En Cruz Roja en la Comunidad de Madrid todas las personas tenemos claro que uno de los pilares fundamentales de la organización son las personas voluntarias que la forman. Personas alegres, comprometidas, que desbordan pasión y que invierten de manera altruista su tiempo para favorecer a las personas que más lo necesitan. Una de estas personas es Paloma, voluntaria de Jóvenes, Mayores y Mujer en Cruz Roja Navalcarnero-Alberche la cual nos ha contado su experiencia dentro de Cruz Roja, que empezó tras su jubilación después de una vida entregada a la docencia.
Para Paloma la jubilación significaba inactividad y mucho tiempo por delante. Sin embargo, descubrió que por fin podía hacer lo que había querido siempre: dedicarse a los demás y hacer las cosas desde el corazón, sin esperar nada a cambio.
En marzo de 2020 la vida de todos cambió. En el caso de la de Paloma, significó el final a toda una vida dedicada a la enseñanza. Pero a esta villaodonense le encanta ser solidaria y pensó que ahora había llegado su momento.
Después de una intensa búsqueda, Paloma recibió en noviembre de 2020 la llamada desde la asamblea de Cruz Roja Navalcarnero-Alberche. Se incorporaba como voluntaria. Su primer proyecto fue ‘Cruz Roja Responde’, apoyando en el reparto de alimentos a las familias y personas vulnerables.
A partir de entonces, fue conociendo más al personal técnico de la asamblea y, poco a poco, fue implicándose en más proyectos.
Jóvenes, mayores y mujeres
Su pasado como profesora de Infantil hizo que se sumara a los programas ‘PINEO’ y ‘Éxito Escolar’ e incluso a la sensibilización en los colegios. Pero también dedica su tiempo a los más mayores realizando acompañamientos. Y, como nada se le resiste y los retos le encantan, decidió también sumarse a los programas de ‘Mujer‘, donde ya se ha estrenado impartiendo su primer Taller sobre Empoderamiento.
Hay que decir que Paloma ya tenía experiencia en el terreno social. Cuando empezó su carrera lo hizo por la vía de la Educación Especial, trabajando con niños y niñas autistas, y más tarde pasó a impartir clases en Centros de Integración hasta que obtuvo la plaza de Infantil. Pero nunca olvidó la Orientación Escolar y la Psicopedagogía, tanto que, con 50 años, decidió ponerse a estudiar dicha especialidad.
Como profesora ya participaba en actividades solidarias, ya que en el 2016 tuvo la oportunidad de ser cooperante en un Proyecto Educativo de la Universidad Europea de Villaviciosa de Odón, que le facilitó trabajar con niños en una aldea de Nicaragua.
La oportunidad del voluntariado
Cuando Paloma habla de su experiencia como voluntaria se le iluminan los ojos. “Me hace feliz el poder ayudar y hacer actividades solidarias, sobre todo si es con gente vulnerable o con niños”, dice. Y esa felicidad la traslada a todos los aspectos de su vida y no para de hablar de ello. “En mi familia me dicen que pare ya de contar cosas de Cruz Roja”, señala entre risas.
Pero también se emociona cuando recuerda momentos como la primera vez que llamó a las familias para citarlas para recoger alimentos y como le daban las gracias. “En ese momento sentí una satisfacción tan grande que se me salía el corazón”, señala.
“Esta experiencia me ha cambiado mi idea sobre la jubilación, a la que tenía mucho miedo»
Esta nieta, hija, madre y, quien sabe si también abuela, de profesores ama el contacto con las personas y no duda incluso en implicarse lo que sea para ayudar, como aquella vez en la que se ofreció a acercar a su casa a una mujer con movilidad reducida que había llegado sola en autobús para recoger comida de la asamblea y luego no sabía como poder llevarla.
“Esta experiencia me ha cambiado mi idea sobre la jubilación, a la que tenía mucho miedo. Me ha abierto la puerta de otra vida y estoy aprendiendo y desarrollando nuevas habilidades. Me sorprendo e ilusiono un montón cuando pienso que todavía me queda mucho por hacer”, indica Paloma.
Y es que Paloma no se cansa de repetir que ser voluntaria en Cruz Roja le ha aportado un mayor bienestar personal y le ha abierto nuevas puertas a nivel afectivo, humano y social… “Me siento como si hubiese encontrado otra familia”, destaca.
Por esta razón invita a que se pruebe esta experiencia, sin olvidar que es algo que tiene que salir desde el corazón, pero si alguien se lo está pensado que no lo dude, “porque Cruz Roja es mucho más de lo que nos enseñan los medios de comunicación». «Tiene proyectos, talleres, formación, ayuda… y, sobre todo, gente maravillosa», concluye Paloma.