Hace unos días la asamblea local de Pozuelo de Alarcón ha conocido la triste noticia del fallecimiento de nuestra compañera Mónica Rico García.
Voluntaria de Pozuelo, inició su camino en Cruz Roja el 28 de marzo de 2014 en el área de Empleo, donde ha sido todos estos años una pieza clave del equipo. A lo largo de su trayectoria ha colaborado con otras asambleas y proyectos. Mónica nunca perdía la sonrisa, era un persona valiente, divertida, trabajadora, entregada y siempre estaba dispuesta a colaborar. Trabajo, integridad, esfuerzo, implicación y sentido del deber, entre muchos más, son adjetivos que definen a la perfección a Mónica. Por eso, hemos querido recoger y plasmar las palabras tan bonitas que nos han llegado como un último homenaje:
«En el Proyecto de Empleo Asilo tuvo una participación muy activa y pasó a formar parte del equipo como colaboradora voluntaria administrativa virtual desde la sede de Valdecanillas. Llegó entonces la pandemia, el confinamiento, el teletrabajo, el estrés de digitalizarlo todo, incluso las atenciones, que ya no eran presenciales sino telefónicas. En este momento, la labor que hacía Mónica para el Proyecto, empezó a hacerse cada vez más necesaria y admirable para todo el equipo. Muchas de las mañanas que compartíamos tareas cotidianas, ella nos animaba y motivaba con mensajes mañaneros para amenizarnos la jornada. La recepción diaria de esos mensaje eran un empujón que provocaba sonrisas y ánimos a aquellas personas que se les hacía más dura la pandemia. Nunca pudimos conocerla físicamente, pero sí por teléfono, videollamada o video conferencia. Y nuestras conversaciones eran de lo más enriquecedoras, la echaremos mucho de menos. Descanse en paz.”
“En Pozuelo tuve la suerte de conocerla cuando ella ya llevaba años colaborando como voluntaria de Cruz Roja en la asamblea de Pozuelo. Recién incorporado como voluntario, era mayo del 2017, me convocaron a una reunión del equipo de Empleo del que formábamos parte. Cuando llegué ella ya estaba allí sentada, preparada; todas las personas la saludaban muy amablemente y ella devolvía los saludos sonriendo. Fue la primera vez que la vi y nos presentamos. Siempre nos llamó la atención la sensatez de sus aportaciones y el giro que le daba a algunas ideas de los demás, haciendo que estas fuesen más prácticas. Su enfermedad nunca fue un impedimento para que hiciera lo que más le gustaba. Ayudar a los demás. Este sábado nos ha dejado, a su manera, silenciosamente y sin incomodar. Llevaba una buena parte del soporte técnico-administrativo del equipo de Empleo. Conocía muy bien el sistema y era muy hábil. El trabajo lo hacía normalmente desde su casa, donde contaba con las habilitaciones y los medios necesarios. A pesar de las circunstancias, demandaba continuamente que le enviáramos más tareas, más trabajo. Esta actitud extraordinaria muestra la fuerza del compromiso cuando este es verdadero y se elige libremente y deja, prácticamente, sin efecto cualquier excusa que pretenda justificar la quiebra de este. Nunca había trabajado con alguien que asumiera su compromiso de un modo tan ejemplar; para mí ha sido un privilegio formar parte del mismo equipo. Todos los días, durante años, en una muestra más de su perseverancia, mediante WhatsApp nos ha deseado a todo el equipo buenos días y también buenas noches con cariño. ¡Cómo la vamos a añorar! No te olvidaremos Mónica”.
La hermana de Mónica nos regala también, estas bonitas palabras con las que nos traslada lo importante que era Cruz Roja para ella:
“¡Hola a todos! Soy Ana, la hermana de Mónica. Os agradezco tanto todas vuestras palabras… no os hacéis una idea… Están siendo días muy duros a pesar de que siempre vivió entre nosotros el temor a que esto llegara en cualquier momento. Recuerdo el día en que Mónica me dijo «Tata» (ella me llamaba así) «Me he hecho voluntaria de la Cruz Roja». Yo en ese momento la miré y pensé… «madre mía, si la que está para que la ayuden eres tú»… y cuánto me equivoqué. Al final, ha sido una ayuda mutua, habéis sido su flotador, su salvavidas, hasta que su cuerpo no ha podido más. Cuánto bien le habéis hecho. Encontró gente maravillosa que la apreciaba. Se sentía útil. Era infatigable cuando tenía fuerzas, para todo en su vida. No tengo más que agradecimiento hacia vosotros. Un abrazo enorme para todos.”
Mónica, allá donde estés desde Cruz Roja queremos decirte que has dejado tu huella en muchos corazones, gracias por enseñarnos tantas cosas, por tu capacidad de lucha y tu resiliencia, pero sobre todo por TUS GANAS DE VIVIR, siempre serás un ejemplo para nosotros.