Desde el inicio de la pandemia, y en colaboración con las administraciones públicas, Cruz Roja se ha volcado con la atención a los grupos y colectivos más vulnerables al virus, trabajando por paliar los efectos de la Covid-19.

Para ello, dentro del área de Salud, se han gestionado dispositivos de atención sociosanitaria y se ha ampliado nuestra red de servicios con el fin de atender las necesidades de las personas vulnerables y de la población en general.

En la gestión de estos nuevos servicios y dispositivos, es necesario dar un paso al frente para afrontar retos hasta ahora desconocidos, en temas tan sensibles y de tanta importancia para nuestra salud. Por ello, hemos querido hablar con dos personas muy valientes que han aceptado el reto de asumir la coordinación en dos de estos proyectos sociosanitarios destinados a paliar los efectos de la pandemia. Son Berta Goyeneche Díez, Coordinadora del Dispositivo para Personas Sin Hogar con Covid-19 en Alcobendas y Augusto Ruiz Bravo, Coordinador de las Unidades Móviles de Salud COVID-19.

Ambos son veteranos en Cruz Roja por lo que asumir este reto les ha supuesto un chute de entusiasmo e ilusión pero, sobre todo, ambos son conscientes de la gran responsabilidad que tienen para gestionar y dar confianza a sus equipos, ensalzando su compromiso y profesionalidad. En esta entrevista hablamos con ellos de sus nuevos retos y de muchas cosas más. ¡No te la pierdas! Para empezar una pequeña presentación de nuestros protagonistas:

 

Contadnos, ¿quiénes son Berta y Augusto y cuál es vuestra trayectoria dentro de Cruz Roja hasta el momento?

Berta: Soy trabajadora social. Empecé en Cruz Roja en el año 2011, cubriendo una baja por maternidad en el proyecto de Refugiados. En 2012 empecé de manera continuada en el llamamiento de ayuda ‘Ahora + que nunca’ y estuve hasta el año 2014. Después pasé a coordinar el centro de día de Mayores de Muguet, donde estuve año y medio hasta que llegué a mi anterior puesto de trabajo, como coordinadora del Centro de día Reina Sofía. He estado aproximadamente 5 años coordinando centros de día de Mayores y ahora, cambio total.

Augusto: Yo he trabajado principalmente en el sector de la producción de eventos, en la coordinación educativa de campamentos y, desde hace 10 años, como trabajador social en emergencia social. Desde hace 4 años, trabajo en las Unidades de Respuesta Social de Cruz Roja y en este tiempo me he incorporado puntualmente a proyectos como la gestión de la emergencia social de la Comunidad de Madrid que se asumió por Cruz Roja desde el centro de operaciones al inicio de la pandemia. En los últimos tiempos he podido conocer la tarea de coordinación supliendo a la coordinadora durante sus vacaciones.

¿En qué consisten vuestras nuevas funciones y cuál ha sido la motivación para dar el paso y asumir estas labores de coordinación?

Berta: La motivación ha sido las ganas de cambiar y de asumir nuevos retos. El proyecto de Personas sin Hogar siempre me ha atraído mucho. Cuando terminé la carrera estuve trabajando con este colectivo en albergues con el SAMUR, y el hecho de que ahora pueda volver en este momento tan complicado, fue lo que me hizo dar el salto.

El dispositivo es un hostal acondicionado para personas sin hogar que den positivo en Covid-19. Es un recurso de emergencia que está abierto las 24 horas durante los 7 días de la semana. Lo que hacemos es que mediante la derivación de la central del SAMUR social o de la central de emergencias sociales, acogemos a personas que están en situación de calle o en una situación complicada de acceso a vivienda, con síntomas leves de la enfermedad, y no disponen de un sitio adecuado en el que hacer su aislamiento. Aquí les ofrecemos un recurso en el que pueden pasar su cuarentena de una manera más adecuada.

Yo soy coordinadora y también trabajadora social. Mi labor como trabajadora social es coordinarme con las administraciones a la hora de gestionar las altas y las salidas del recurso, hago las derivaciones… Y la coordinación consiste en organizar al equipo, hablar con los proveedores, con los medios de comunicación, encargarme del presupuesto…

Augusto: En el caso de las Unidades móviles de Vacunación, la Comunidad de Madrid y Cruz Roja han firmado un contrato de colaboración en la campaña de vacunación del Covid-19. Se pretende realizar una vacunación masiva y poder alcanzar el mayor número de personas posible. Actualmente estamos vacunando en las residencias de mayores, situándose la mayoría de ellas en poblaciones alejadas que no cuentan con medios propios para realizar la vacunación.

Contamos con 12 unidades móviles, formadas por enfermera y auxiliar de enfermería, con la capacidad e independencia de realizar la vacunación en diferentes puntos de la Comunidad. Mi tarea fundamentalmente consiste en gestionar el equipo, llevar el control de los pedidos de las vacunas, la recepción de los viales, asegurar una correcta trazabilidad y la logística que implica este proceso. Estamos pendientes de los cambios y novedades que nos manda la Comunidad de Madrid, los horarios de las residencias, su ubicación… El objetivo es agilizar el proceso y garantizar una trazabilidad adecuada.

En cuanto a mi motivación, me ha llevado a incorporarme al proyecto las ganas de asumir un nuevo reto en Cruz Roja. Llevaba bastantes años trabajando en la emergencia social y veía muy necesario cambiar de ámbito y conocer otros proyectos dentro de la casa.

Augusto: «Lo que me ha llevado a incorporarme al proyecto son las ganas de asumir un nuevo reto en Cruz Roja. Llevaba bastantes años trabajando en la emergencia social y veía muy necesario cambiar de sector y conocer otros proyectos dentro de la casa.»

¿Qué aprendizajes habéis adquirido en vuestros puestos anteriores en Cruz Roja que os van a ser de utilidad en esta nueva etapa? ¿cuáles diríais que son esas competencias o ese «sello personal» que vais a aplicar en este nuevo puesto?

Berta: Las cosas que me traigo de puestos anteriores es saber gestionar los asuntos del día a día, como proveedores o presupuestos, que  hace que te veas con más confianza en esa gestión. También el hecho de trabajar con un equipo muy amplio, 32 trabajadores y más de 20 voluntarios en el centro de día, es una experiencia añadida.

Como valor, intento ser cercana y a la vez resolutiva. Intento dar confianza al equipo y pelear por que el equipo salga adelante, transmitirles calma cuando hay momentos de agobio y también ser lo más eficaces posible para sacar el trabajo adelante.

Augusto: Creo que este proyecto implica mucha capacidad de trabajo y flexibilidad, y esas son dos características que me definen. En mi anterior experiencia como coordinador he podido aprender todos los temas de recursos humanos, gestión del personal, memorias mensuales, gestión de gastos… Haber trabajado en URS donde la gestión de unidades móviles es similar me ha permitido adaptarme a este nuevo reto.

Berta: «Entrar en este proyecto es volver al terreno, al campo de batalla. Volver y colaborar con una necesidad que tiene la casa en este momento, es muy bonito e importante para mí.»

Imaginad que nos situamos en diciembre de 2021, a nivel de objetivos, ¿qué os gustaría haber cumplido para esa fecha?

Berta: Para mi ayudar a Cruz Roja cuando han contado conmigo para este proyecto, es un objetivo muy importante. En el Centro de Día hemos vivido la pandemia muy de cerca, pero ahora me siento como más parte activa frente al Covid-19. Entrar en este proyecto es volver al terreno, al campo de batalla. Volver y colaborar con una necesidad que tiene la casa en este momento, es muy bonito e importante para mí.

Augusto: Es muy importante llegar al mayor número de personas vacunadas ya que tiene un impacto directo en la sociedad, asegurar una logística y trazabilidad adecuada del proceso y que el volumen de personas vacunadas sea el máximo posible.

Berta y Augusto durante la entrevista, en el Hostal de Alcobendas que gestiona Cruz Roja

 

¿Cómo habéis vivido en vuestros proyectos en la primera ola de la pandemia, esos meses de marzo-abril, y que cosas habéis aprendido de esta situación?

Berta: El equipo del centro de día lo vivimos con mucha angustia, porque trabajamos con un colectivo muy vulnerable y el miedo se apoderó de todos. Nunca antes nos habíamos planteado que el centro pudiera cerrar y que tendríamos que hacer una intervención con las personas usuarias con el centro cerrado. Fue un cambio total de la estrategia para poder seguir llegando a todas las personas usuarias. Además, tuvimos que trabajar telemáticamente, que también ha sido un gran reto.

Si hace 2 años me hubiesen dicho que tendríamos que atender a las personas con el centro cerrado, hubiera dicho que era imposible. Pero ahora sabemos que aparte de haberlo conseguido, hemos tenido mucha cercanía con las familias que por razones laborales no podían acudir al centro, se han estrechado mucho los lazos. Ha sido un aprendizaje muy positivo aprender otras nuevas maneras de trabajar y saber que se pueden hacer con calidad y calidez.

Augusto: A nivel personal lo que más me ha enseñado la pandemia es que tenemos que saber apreciar lo que tenemos, que la realidad puede cambiar de un día para otro y que no siempre podemos estar en nuestra zona de confort.

A nivel profesional, tuve la oportunidad de contribuir durante la emergencia social, ya que se solicitó a Cruz Roja la gestión telefónica del 112. Varios compañeros de las URS estuvimos trabajando en el centro de operaciones durante la primera ola, recibiendo las llamadas de emergencia social. Fue un gran reto que supuso la reubicación de compañeros de muchos proyectos y en mi caso, la URS al ser considerada un servicio esencial, tuvo más trabajo que nunca.

A nivel general, ¿cómo habéis visto la actuación de Cruz Roja durante la emergencia social?

Berta: Bueno, cuesta ser objetiva en este tema, pero creo que Cruz Roja ha hecho un papel fundamental, ha estado donde se le necesitaba y en situaciones en las que su actuación era esencial. Además, lo hemos visto en los medios de comunicación constantemente cómo se ha adaptado y el papel que ha ejercido.

Augusto: Creo que Cruz Roja ha sido capaz de asumir nuevos retos durante este periodo y que en la Comunidad de Madrid se tiene muy en cuenta la Institución para asumir emergencias de manera puntual.

 

Si tuvierais que rescatar el momento más difícil o complejo de vuestra intervención en este último año, ¿cuál sería? ¿y el momento en el que os hayáis sentido orgullosas y satisfechas?

Berta: Aquí en el dispositivo, la incertidumbre era asumir el nuevo reto e intentar organizarlo lo mejor posible y que las personas que llegaran estuvieran bien ubicadas y tratarles bien en la acogida. Hemos tenido perfiles complejos y que han dado problemas, que nos han llevado a tener situaciones de conflicto. Tener que expulsar a alguien siempre es una decisión moral complicada.

En cuanto a las cosas positivas, destacar el maravilloso equipo que hay en el dispositivo, formado por grandes personas que tienen perfiles diferentes al mío y eso enriquece mucho. También asumir la realidad de atender al colectivo de personas sin hogar es algo que me está aportando mucho.

Augusto: La primera fase fue muy incierta. El proceso de cambio tanto en las intervenciones como en nueva realidad que estábamos viviendo. En cuanto al nuevo proyecto, uno de los desafíos es asegurar que Cruz Roja que cumple con todos los protocolos y estándares.

Es complicada la logística de las vacunas porque no depende al 100% de nosotros, estamos sometidos a factores externos que no permiten crear un sistema propio. Lo más bonito es el apoyo que estoy recibiendo de mis nuevos compañeros y compañeras y conocer una realidad diferente a la que estaba en la primera ola.

¿Qué significa para vosotros «ser de Cruz Roja»?

Berta: Para mí pertenecer a Cruz Roja es un orgullo y una satisfacción muy grande. Cuando dices a la gente que trabajas en Cruz Roja, te miran como si fueras más humana, como si fueras una buena persona. Yo tuve claro a qué me quería dedicar desde pequeñita, y cuando llegué aquí a Madrid desde Donosti, poder empezar en Cruz Roja fue una pasada, y desde que empecé tuve claro que quería quedarme. Y así ha sido.

Augusto: Creo que mis valores van muy en consonancia con los de Cruz Roja y trabajar aquí me hace ver que soy útil para la sociedad y que puedo contribuir, y por supuesto lo llevo con mucho orgullo.

¡Muchas suerte en esta nueva etapa, compañera y compañero!

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