Nuestra compañera de recepción en Muguet, Carmen Dueñas, se prejubila.
45 años. Se dice pronto. Toda una institución. Toda una vida. Y millones de experiencias y anécdotas por contar. Nosotros hemos querido rescatar un trocito de esa ‘vida’ y convertirla en palabras. Palabras de agradecimiento, de cambios, de sinceridad. Todos y todas las personas que hemos pasado por Muguet tenemos un recuerdo de Carmen. Una sonrisa, un chascarrillo. Así es ella. Natural, espontánea, directa. Y en Muguet y en CRE en general, la vamos a echar mucho de menos.
El pasado miércoles, Carmen quiso celebrar con todas y todos, alrededor de una chocolatada, este acto tan importante para su vida. Acto que se vio refrendado por el calor de todas las personas de Muguet en un acto muy emotivo.
Os dejamos con la entrevista que le pudimos hacer Carmen, 24 horas antes de su prejubilación y un amplio reportaje fotográfico de su despedida en Muguet.
Después de 45 años trabajando en CRE Madrid, cuéntanos ¿en qué centros o sedes has trabajado a lo largo de estas décadas?
Entré en la organización en Abril de 1974, en la Guardería de San Cristóbal de Los Ángeles, que era un centro para ayudar a que, las madres y padres trabajadores, pudieran dejar allí los niños mientras trabajaban. Allí estuve 17 años donde me sentí muy orgullosa de pertenecer a Cruz Roja. Trabajábamos muchas horas extras, sin remunerar, y lo hacíamos contentas porque sentíamos que estábamos haciendo algo por los demás, de estar ayudando a personas que lo necesitaban.
Luego se cerró la Guardería y me desplazaron a Casa de Campo junto a dos de mis compañeras, donde estuve dos años. Al cabo de ese tiempo, se necesitaba una trabajadora en Espacio Pozas y mediante un sorteo me tocó a mí desplazarme allí. Recuerdo que lloré mucho, porque llevaba muchos años trabajando con mis compañeras y no quería despedirme de ellas.
Pozas, al principio, fue duro, porque no conocía a nadie allí, pero enseguida me adapté muy bien, la gente fue maravillosa. Allí estuve otros 11 años, luego me desplacé a la sede de Federico Rubio, dónde estuve otros 11 años. Tras ellos, pasé 4 en Oficina Central y mi último destino, esta oficina, la de Muguet.
En la mayoría de estas sedes y oficinas he llevado a cabo funciones de recepcionista, aunque también he pasado por otros puestos, como el de personal de limpieza en Casa de Campo.
En estos 45 años, ¿Cómo has vivido el cambio o los cambios que se han ido dando dentro de la organización?
Cuando yo entré Cruz Roja, teníamos un sentimiento mucho más familiar, mucho mas ‘Cruz Roja’. En los últimos años he sentido una evolución hacia un ambiente más empresarial y a mí, me gustaba más lo de antes.
Antes era una organización más familiar, todos estábamos para todo, e íbamos para cualquier problema. Y trabajábamos fines de semana, sin cobrar, y todos lo hacíamos. Hay algo que ha cambiado.
¿Hemos perdido en CRE Madrid esa conexión más personal en favor de lo laboral? ¿La relación más familiar, tal vez?
Ahora se ve más la parte económica. Antiguamente todo lo dábamos sin cobrar por ayudar a la gente, y ahora eso del ‘corazón’ se ha perdido. Hasta yo misma. Antes me sentía orgullosa, y ahora también tengo un sentimiento de orgullo pero ya no lo vivo con aquella pasión con la que antes hacíamos las cosas.
¿Qué has aprendido en CRE Madrid en todos estos años?
Muchas cosas. He aprendido a vivir y a gestionar sentimientos. He reído y he llorado. He aprendido a tener unas normas, un horario, a relacionarme con mis compañeros y compañeras. También a tratar a la gente, ya que al ser la primera cara visible del edificio muchas veces eres la primera referencia que tienen las personas, de la organización.
Yo nací en un hospital de Cruz Roja. Toda mi pasión la tengo desde que nací. Yo recuerdo decirle entre risas a Carlos Payá, <<yo en Cruz Roja nací y aquí me muero>>.
¿Cómo ha influido Cruz Roja en tu vida? ¿Qué ha significado para ti a nivel personal?
Entré aquí con 16 años, por lo que Cruz Roja es mi vida. No he tenido otra vida más que esta casa. Cruz Roja, para mí, es mi casa. No concibo mi vida sin Cruz Roja.
De hecho, mis dos hijas desde muy pequeñas siempre han querido trabajar en Cruz Roja y una de ellas, actualmente, forma parte de la plantilla.
¿Cuál ha sido el mejor momento que has vivido en CRE Madrid y el más difícil?
Uno de los años en los que estuve destinada a Oficina Central tuve de compañera a Ana María Olarte y para mí, ha sido el mejor año en Cruz Roja. Fui muy feliz, era una compañera increíble, me enseñó muchas cosas y, además, nos lo pasábamos muy bien. Todos los días nos reíamos.
Los recuerdos más tristes siempre han sido al trasladarme de una sede a otra, el despedirse de los compañeros y compañeras. Los cambios, para mí, han sido lo más duro.
¿Recuerdas alguna anécdota?
Estaba en Federico Rubio, y mi compañero, Antonio Higuero, un poco por hacer ‘la gracia’ cambiaba algunos nombres. Al entonces Presidente Nacional de Cruz Roja, Suárez del Toro, le llamaba, Suárez del Muuu y sin quererlo, me lo pegó. Recuerdo que llamaron de una Embajada, y, al dar el nombre del Presidente, di el de ‘Suárez del Muuu’ para que enviaran unas invitaciones a un acto oficial. Cuando colgué, me di cuenta pero ya no había marcha atrás. Recuerdo que fui la risa del edificio durante unos días.
¿Cómo le explicarías a alguien que no pertenece a la organización lo que significa ser de Cruz Roja?
Somos una organización que estamos en todo el mundo, presentes en todas partes. Es la ONG más grande, la que más proyectos tiene, la que abarca todos los ámbitos.
A cualquier lado que vayas y digas que perteneces a Cruz Roja saben quién eres y qué representas.
¿Qué crees que nos diferencia de otras entidades sociales?
Pues creo que precisamente la capacidad para abarcar tantos y tantos ámbitos y personas.
¿Qué les dirías a la organización para que pudiéramos seguir mejorando en CRE Madrid?
Creo que se necesita más humanidad. Tenemos que pensar en los trabajadores, porque con una buena palabra y un buen gesto se llega mucho más allá.
¿Qué te llevas de toda tu experiencia en CRE Madrid?
Un cariño muy grande, porque mucha gente me conoce desde hace muchos años, y cuando me ven después de mucho tiempo, siempre tienen una palabra amable y eso es lo que más me llena.
Me llevo también mucha emoción, mucho trabajo.
Me da mucha pena irme, pero también es hora de descansar. Que ya son muchos madrugones. Por una parte tengo ganas de que llegue y por otra me da mucha pena, sé que lo voy a echar de menos porque me siento muy a gusto en mi trabajo.
¿Qué vas a hacer ahora como prejubilada?
Tengo una casa en Ávila e iré unos días y luego, viajar, disfrutar del verano y de todo lo que tenga que venir, con mi marido, mi familia y con mis amigas. Tengo muchas ganas de disfrutar.
Ha sido una buena entrevista a Carmen Dueñas es y será una persona espectacular lo sé de muy buena mano porque soy su hermano y ha dado todo por la empresa y da todo por la gente y por la familia de eso doy fe un besazo muy grande para mi hermana y a partir de ahora que sea muy feliz y a disfrutar de la vida que ha dado todo pues empresa
Estoy muyyyyyy orgullosa de mi tía y madrina. Te quiero tía! Ahora disfruta de la vida!!! ?
Yo si que os quiero.
Ha sido un placer trabajar a su lado y haber podido conocer la gran persona que es. La echaré de menos.