Cuando una emergencia golpea, la respuesta inmediata suele centrarse en la asistencia directa: reparto de alimentos, entrega de enseres o apoyo psicológico a las personas afectadas. Sin embargo, detrás de cada intervención hay un trabajo administrativo esencial que garantiza que la ayuda llegue de manera rápida, organizada y efectiva. Este ha sido el cometido de Ernesto, Carmen y Maribel, tres personas voluntarias de Cruz Roja que recientemente viajaron a Valencia para colaborar en la respuesta tras la DANA que afectó al oeste de la península a finales del año pasado.
Su labor se centró en la recopilación y gestión de datos dentro del sistema MAP de Cruz Roja, fundamental para canalizar las ayudas económicas y materiales hacia quienes más lo necesitaban. Desde el registro de comercios damnificados hasta la digitalización de fichas de personas afectadas, su trabajo fue clave para que la asistencia pudiera ser distribuida con la mayor eficiencia posible. Su experiencia les permitió ver de primera mano cómo la organización no solo actúa sobre el terreno, sino que también trabaja en el ámbito administrativo para asegurar que cada ayuda se entregue de forma ordenada y eficaz.
En esta entrevista, Ernesto, Carmen y Maribel nos cuentan cómo vivieron su participación en la emergencia de la DANA, la importancia del trabajo administrativo en este tipo de crisis y cómo se enfrentan a los bulos y la desinformación que, en muchas ocasiones, intentan desacreditar el esfuerzo del voluntariado.
¿Quiénes sois? ¿Cuál es vuestra trayectoria en Cruz Roja?
Ernesto.- Yo soy Ernesto, empecé como voluntario hace seis años más o menos. Comencé en Tenerife, primero en la asamblea local y luego en la oficina provincial en el área de Inclusión Social. Posteriormente, cuando llegué a Madrid, estuve casi dos años en el programa de Extrema Vulnerabilidad coordinando a nivel autonómico, entre otras cosas, la respuesta ante la pandemia. Desde hace tres años formo parte de la asamblea local de Getafe y, desde hace dos, soy el secretario de la asamblea.
Carmen.- Mi nombre es Carmen y soy voluntaria de Cruz Roja desde aproximadamente 2018. Comencé en el área de Salud y Medio Ambiente en la asamblea de la zona centro. A partir de la pandemia, como se suspendieron las actividades presenciales, me incorporé al MAP en el programa Responde, donde sigo actualmente.
Maribel.- Yo soy Maribel y llevo en Cruz Roja desde 2021, aproximadamente. Empecé en la asamblea de Vallecas, ya que vivía en Moratalaz, dentro del área de inclusión social y participando en el MAP. Posteriormente, me trasladé a vivir a Colmenar y ahora formo parte de la sede de Cuenca del Manzanares, donde continúo en inclusión social y, ocasionalmente, colaboro en actividades con personas mayores o en transporte.
¿Qué os empujó a haceros voluntarios y voluntarias de Cruz Roja?
Maribel.- Pues yo he estado siempre colaborando desde que era muy joven. Cuando vivía en Rivas, estuve en el banco de alimentos, en el programa ‘Tiempo por Tiempo’ y en asociaciones de este tipo.
Cuando me jubilé, pensé que tenía más tiempo y que tenía que ocuparme de alguna manera. Lo primero que me vino a la cabeza fue Cruz Roja, porque me venía muy bien, estaba muy cerca de casa y, además, es una labor que me gusta y que me apetece muchísimo.
Carmen.- Pues un poco lo mismo. Siempre he querido colaborar y siempre me ha parecido interesante dedicar mi tiempo libre a ello pero, cuando trabajaba, estaba muy liada y no encontraba un momento fijo. A partir de prejubilarme, decidí entrar en Cruz Roja, porque por la variedad de proyectos que tiene, podía encontrar algo que encajara con lo que me apeteciera hacer en cada momento.
Empecé en Salud y Medio Ambiente, ahora estoy en el MAP, pero hay muchas más cosas que me parecen interesantes y que no me importaría abordar en algún momento.
Ernesto.- Mi historia es un poco curiosa, porque mi abuelo me hizo socio de Cruz Roja cuando yo tenía tres años. A los 17 años, en un momento de mi vida un poco complicado, quería hacer algo diferente. Y de repente, vi en el altillo la tarjetita de socio de Cruz Roja y pensé: «Vamos a llamar a esta gente, a ver qué tal». Y así fue como empecé, un poco por casualidad, casi por accidente.
Recientemente, habéis estado en Valencia. ¿Qué labor habéis realizado allí?
Maribel.- Yo he estado haciendo la misma labor que hago aquí en acogidas. He estado grabando datos, sobre todo de comerciantes. Los compañeros y compañeras de allí, los primeros días, no tenían ordenadores ni nada, así que se dedicaron a ir comercio por comercio, a los que quedaban o conocían, rellenando fichas. Nosotros lo que hicimos fue pasarlas al MAP, porque si no las pasas, no se vuelcan y no hay ayuda. Eso es lo que hemos estado haciendo esta semana.
Carmen.- Yo fui porque quería colaborar como fuera, de forma presencial en Valencia. Surgió esta oportunidad porque pidieron voluntarios y voluntarias y me apunté. Lo que hice, sobre todo, fue grabar datos. Habían dado ayudas en diciembre que no estaban subidas a MAP y hubo que estar ahí registrándolas. Además, nos llevaron en furgonetas a repartir enseres a diferentes personas. De toda la semana, esa fue la parte que más me llenó, aunque lo demás también era necesario porque está claro que el trabajo administrativo hay que hacerlo.
Ernesto.- En realidad, parecido a lo que dicen las compañeras. Dentro de los equipos de respuesta social que estaban desplegados desde los territorios, nos asignaban a asambleas locales para dar apoyo en dos grandes cuestiones: por un lado, la parte más administrativa de registrar y grabar toda la intervención, que es fundamental aunque menos apasionante. Y luego, por otro lado, también apoyábamos en la intervención directa, en la entrega de las tarjetas monedero que se están dando a las personas afectadas.
Evidentemente, lo más bonito es entregar las tarjetas a la gente, porque te cuentan sus historias, cómo están, lo que han vivido, lo que han pasado. Tú vienes de fuera, es una realidad que, por suerte, no has experimentado, y de repente te llevas las manos a la cabeza. Ves que hay situaciones y situaciones, pero que había gente que realmente estaba en un momento muy difícil. Y ahí es cuando ves que todo el trabajo que estás haciendo tiene un sentido.
«Lo que estamos haciendo en Valencia es lo que hacemos como organización siempre, yendo persona a persona, puerta a puerta, atendiendo a cada persona que lo necesita»
¿Cuáles son las labores que está realizando Cruz Roja ahora mismo en Valencia?
Carmen.- Lo que está haciendo Cruz Roja ahora mismo, por lo que viví, es dar ayudas directas. Se están dando ayudas económicas, también se están entregando electrodomésticos, material para el hogar, camas, ropa para niños, calentadores, deshumidificadores para reducir la humedad y, por supuesto, alimentos.
Y luego también el área de Empleo. Las compañeras se patearon negocio por negocio, recabando información sobre las necesidades de cada uno para ayudarles a relanzar sus negocios. Creo que Cruz Roja está bajando mucho al terreno y llegando a rincones donde otros organismos todavía no están pudiendo llegar.
Ernesto.- Yo te diría que lo que estamos haciendo en Valencia es lo que hacemos como organización siempre. Si tuviera que resumirlo en una frase, diría que estamos yendo persona a persona, puerta a puerta, atendiendo a cada persona que lo necesita. Eso es, en realidad, lo que da sentido a nuestra organización.
Por un lado, estamos cubriendo las necesidades básicas de la población con las tarjetas de ayuda. Por otro lado, estamos ayudando a la reconstrucción de hogares con entregas de enseres, deshumidificadores y, próximamente, electrodomésticos.
También estamos apoyando la reactivación de la economía local y el tejido productivo, gracias al plan de reactivación de negocios desde el área de empleo. En definitiva, lo que estamos haciendo es intentar cubrir todas las necesidades que ha generado la emergencia de la DANA.
«Te llena de alegría ver que, a pesar de todo lo que se dice de las ONG, todavía confían en nosotros y valoran que estamos en el terreno, ayudando en lo básico»
¿Qué ha sido lo más gratificante y lo más duro de vuestro periodo en Valencia?
Maribel.- Lo más duro fue pasear por Paiporta, Catarroja y La Torre y ver in situ lo que había pasado. Seguía habiendo mucho barro, muchos locales abiertos totalmente, la gente no salía a la calle porque empezaba a llover y tenían miedo. Nos lo dijeron las compañeras: «Hoy la gente no va a salir porque tiene miedo». Ver otra vez el barro, que sigue allí, respirarlo… Se notaba el polvo en el ambiente.
Lo más gratificante fue encontrar a gente que nos veía y nos decía: «¡Muchas gracias, muchas gracias!», y nos daban un abrazo. Te decían: «De verdad, estamos aquí porque queremos, porque nos gusta, y no sabéis lo agradecidos que estamos». Te llena de alegría ver que, a pesar de todo lo que se dice de las entidades sociales, todavía confían en nosotros y valoran que estamos en el terreno, ayudando en lo básico.
Carmen.- Para mí, lo más duro y lo más gratificante fue lo mismo: escuchar. Se me viene a la cabeza un señor mayor que vivía solo. Fuimos a llevarle cosas para su casa y me contó cómo lo había vivido él, completamente solo. Se emocionaba al contarlo, y su experiencia me pareció durísima. Pero, al mismo tiempo, fue lo más gratificante, porque sentí cómo recibía consuelo con nuestra presencia allí. Salí con una mezcla de emociones muy rara, porque, a la vez que sufría por él, también sentía su agradecimiento. Eso lo destaco como esa mezcla de emociones: lo más gratificante y lo más duro a la vez.
Dentro de que todo era muy duro, también hubo mucha gente que nos paraba en la calle para darnos las gracias y decirnos que fuimos los primeros en llegar, a pesar de lo que se decía en algunos sitios. Había muchos bulos.
Ernesto.- Lo más gratificante es ver cómo la ayuda llega. Ver cómo, con pequeños gestos y pequeñas acciones, estás ayudando y aliviando la carga de algunas familias y personas que, en muchos casos, lo han perdido todo. También me dio una sensación de alegría ver cómo las compañeras de la asamblea y los compañeros del operativo de Pinedo, donde estaba montado el operativo, nos acogían y nos daban las gracias por haber ido.
Y lo más duro, aparte de ver las zonas afectadas, me impactaron mucho las marcas del agua en los edificios. Pensaba: ¿Cómo puede subir tanto? Un pueblo convertido en una piscina, con el agua llegando casi a un primer piso, es una barbaridad. Pero además de eso, y de escuchar las historias de la gente, también dolían algunas críticas. Ojo, no son tantas como pueda parecer, no vives tantas situaciones desagradables como podría pensarse desde fuera, pero algún comentario sí escuchas. Y te duele. Te duele porque formas parte de Cruz Roja y porque, además, sabes que lo que dicen no es verdad. Recuerdo que, fuera del hotel, una señora lo dijo alto, a propósito, buscando provocar: «Vergüenza me daría llevar el chaleco». Nosotros pasamos de largo, pero te vas a dormir con esa sensación de pena.
«Estamos aquí para ayudar a los demás, ni más ni menos»
¿Qué es para vosotros Cruz Roja?
Ernesto.- Cruz Roja son personas ayudando a personas. Así de simple.
Maribel.- Sí, más o menos lo mismo. Nosotros estamos aquí para ayudar a los demás, ni más ni menos.
Carmen.- Aparte de que eso es así, para mí es un modo de llenar unas necesidades que, de otra manera, creo que no podría. Es mi oportunidad para sacar esa parte de generosidad, de solidaridad o de entrega que todos tenemos, y que yo he canalizado a través de Cruz Roja.
En esta noticia hablamos de las líneas estratégicas: 1.- Trabajamos por las personas y 2.- Trabajamos por las causas, elegidas en base a unos criterios de actuación y que buscan hacer cumplir la misión y la visión de Cruz Roja. Puedes obtener más información acerca de las líneas estratégicas de Cruz Roja 2023-2026 en la Infografía o en el Documento Estratégico.
En esta noticia hablamos de los Objetivo de Desarrollo Sostenible 1, 2, 3, 8 y 11 como parte de nuestro compromiso para potenciar la consecución de la Agenda 2030. Puedes obtener más información de los ODS en el siguiente enlace.
