, media hora antes de la medición. Tampoco lo hagas justo después de hacer ejercicio, es bueno que estés sentado y tranquilo, así como dejarlo para otro momento si estás pasando por un episodio estresante. Por ello, la habitación donde lo hagas es importante: es recomendable no tener demasiado ruido y una temperatura agradable. Conviene hacerlo con la vejiga vacía, así que orina antes de la prueba.
A la hora de colocar el aparato, ten en cuenta que la ropa no te apriete demasiado. Debes estar sentado con la espalda bien apoyada y las piernas sin cruzar. Deja reposar el brazo sobre una mesa, a la altura del corazón, e intenta no moverlo. Si el tensiómetro es de brazo, deberás colocar el manguito 2 o 3 centímetros por encima del codo. También puede ser que tengas que colocarlo en la muñeca, en cualquier caso, es recomendable leer siempre las instrucciones del fabricante.
A continuación, deja la palma de la mano hacia arriba y el codo flexionado. Lo ideal es apuntar los valores y volver a repetir la medición unos minutos después. Para tener unos datos fiables, repite la operación durante una semana y siempre a las mismas horas. Lo ideal es hacerlo tres veces por la mañana, antes de desayunar, y tres por la tarde, antes de la cena.