Carmen Sancho es voluntaria desde 2017 y actualmente colabora en diferentes proyectos dentro de Cruz Roja en “Centro de Día Infantil”, “Integración de inmigrantes” y “Atención urgente a las necesidades básicas”. Carmen es una de esas personas que lleva tatuada la palabra ‘solidaridad’ en la piel y que representa perfectamente los principios fundamentales de la entidad y por ello, se le ha hecho esta entrevista en la asamblea local de Madrid.
1.- ¿Cómo y por qué decidiste ser voluntaria?
Siempre había querido hacer voluntariado de una manera más recurrente y no de manera esporádica como venía haciendo cuando trabajaba. Una vez que dejé de trabajar, decidí que era el momento de empezar a hacer un voluntariado un poquito más intenso. Directamente me fui a Cruz Roja porque mi madre siempre fue socia. Cuando ella falleció, yo me quedé con su número de socia y seguí colaborando. Empecé a hacer voluntariado ahí. Llevo ya casi seis años.
2.- Cuéntanos un poco de tu experiencia en los tres proyectos que llevas (Centro de día infantil, Atención urgente en las necesidades básicas y en Integración de inmigrantes).
Yo empecé a hacer voluntariado en el Centro de Día Infantil porque me encantan los niños y sentía que era un proyecto muy bonito. El Centro de Día tiene niños en edad de educación infantil y primaria y es un proyecto en el que se pretende, más allá de cuidarlos mientras por las tardes los papás o los familiares no pueden atenderle, ofrecerles un espacio seguro; de inculcarles una serie de rutinas en cuanto a higiene, estudio, hábitos más saludables; aparte de jugar y hacer que los niños lo pasen bien. Es una experiencia muy gratificante porque si algo tienen los críos es que si te quieren te adoran y es fácil que te den ese cariño que les sale de manera tan natural.
Estando allí, empecé a conocer otros proyectos y me pareció que podía echar una manilla haciendo acogidas y empecé en Moratalaz, en Zona Este. Ahí empecé a ayudar a la trabajadora social de la zona con el proyecto de integración de inmigrantes y con el de atención urgente en las necesidades básicas. Actualmente lo que más estamos haciendo sobre todo son talleres para orientar a las personas que acaban de llegar al país. Orientarles de cuáles son los primeros pasos, que conozcan un poco el entorno, cómo desenvolverse con las instituciones…darles pautas para que su incorporación al día a día en este país, que para ellos es ajeno, les resulte más sencilla; sobre todo también de cara a aquellos que quieran solicitar protección internacional o no saben cómo van a regularizar su situación cuando pase el tiempo, contarle cómo son los procesos, con qué se van a enfrentar, qué ocurrirá en cada caso; cómo acceder a servicios básicos como sanidad, educación. Temas muy necesarios para ellos que, aunque parezca mentira y creemos que conocen mucho, realmente tienen grandes carencias sobre cómo acceder a derechos sociales que les corresponden. Y, en cuanto a atención urgente, aparte de que de vez en cuando colaboramos con entrega de alimentos, intentamos hacer capacitaciones y seguimientos sobre temas de ahorro doméstico, sistema educativo español; dándoles pautas para que su día a día sea más fácil en tareas que también tengan que hacer y que muchas veces les resultan dificultoso. En la pandemia, estuve muchos días ayudando a las familias a hacer las matrículas, por ejemplo, a través de internet porque o bien no tenían internet en casa, o no tenían suficientes conocimientos o competencias digitales como para hacer un formulario, adjuntar un archivo, enviarlo… son temas muy sencillos para nosotros que estamos más habituados, quizá, pero para muchas familias son temas que vienen muy cuesta arriba.
3.- ¿Qué es ser referente para ti?
En inmigrantes y atención urgente soy referente, y en el Centro de Día Infantil hago funciones de voluntaria tutora. Referente es un poco como ser voluntaria tutora. Es para que cuando se van incorporando nuevas personas voluntarias al proyecto, tengan una persona a la que acudir que esté en la misma situación que ellos, alguien que les pueda ayudar en un momento determinado, enseñar las herramientas, hablar sobre el proyecto, acompañarlos en el día a día. Estamos para ayudar a los que vienen como yo, porque recuerdo que cuando entré la situación me desbordó un poco porque desconoces los sistemas, los procedimientos; y no siempre las personas tienen el tiempo suficiente para ponerte al día de todo. Entonces, el que haya una figura que te acompañe en ese momento de llegada, de incorporación y de asentamiento es fundamental. Te tranquiliza, te ayuda y yo creo que te anima a seguir adelante. También creo que cuando no hay esa figura, o ese apoyo, es muy fácil que la persona se llegue a frustrar porque piensa que no lo está haciendo bien, que no vale para las cosas que le están encomendando.
4.- ¿Qué te llena de ser voluntaria?
Siempre he dicho que recibimos más de lo que damos. Cuando haces un voluntariado, la gratificación personal y el pensar que estás ayudando a alguien es más que suficiente. A mí eso, personalmente, me llena mucho. Yo creo que hemos sido muy afortunadas muchas de las personas que estamos haciendo voluntariado; creo que la vida nos ha tratado bien, y creo que hemos tenido suficiente en la vida como para devolver un poquito, por lo menos con nuestro tiempo, compañía y ánimo, a la gente que lo necesita. Eso es una gratificación tan grande que es más que suficiente.
5.- Un mensaje para el voluntariado.
No lo duden, si no han empezado prueben porque esto es como un poquito adictivo. Prueben porque es una adicción muy sana. Y, para los que están haciendo voluntariado, que no decaigan y que, aunque haya veces que piensan que las cosas no son lo suficientemente fáciles para ayudar de la manera en que nos gustaría, entre todos vamos a conseguir que las cosas mejoren. Todos tenemos que participar en hacer una sociedad más justa y más solidaria.
