El 2 de Mayo se celebra el Día Mundial de Lucha contra el Bullying. Esta jornada surge de la mano de la movilización de distintas asociaciones de padres y madres y, en concreto, de las aportaciones hechas por el Dr. Javier Miglino y Sandra Vellido, CoFundadores de Bullying Sin Fronteras, en una declaración que fue aprobada por la UNESCO el día dos de mayo de 2013.
Cruz Roja Juventud trabaja con la población infantil y joven desde proyectos como el Prevención de Conductas Violentas, donde atendimos a casi 55.000 jóvenes en 2019 a través de la realización de más de 3.800 talleres impartidos por todo el territorio español. Un ejemplo concreto de la importancia que tiene para CRJ la prevención y la sensibilización, es la intervención integral realizada en un centro educativo de Comunidad de Madrid, donde se ha intervenido en todos los cursos escolares, alcanzando resultados muy positivos. En concreto, la intervención de CRJ, caracterizada por un trabajo integral con familias, profesorado y alumnado, ha reducido el número de casos de acoso en el centro a la mitad, atendiendo a las mediciones pre-post test realizadas mediante la prueba TEBAE.
En Cruz Roja Juventud es muy importante sensibilizar a la población joven, así como la población en general, sobre lo perjudicial que puede llegar a ser el acoso escolar para construir una sociedad sana, tolerante, y un futuro en el que el respeto sea una realidad en cada una de las esferas sociales que nos rodean, a través del voluntariado como principal agente promotor. Además, queremos concienciar a las personas que observan una situación de acoso escolar para hacerles ver que su papel es muy importante en la lucha contra el bullying.
En la campaña de este año se pone el foco en las y los observadores y en las conductas
evasivas ante el acoso, además de dejar claro que el acoso es violencia.
Creemos importante que destacar el papel principal que juega el apoyo, la amistad y la
empatía en la prevención de las conductas violentas.
La historia de Laura
Nuestra protagonista, a la cual le hemos llamado Laura para proteger su identidad, tiene 22 años y pertenece al área de Cruz Roja Juventud.
Laura en su etapa de instituto, sufrió acoso escolar por parte de alguna de sus compañeras. En un estudio de la UNESCO publicado en enero de 2019, se muestra que un tercio de los y las escolares españolas sufren acoso escolar.
En cuanto a las secuelas psicológicas que puede acarrear vivir una situación de acoso escolar, a corto, medio y largo plazo, sabemos que el 53,7% de las víctimas de acoso escolar presenta síntomas de estrés postraumático (pesadillas, ansiedad, insomnio, flash
back, pánico…), el 54,8% sufre depresión, y el 53% tiene una imagen negativa de sí misma.
Además, debemos tener en cuenta el género: en cifras totales en el Estado Español, entre
un 2% y un 3% más de niñas que de niños sufren acoso escolar.
Laura nos ha querido contar su historia personal, que os pasamos a relatar en primera persona según sus palabras, a modo de ejemplo para que podamos ser conscientes de las consecuencias de sufrir acoso escolar.
«La situación no fue de un día para otro. Los acontecimientos se desencadenan cuando empiezo a ir a confirmación en la iglesia y dejo de quedar con personas de mi círculo de amistado porque ellos no tenían los mismo ideales que yo. Pensaban que por ser creyente era una persona que no merecía su amistad.
Al principio, quedaban sin mi (en la época de la adolescencia que tus amigos queden sin ti es un mundo), pero lo hacían a escondidas. A medida que pasaba el tiempo ya lo subían a las redes y me mencionaban para que yo viese que habían quedado sin mi. Otras situaciones se producían cuando surgía la oportunidad de ir a excursiones, yo mandaba la autorización firmada porque quedábamos en que íbamos todas y después ellas no iban y me dejaban sola.
Al principio yo hablaba con todo el mundo, pero según iban pasando las semanas la gente iba dejando de hablarme. Yo les preguntaba por qué me hacían esto pero en mi grupo de «amigos» se hacían los tontos. Al final me vi entre clases leyendo libros porque nadie quería hablar conmigo. Yo recuerdo que BlueJeans (un escritor) me ayudó muchísimo en esta etapa porque conseguía evadirme.
Otra de las consecuencias que sufría era que por redes sociales me insultaban metiéndose conmigo y con mi físico (cosa que sigo recordando). Yo nunca he sido mala estudiante, pero en esa época no quería ir al colegio. Mis padres se plantearon cambiarme de instituto, pero no lo hicieron porque me decían que tenía que hacerme fuerte (en esa época, el bullying no estaba tan visto como ahora, cosa que me alegra que esté habiendo un avance)
Yo recuerdo que lo pasaba realmente mal por mi madre, en casa todos sufrían por como volvía yo ese día del colegio, siempre me esperaban en la mesa de la cocina con un estado de nervios por saber si venía llorando, si me habían liado alguna o si había pasado mas o menos bien ese día. Me pasaba las tardes llorando y mi familia conmigo. Yo siempre he tenido una relación cercana con mi familia, siempre han sido los que me han apoyado. En un principio siempre estaba enfadada o triste y la pagaba con ellos sin razón, hasta que un día mi madre me preguntó que era lo que me pasaba, que yo no era así. Y entonces les conté todo. Creo que la familia es super importante en situaciones así, porque gracias a ellos yo avancé y superé este tema, siempre lo agradeceré.
Esta situación me afectó mucho en las clases. Yo era buena estudiante y pasé de sacar buenas notas a suspender. A día de hoy, creo que es algo que me ha afectado en gran medida porque en esa etapa controlaba un montón en matemáticas, por ejemplo, y después de eso, dejó de interesarme. No era capaz de concentrarme y eso lo arrastré hasta segundo de bachiller.
En cuanto a las secuelas, yo antes era muy extrovertida y confiaba completamente en la gente, pero ahora lo soy mucho menos y me cuesta mucho confiar, sobre todo por el miedo a que me vuelva a pasar algo como lo que me pasó. Creo que es realmente importante sensibilizar, tanto a familias como en los coles a los alumnos y profesores. Es muy importante hacer ver que cualquier cosa que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros es importante comentarla, que no tengan miedo a contarlo, que se apoyen en la gente que los quiere, que las familias entiendan que no es una situación fácil para la persona acosada, que estén pendientes. Y lo que tengo que decir a personas que estén siendo o hayan sido acosadas es que sean fuertes, que no tienen por qué tener culpa de lo que otros les hagan, que no consigan sentirse pequeños por personas que dentro de unos años no van a existir en sus vidas.
Cruz Roja Juventud me ayudó muchísimo desde que entré en 2018. Aquí he conocido a la que actualmente es mi mejor amiga. Me he sentido siempre muy apoyada. Al ser poquitos en mi grupo de actividad nos apoyamos mucho los unos a los otros, nos contamos nuestras cosas, y además salimos juntos más allá de las actividades de CRJ.
También es cierto que pertenecer a Cruz Roja me ha ayudado a expresarme mucho mejor. Antes me costaba expresarme y me daba miedo a decir algo con lo que pudieran reírse de mí. El estar en uno de los proyectos de CRJ me ha ayudado a saber expresarme mejor con las personas de mi edad y con gente de otras edades.
A la gente que no conoce el voluntariado siempre les he hablado de Cruz Roja. Creo que Cruz Roja es como diferentes piezas de puzzle que se van uniendo. Cuando asisto a los encuentros con otras y otros compañeros me siento muy a gusto porque no hay nadie que me juzgue ni que se ría de mi.»