“Los voluntarios, voluntarias, y los trabajadores de Cruz Roja conocen de cerca las dificultades y barreras que en su día a día se encuentran las personas más vulnerables que viven en la España despoblada. Nuestra actividad se desarrolla en diferentes áreas de intervención y conocemos con detalle lo que les pasa a las personas mayores, a las mujeres en dificultad social o que sufren violencia de género, a las personas que no tienen empleo, a las familias con hijos en edad escolar, a los jóvenes sin oportunidades y creemos que es importante trasladarlo al conjunto de la sociedad”. Así ha comenzado Javier Senent, Presidente de Cruz Roja, la presentación esta mañana del evento Voces de la España Despoblada, que ha servido como marco para dar a conocer el informe La vulnerabilidad social en el contexto de la España despoblada.
Los datos son elocuentes: en el 53% del territorio español solo vive el 5% de la población y la densidad es inferior a 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado, lo que nos convierte en el país con más superficie despoblada del sur de la Unión Europea. Y el proceso continúa: durante el último año, 36 provincias han perdido población por una dinámica de regresión demográfica que sigue cebándose mayoritariamente con las áreas rurales.
El estudio aborda la realidad de las regiones en las que la población es muy escasa. “Queremos destacar el envejecimiento y la masculinización progresiva de las zonas de la España Despoblada. La soledad no deseada es una de las realidades más crudas y afecta no solo a las personas mayores, sino, también, a hombres que viven solos. Además, nos preocupa la falta o desaparición de servicios básicos e infraestructuras, como escuelas, centros de salud, transporte público… así como los largos desplazamientos que los habitantes de estas zonas se ven obligados a realizar para recibir atención médica, sobre todo la especializada, o para llevar a sus hijos e hijas a los centros escolares”, ha explicado Javier Senent, que ha añadido: “Muchas de las personas que atendemos carecen de competencias digitales. Y la falta de conectividad afecta no solo a las comunicaciones sino, también, a las posibilidades de teletrabajar o poner en marcha nuevos proyectos, así como al acceso de teleasistencia móvil a las personas mayores o a las mujeres víctimas de violencia de género, por ejemplo”. Además, hay circunstancias que acentúan la situación de desventaja social, como la discapacidad, el hecho de ser extranjero, la diversidad sexual o el desempleo.
Con la elaboración del informe La vulnerabilidad social en el contexto de la España despoblada, “buscamos claves para reorientar nuestra intervención, detectar nuevas necesidades, sensibilizar a la sociedad sobre la realidad de la España Despoblada, construir alianzas y trabajar conjuntamente con organizaciones y entidades que están presentes y actúan en estas zonas rurales. Hacemos propuestas en todas las áreas (empleo, educación, salud, fiscalidad, investigación, vivienda, pobreza energética, agricultura y ganadería, desarrollo local, Protección Social, Transporte, Juventud, Cultura, Participación ciudadana, etc…) porque queremos rentabilizar el potencial de Cruz Roja como entidad de la sociedad civil en la búsqueda de respuestas a este reto común”, ha concluido Javier Senent.
Un reto al que ponen rostro y voz los protagonistas de la España despoblada, sus habitantes, trabajadores y voluntarios, en el vídeo Voces de la España Despoblada, producido por Cruz Roja, con el que se dio comienzo a la mesa redonda y en el que se visualizan, en primera persona, muchas de las adversidades a las que se enfrentan en el día a día estas poblaciones.
En el turno del debate, Juana López, directora general de Políticas contra la Despoblación, destacaba que “el estudio llega en el momento oportuno, es hora de hablar de todo lo que tenga que ver con crear oportunidades en la España despoblada y ahora las administraciones políticas, la ciudadanía y los medios de comunicación están tirando juntos ante un desafío como es el reto demográfico. Como país nos tenemos que definir en los Servicios Públicos que podemos ofrecer a estos colectivos vulnerables”.
A su vez, desde la Federación Española de Municipios y Provincias, su secretario general, Carlos Daniel Casares, hizo hincapié en que “hay que respetar que las personas vivan donde quieran vivir, pero en las mejores condiciones posibles. Ahora es el momento y hay que trabajar en dos líneas: impulsar la cogobernanza, esto es cosa de todos; y la involucración de entidades sociales, como Cruz Roja, siempre al lado de la gente más vulnerable, que en la España rural es mucha”.
Desde el ámbito privado, Juan Manuel Serrano, presidente de Correos, puso el foco en que, “aunque ante un reto como éste nunca es tarde, quizás hemos dejado pasar demasiado tiempo. Por eso es el momento de ponerse manos a la obra y de ser útiles al conjunto de personas que viven en estos entornos como, por ejemplo, la iniciativa que iniciamos desde Correos hace ahora dos años de poner a disposición de la población toda nuestra red de distribución: 30.000 personas y 15.000 vehículos que llegan a todo el país”.
Por último, y antes de un enriquecedor debate moderado por la periodista Marta Solano, la directora general de la Fundación Telefónica, Carmen Morenés Giles, incidía la importancia de la digitalización: “Desde la Fundación Telefónica somos perfectamente conscientes de lo que significa la digitalización en la España despoblada, ante la que tenemos un compromiso importante de dar cobertura a todo el país, a todos los ciudadanos en todos los rincones. Esperamos que gracias a la colaboración público-privada sea una realidad en 2024. Digitalización, infraestructuras, servicios, formación y orientación para que cada uno decida dónde quiere vivir”.