Nuestro compañero nos cuenta su experiencia como animador, ‘payaso’ y comunicador en esta interesante entrevista. ¡Conócelo!
Daniel Morata, Técnico Especialista en Captación de Fondos en Cruz Roja Madrid, ha colaborado también con otras asociaciones sin ánimo de lucro, como la Asociación Payaso Salud, una ONG que regala “sonrisas que curan” (www.payasosalud.org) . En esta entrevista conocemos un poco más esta faceta de nuestro nuevo técnico en Muguet.
¿Cuál es la labor de la ONG Payaso Salud?
Payaso Salud es una entidad sin ánimo de lucro que, a través de profesionales de las artes escénicas y mediante técnicas terapéuticas de risa y humor, lleva a cabo proyectos de promoción y mejora de la salud, en centros hospitalarios y asistenciales de la Comunidad de Madrid.
¿Cómo llegaste a la ONG, y qué fue lo que te llamó para sentir que debías colaborar en esta causa?
Soy animador y monitor de ocio y tiempo libre desde los 16 años. He trabajado como payaso durante mucho tiempo y empecé a colaborar con una asociación llamada “El circo de piruleto” que realizaba una tarea parecida en el hospital Niño Jesús, de Madrid.
A los pocos años detectamos una demanda no atendida, viendo que las personas mayores, enfermos crónicos, familiares de los propios pacientes y… hasta el personal laboral de los hospitales, no recibían este tipo de atención por parte de las asociaciones que realizan estas labores. Por eso varios de los payasos voluntarios decidieron dar un paso más y crear “Payaso Salud”. Y yo, por supuesto, seguí colaborando con ellos, en su nueva etapa.
¿Qué te aporta a nivel personal tu colaboración en esta ONG?
Además de la satisfacción de ver una sonrisa (aunque sea durante un instante) en alguien que lo necesita y ver como esta ayuda (sin duda) a su recuperación, también me permite seguir haciendo algo que siempre me ha gustado: Animar.
¿Cuál es la anécdota que más recuerdas de tu paso por la fundación?
Hace 3 años presenté una gala con fines recaudatorios, donde actuaban de manera solidaria varios artistas (magos, payasos, músicos) en un teatro de Madrid, con más de 1000 butacas de aforo y por culpa de la lluvia se fue la luz a mitad de función. En ese momento tenía que actuar un mago que necesitaba, obviamente, efectos de sonido y luz. Hazte una idea de lo que puede ser tener a tanta gente delante (niños pequeños incluidos) y no poder solucionarlo.
El regidor me pidió que “hiciera algo” para rellenar el hueco hasta que lo solucionaran los técnicos. Teníamos en el backstage unas linternas y no se me ocurrió otra cosa que cogerlas y empezar a vacilar al público. El “asunto eléctrico” no se solucionaba (10 minutos ya…) y lo que empezó siendo una improvisación sencilla terminó con 1200 personas cantando “a capela” canciones populares infantiles, bajo la dirección y al ritmo de las linternas.
Fue un momento tan brutal que cuando volvió la electricidad el propio público no quería que se encendieran las luces.
(Desde ese día el mago que iba a actuar después no me habla)
¿Tu vida ha cambiado desde que colaboras en ella?
Por supuesto. De hecho, no es la única asociación o acción social en la que he colaborado de manera voluntaria y, a día de hoy, me negaría a dejar de hacerlo.
¿Qué le dirías a alguien para animarle a colaborar con alguna causa de este tipo?
Que levanten la cabeza y miren a su alrededor. Si creen que algo de lo que ven debería y necesita cambiar… que sepan que solo es posible aportando un granito de arena (sea del tamaño que sea).
Hay miles de formas para colaborar en una ONG, desde labores administrativas hasta el apoyo (imprescindible) para la obtención de recursos (económicos y materiales).
Todos tenemos un talento o una capacidad que podemos poner al servicio de los demás, aunque no nos lo creamos. Solo es cuestión de voluntad.