Con la llegada del periodo estival es necesario parar y hacer balance del primer semestre del año, además de descansar, reflexionar y coger fuerzas de cara a septiembre.
Para hacer este balance hemos querido hablar con algunas de las áreas de nuestra entidad y profundizar en aquellos retos que se han logrado cumplir este año, así como abordar el cómo afrontan los siguientes meses del año desde el área. En esta ocasión hemos querido hablar con David de Miguel, director autonómico de Intervención Social y Empleo, para hacer un repaso del primer semestre de 2021 de su área.
A nivel general, en lo que va de año, ¿cuáles han sido los principales hitos del área de inclusión social? ¿Cuáles han sido los principales logros?
Ha sido un semestre bastante completo, eso si, también ha sido complicado y complejo, pero con grandes logros y retos. Uno de los primeros retos ha sido volver a la normalidad de los proyectos y de la actividad diaria de la organización, algo que es muy importante.
Si nos remontamos a enero, con la llegada del temporal Filomena y la preparación de la campaña de frío, todos los equipos técnicos y voluntarios se volcaron para dar respuestas y dar apoyo a las personas más vulnerables, llegando incluso a sitios donde casi no se podía llegar. Ha sido una campaña de frío con un gran apoyo por parte de Cruz Roja, dando respuesta a más de 350 personas en situación vulnerable, y poniendo a disposición 80 plazas para personas sin hogar que se encontraban en situación de calle.
Todo esto me lleva a recordar de la puesta en marcha en diciembre y enero de los equipos de calle de atención integrada de las personas sin hogar de Alcorcón, Parla, Leganés, Getafe, etc. que era uno de los retos que, sumados a los de Corredor Sur y Norte, hacían un proyecto muy consolidado, sobre todo, en esa época dura del invierno dando respuesta a las personas que querían seguir en su situación de calle, haciendo un proceso de acompañamiento social.
No nos podemos olvidar de la crisis migratoria sucedida en Canarias, donde enviamos a muchos equipos dando cobertura a los compañeros/as de Canarias que derivaban a las personas, y donde también muchas de las personas más vulnerables llegaron a la península, teniendo que ampliar en 70 nuevas plazas los Centros de Atención de Emergencia. Fue un nuevo reto el abrir ese número de plazas en tan poco tiempo, manteniendo la buena acogida a estas personas.
Durante este año también hemos puesto en marcha la Unidad de Trabajo Social del programa de Refugiados. El Ministerio nos pide que seamos esa puerta de entrada, por lo tanto, nos convertimos en los que hacemos todo el proceso de atención social a personas refugiadas siendo así, la entidad que más presencia tiene en el programa de refugiados en la Comunidad de Madrid.
También hemos puesto en marcha el proyecto de parentalidad positiva, a través de diez asambleas locales con un equipo de 30 personas voluntarias para atender a familias y apoyarles en ese proceso de mejora de la educación de sus hijos/as. Utilizando herramientas innovadoras y novedosas como la utilización de podcast con recomendaciones y consejos para las familias, con el objetivo de trabajar esa parentalidad de forma más positiva y, sobre todo, incorporando el tema de la educación digital como aspecto importante en la educación e intervenciones con los niños y niñas.
Otro de los logros que hemos podido conseguir es poner en marcha la Comisión de Género, presidida por Pilar Roy, nuestra presidenta autonómica, donde el elemento de igualdad y de mujer se ha puesto encima de la mesa.
En el ámbito del empleo el reto era normalizar la intervención que hacíamos y aprender de todo lo que habíamos hecho durante la pandemia. El combinar esa intervención social/laboral de manera presencial y online ha sido uno de los retos del primer semestre, logrando atender en este semestre a un 36% más de personas en el plan de empleo.
El empleo verde también ha sido uno de los retos que nos hemos puesto durante este primer semestre, algo en lo que la entidad lleva ya dos años, pero donde hemos profundizado en esta primera parte del año. Hemos podido organizar mesas de diálogo con algunas empresas para que nos orienten hacia dónde va realmente el mercado laboral en empleo verde y, por otra parte, la puesta en marcha de diferentes acciones formativas vinculadas a este sector. La última que hemos puesto en marcha ha sido un certificado de profesionalidad de instalación y mantenimiento de energía solar-fotovoltaica y eólica.
La quinta feria de empleo ha sido uno de los hitos de este semestre, la cual fue un éxito, con una gran tasa de inserción que ha generado empleo a las personas participantes.
También hemos puesto en marcha la estrategia de inclusión digital para las personas mayores sobre la soledad no deseada, para poder poner en marcha el aprendizaje que tuvimos en la pandemia. Hemos puesto en marcha proyectos de mentoría para ese aprendizaje y hemos hecho una agenda con 3.000 personas donde nos han podido contar lo que realmente les pasa a las personas mayores que atendemos.
A nivel general, dentro del área, hemos hecho una colaboración con desarrollo local y voluntariado para la puesta en marcha del IMAP, una nueva herramienta de la organización. Durante el pasado año formamos a los equipos y durante este semestre hemos puesto en marcha la nueva plataforma, que supone ese reto de tener mucho más desarrollo. Ha costado un poco, pero los equipos técnicos y de voluntariado lo ha hecho genial, y la herramienta ya va alineada a lo que quería conseguir la organización.
¿Se puede decir a nivel global que se estén cumpliendo los objetivos del área de comenzó de año a nivel numérico?
A nivel numérico estamos muy satisfechos y a nivel global los retos propuestos avanzan de manera muy positiva. Esto conlleva a que estamos atendiendo a las personas que nos habíamos propuesto atender. Seguramente haya cosas que tengamos que mejorar y que serán los retos para el próximo semestre, porque siempre podemos mejorar.
La digitalización es uno de los aspectos importantes que tenemos que desarrollar para adaptarnos a los nuevos tiempos, viendo que es uno de los buques insignia del mercado laboral y empresarial. ¿Cómo se está desarrollando esta digitalización y que pasos hemos dado para poder seguir adaptándonos?
La digitalización es un elemento importante que tenemos que ir incorporando. Sabemos que la falta de digitalización es un elemento de exclusión social, ya que supone una brecha el no poder acceder a estas tecnologías o no tener conocimientos. Hay un elemento clave en todo el desarrollo de las acciones y de las respuestas que hace la entidad que es, digamos de alguna manera, la inclusión digital de las personas.
Es verdad que llevamos ya tiempo incorporando ciertos elementos y, además, creo que la pandemia ha hecho que vayamos más rápido de lo que pensábamos que íbamos a ir, como en el área de Empleo, que desde hace dos años tiene un proyecto de innovación donde hemos desarrollado las ideas de un modelo de itinerario que ha pasado de lo analógico a lo digital, con nuevas formaciones en competencias digitales, y formaciones en nuevas profesiones que se van a ir generando en el ámbito digital para que la población vulnerable pueda acceder a estos empleos, porque si no se quedarán fuera del mercado laboral.
También hemos incorporado en la formación para el empleo la capa digital para cualquier persona y profesional. Por ejemplo, en la hostelería no solamente se sirven cervezas, sino que hay que utilizar con una PDA como sistema de pago, donde se necesitan una serie de competencias digitales que ya hemos incorporado en nuestras formaciones laborales.
La pandemia nos ha ayudado a ver que podemos trabajar en remoto, ya no solo entre el propio equipo sino también con las personas. Ya no hace falta estar presencialmente en ese proceso de intervención personalizado, sino que ahora lo puede hacer online y con otros métodos, como puede ser la agenda de contactos o un correo electrónico donde se le va dando respuesta.
En el área de Mayores, la incorporación de los elementos digitales es más complicada ya que las personas están más retiradas de estas competencias, por ello, sí que hemos fomentado toda esa parte de inclusión digital. Esto se ha visto en muchas asambleas locales donde han hecho un desarrollo de muchas las actividades de paliar la soledad a través de las nuevas tecnologías.
Venimos de una época con un gran desgaste de los equipos por la pandemia. Cómo director del área de Inclusión Social, ¿cómo valoras la intervención de todas las personas tanto laboral como voluntarias tras el 2020 y este 2021? ¿Has notado tú también el desgaste de la pandemia?
El 2021 ha sido un año donde los equipos se han dejado la piel para poder dar respuesta a las personas más vulnerables que se acercaban a las asambleas locales. El poder mantener activos los recursos de una manera adecuada frente a la COVID-19 se ha podido hacer debido a un gran esfuerzo, trabajo y una gran colaboración, viéndose una integración de los equipos técnicos y voluntarios de una manera brutal, y eso se puede ver en los datos, que al final reflejan las personas que hemos ayudado y que han valorado el trabajo que la Cruz Roja ha hecho de solidaridad y de recursos con ellos.
Creo que la fatiga pandémica ha afectado a todos y todas, por eso creo que necesitamos este descanso estival para poder recargar las pilas y poder retomar la labor con fuerza. A pesar de esto, los equipos siguen realizando un trabajo impecable, algo que se ha visto en este primer semestre, trabajando duro y alcanzando los retos propuestos. Ahora toca descansar y volver en septiembre con fuerza, para poder seguir atendiendo a las personas con el mismo ímpetu de siempre.
¿Qué mensaje les quieres transmitir de agradecimiento a todos los equipos del área de intervención social y empleo?
Que creo que son grandes equipos profesionales, técnicos, voluntarios/as, donde se ve que nos creemos lo que somos, donde se palpan esos principios de la institución y que hace que día a día consigamos esos retos que nos hemos marcado. Hay gente muy comprometida, con muchas ganas y fuerza que se deja la piel cada día para poder conseguir los retos, generar oportunidades y cambiar vidas.
A la vuelta de las vacaciones, ¿qué retos os esperan en el área de inclusión social? ¿Dónde se van a focalizar esos objetivos del área?
En el área de inclusión social el reto que tenemos es asentar los programas desarrollados durante este último trimestre para conseguir los objetivos que nos habíamos propuesto, y, sobre todo, el ir ligándolo con el Plan Responde que se puso en marcha en abril, con esos equipos técnicos y voluntarios/as que se van incorporando y potenciar toda esta parte. Además, debemos continuar dando respuesta ante las nuevas necesidades sociales que van apareciendo.
Con la pandemia se ha producido un descenso de la inmigración, pero cuando finalice, todos los países del sur se encontrarán en una situación económica delicada y los movimientos migratorios se reactivarán, por ello tenemos el reto de atender y acoger a las personas que vienen de otros países para que se sientan acogidos en la sociedad.
La inclusión digital de las personas también esta en nuestra agenda, siguiendo la línea actual. En el ámbito del empleo queremos fortalecer la intervención con personas jóvenes, por lo que queremos hacer un encuentro con personas jóvenes de empleo para que nos digan como lo hemos hecho y que tenemos que hacer para mejorar, y valorar un poco nuestro plan de empleo en el ámbito juvenil, que es clave en el plan estratégico de la organización. También queremos agradecer a las empresas que han colaborado en el Plan de Empleo durante este año, y que gracias a ellos logramos cambiar las vidas de la gente, a través de algún acto muy especial.
También queremos consolidar la puesta en marcha del IMAP, y algo que es muy importante, es el diseño de las nuevas propuestas para los fondos europeos, donde el departamento estará centrado generando ideas y propuestas en coordinación con oficina central y con la administración pública, para poder llegar de alguna manera a más personas.