10 de mayo 2021
Cruz Roja realiza un trabajo fundamental ayudando a las personas en riesgo de exclusión. Les asesora en temas de empleo o salud, por ejemplo, pero eso no es todo.
Hay un apartado que quizás sea un poco menos conocido, pero que es básico para quienes reciben esa ayuda, en concreto en nuestra Asamblea de Majadahonda-Las Rozas: el programa de mayores.
Para que nos expliquen que reciben de nuestra Institución y si les es útil, hemos quedado, sucesivamente, con dos usuarias Lola Requerey y Pilar González.
Lola Requerey
Empezamos con Lola, tiene 75 años, viuda, vive sola y no tiene hijos. Fue usuaria del proyecto ENREDATE antes de la pandemia y acudió a algunos talleres de manejo de móviles, aunque dice que no se siente muy cómoda con estas tecnologías. También antes tenía una voluntaria de acompañamiento hasta que comenzó la pandemia.
Ahora recibe llamadas frecuentes para saber cómo se encuentra. Pero, sobre todo, utiliza el servicio de ayuda a domicilio complementaria, a través del cual se le acompaña, cuando lo precisa, a citas médicas y hospitalarias con un vehículo y voluntarios de cruz roja.
También tiene teleasistencia con Cruz Roja, para ayudarle en caso de tener emergencia sanitaria o social en el domicilio. Asimismo, desde este proyecto se realizan llamadas de seguimiento.
Lo primero que llama la atención en Lola es el buen aspecto que tiene y la sensación de ser una persona autosuficiente, pero ella nos explica.
—Eso me dicen. Cuando falleció mi marido hace 3 años, de tantos esfuerzos, porque yo le levantaba y le trasladaba, me fui desgastando y fue morir él y empezar con una tendinitis en los hombros que no podía coger la taza de café. Había días que me acostaba y levantaba vestida. No me podía desnudar.
Yo conocía Cruz Roja pero no pensaba que me podrían ayudar a mí. Que habría otra gente más necesitada, pero en el Centro de mayores El Baile, en Las Rozas, leí que tenían servicios de acompañamiento para mayores de 65 años. Yo se lo digo a todo el mundo “beso por dónde va la Cruz Roja”. Es la ayuda humanitaria más grande del mundo. No hay fronteras. Ayudar al que lo necesita.
Con la teleasistencia me siento segura, porque tienen las llaves de mi casa para una emergencia y además me llaman cada 15 días que es el plazo que yo he elegido.
– ¿Con estos apoyos te sientes más segura?
–Totalmente. Soy viuda, sin hijos, mis hermanos son mayores y aunque se preocupan mucho
por mi…, pues estoy completamente sola, con eso de la pandemia no veo a nadie.
Durante la pandemia, desde el proyecto ENREDATE, como no se podía hacer actividades presenciales, hacen llamadas frecuentes para ver cómo te encuentras, para dar información de riesgos en el hogar o para paliar la soledad. También me mandaron libros y mándalas para estuviera entretenida, ejercitara la memoria y además me trajeron todo el material a mi casa.
También he encontrado ayuda en los voluntarios de Cruz Roja para gestionar algún problema que he tenido. El otro día, un voluntario con conocimientos jurídicos me ayudó con los trámites para solucionar un problema con una empresa de telefonía. También me han acompañado a hacer gestiones con Hacienda, para la dependencia etc.
– ¿Cómo vives la pandemia?
–Lo noto mucho. Apatía, ansiedad, aburrimiento. Por la noche pienso “un día menos”, dudo del día de la semana que es. Desconcierto.
– ¿Cómo animarías a la gente a venir y pedir ayuda?
–Hay gente a la que le parece que la ayuda es solo para gente que no tiene recursos económicos, pero no es cierto. En estos programas no se tiene en cuenta nunca la situación económica, la pensión, ni cualquier tipo de ayuda que se tenga. El único servicio de pago es la teleasistencia.
Desde este programa
Efectivamente, se va a ayudar igualmente a la persona que tenga posibilidades económicas como a la que no las tenga, porque lo que se valora es la soledad de la persona y que necesite nuestra ayuda. No se tiene en cuenta ningún otro perfil.
También he encontrado ayuda en los voluntarios de Cruz Roja para gestionar algún problema que he tenido con empresas de telefonía.. El otro día, un chico(pondría un voluntario) con conocimientos jurídicos me ayudó con los trámites (aquí pondría: para solucionar un problema con una empresa de telefonía) También me han acompañado a hacer gestiones con Hacienda, para la dependencia etc.
+-¿Cómo vives la pandemia?
–Lo noto mucho. Apatía, ansiedad, aburrimiento. por la noche pienso “ un día menos”, dudo del día de la semana que es. Desconcierto..
+-como animarías a la gente a venir y pedir ayudas?
–Hay gente a la que le parece que la ayuda es solo para gente que no tiene recursos económicos, pero no es cierto. En estos programas no se tiene en cuenta nunca la situación económica, la pensión, ni cualquier tipo de ayuda que se tenga. El único servicio de pago es la teleasistencia.
Desde este programa
Efectivamente, se va a ayudar igualmente a la persona que tenga posibilidades económicas como a la que no las tenga, porque lo que se valora es la soledad de la persona y que necesite nuestra ayuda. No se tiene en cuenta ningún otro perfil.
Entrevista a Pilar González
Pilar González tiene 83 años y una energía que envidiaría gente mucho más joven. Pilar ha pasado por el trance de que su esposo falleciera por COVID al inicio de la pandemia, en la residencia donde estaba ingresado. Tiene hijos y nietos que se preocupan por ella.
Refiere haberse sentido muy acompañada por Cruz Roja en este duro proceso, a través de llamadas de seguimiento ya que es usuaria del proyecto ENREDATE.
Es participante de ayuda a domicilio, por lo que se le acompaña a citas médicas cuando lo solicita.
– ¿Cómo viviste el fallecimiento de tu marido?
–El 17 de mayo de este año. Estaba en una residencia, tenia Alzheimer. Mis hijos, mis nietos, mis nueras y yo íbamos a verle diariamente. Ha estado muy atendido. Incluso cuando me operaron de cáncer de colon dos veces y luego de desprendimiento de retina pedí ir a la residencia a recuperarme.
Aunque estuvo muy cuidado en todo momento, se contagió en la residencia y eso fue la tragedia. Mis hijos y yo llorando. Porque no le pudimos ver y eso es desgarrador para cualquier familia.
Aunque tiene críticas para los políticos, recuerda el homenaje que le hicieron en la alcaldía cuando escribió un libro sobre el Hospital Puerta de Hierro, donde la operaron dos veces de cáncer de colon. Se titulaba “mis vivencias en PH entre luces y sombras”.
– ¿Qué relación mantiene con Cruz Roja?
–Pido ayuda cuando necesito ir a algún sitio.
La relación con Cruz Roja para mí es muy importante porque hacéis una labor maravillosa. Dais todo a cambio de nada. Los voluntarios nos ayudan para ir a los hospitales y echan toda la mañana. Por ejemplo, yo que lo necesito tanto y no puedo echar mano de mis hijos porque no pueden entrar a las consultas, se lo agradezco muchísimo.
Para mí los voluntarios de la Cruz Roja sois un verdadero amor. He colaborado muchas veces con mi nieta para eventos de Cruz Roja.
– ¿Le han llamado durante la pandemia?
–Sí. Me llaman para ver como estoy y si necesito hablar con alguien o charlar de cualquier cosa.” Me encanta estar de charla”.
– ¿Cómo valorarías la actividad de Cruz Roja?
–En mi opinión merece un 10 o un 20. Muy buena, muy buena opinión, muy humanos, muy pendientes de nosotros. Me llaman todas las semanas para ver si necesito algo. Eso es enriquecedor. Me dais alegría, felicidad. Para mi es animarme mucho por lo que hemos pasado.
– ¿Recomendaría a los mayores que fueran a Cruz Roja?
–Por supuesto, porque la labor que hace no se paga con dinero y los voluntarios que tenéis son ejemplares. Tan dulces, tan cariñosos. Cuando me han llevado a algún sitio lo hacen con una delicadeza y un amor enormes.
Lola y Pilar animan a los mayores a que busquen ayuda y compañía en Cruz Roja