Hacer el Camino de Santiago en grupo, es una experiencia única que combina el reto físico y el compañerismo. Por ello, la Asamblea de San Lorenzo de El Escorial empezó a preparar esta actividad en el mes de febrero (difusión a las personas voluntarias, etapas, material, reserva de trenes, albergues y un largo etc.) que prepararon con mucho cariño e ilusión. Un auténtico ejemplo de unidad, de compañerismo y de ilusión.
Un total de 15 personas voluntarias de diferentes proyectos de la Asamblea, acompañados de la Presidencia, Dirección Técnica y Técnica de Voluntariado, iniciaron la experiencia el pasado 6 de septiembre en 5 etapas muy enriquecedoras y con un final ilusionante en Santiago de Compostela.
El aprendizaje de esta actividad fomenta la solidaridad ya que cada integrante aporta algo valioso al grupo, ya sea apoyo emocional, humor o ayuda. A lo largo del recorrido surgen momentos de silencio personal y otros de conversación enriquecedora, lo que fortalece los vínculos entre los participantes, que era lo que pretendíamos, conocernos mejor.
«Esta experiencia ha sido muy importante, primero a nivel personal (superación personal a nivel físico y mental, recorrer grandes distancias día tras día, te enseña a enfrentarte y superar desafíos) y después a nivel del equipo, la importante creación de vínculos y la conexión entre las personas voluntarias que acudieron, más allá de su actividad voluntaria en la Asamblea. Que esta actividad haya sido realizada junto a personas voluntarias, intensifica el proceso de crecimiento personal, ya que no solo experimentas tus propios aprendizajes, sino que también te enriqueces con los testimonios, historias y experiencias de los demás. Esta sinergia colectiva puede crear un entorno de aprendizaje constante, que es lo que pretendíamos realizando esta actividad», nos comenta Isabel Martín, directora técnica de la asamblea.
El paisaje, los pequeños pueblos y los encuentros con otros/as peregrinos/as añade un sentido de comunidad mayor, donde la experiencia compartida se vuelve el eje central. Al llegar a Santiago de Compostela, el sentimiento de haber logrado algo importante JUNTOS, es indescriptible y se crea un recuerdo que cada miembro del grupo llevara consigo para siempre.
«Ha sido una actividad muy bien valorada por todas las personas voluntarias que están pensando en la próxima actividad de convivencia para el año que viene. A nuestro regreso, en el día a día de la Asamblea, nos hemos dado cuenta que muchos de las personas voluntarias que han participado en esta experiencia, vienen con ganas de realizar y conocer otros proyectos», nos comenta Isabel.
En definitiva, una actividad asociativa innovadora y que ha generado una unión e ilusión en la propia asamblea.
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