Sifeddine Gabess Haouzi y Noureddine Hilaly El Khayat son los mediadores sociales del proyecto ‘Mediación para la prevención del riesgo social de menores y juventud extutelada’, y ambos llevan 7 años en Cruz Roja. Ellos, junto al resto del equipo de Mediación son el nexo de unión con los jóvenes. A base de contacto, confianza y paciencia, el equipo logra establecer un bonito vínculo con ellos para que puedan entrar a Cruz Roja y poder ayudarles con sus necesidades básicas. Por ello, hemos entrevistado a nuestros dos compañeros para que nos cuenten de primera mano como se produce ese primer contacto, y cómo se acompaña desde el cariño y la mediación a estos jóvenes migrantes.

Participantes del proyecto en la sala de proximidad realizando actividades

Cuando hablamos de juventud migrante, ¿de qué tipo de jóvenes estamos hablando?  ¿Cómo podríamos definir a esos jóvenes que participan en el proyecto?

Sifeddine.- El término ‘jóvenes migrantes’ es muy amplio, ya que abarca diversas edades que provienen de diferentes países, desde los 14 hasta los 23 años. En nuestro proyecto principal, nos enfocamos en jóvenes migrantes que tienen entre 18 y 23 años, específicamente en extutelados, provenientes principalmente del norte de África o de África subsahariana que han emigrado a España. Al llegar, pasaron por centros de primera acogida para menores, donde algunos fueron tutelados. Con el tiempo, estos jóvenes han alcanzado la mayoría de edad y se convierten en extutelados. Nosotros nos enfocamos en este perfil específico de jóvenes que han quedado fuera del sistema de protección, aquellos que han perdido la tutela o nunca fueron tutelados en algún momento o que en algún momento se terminó el periodo de tutela de protección y quedaron desprotegidos. En estos casos, suelen trasladarse a pisos de autonomía, conocidos como pisos de mayores, después de salir de los centros de menores.

En los pisos de autonomía para mayores, el tiempo es limitado mientras se trabaja con ellos para fomentar su autonomía y prepararlos para integrarse en la vida laboral. Sin embargo, muchos de estos jóvenes no completan este proceso por diversas razones, como abandonar el sistema antes de tiempo o alcanzar el límite de estancia en los pisos. Como resultado, muchos no logran integrarse en el mercado laboral. Nos referimos especialmente a aquellos que ya tienen tutela y permiso de residencia para trabajar, pero quedan fuera del sistema de apoyo. Como mediadores de calle, colaboramos estrechamente en buscar a estos jóvenes desprotegidos por un motivo o por otro.

También trabajamos con jóvenes que no llegaron a ser tutelados porque alcanzaron la mayoría de edad y tuvieron que abandonar los centros de primera acogida. Este perfil es aún más complicado, ya que estos jóvenes no tuvieron la oportunidad de estar en pisos de autonomía o residencias, y en su lugar, se ven obligados a vivir en la calle. Nosotros salimos a la calle para identificar a estos jóvenes y trabajamos en coordinación con los centros de menores de la Comunidad de Madrid.

 

¿Es así es como llegan a  Cruz Roja?

Noureddine.- Nosotros, en nuestro proyecto de mediación en la calle, nos enfocamos principalmente en trabajar con jóvenes que han estado en centros de menores y con jóvenes no acompañados. Durante los primeros tres años, hemos estado trabajando dentro de los propios centros de menores, por lo que conocemos de primera mano los problemas que enfrentan estos chavales. Una vez que alcanzan la mayoría de edad, son dejados en la calle y quedan desatendidos en todas sus necesidades. Por ello, después de esos tres años iniciales, hemos continuado nuestro trabajo en la calle, mapeando las áreas cercanas a los centros de menores. Una vez decretados mayores de edad, no tienen otra alternativa más que buscar alojamiento y recursos por sí mismos. Detectamos a estos jóvenes, los invitamos a nuestro proyecto y comenzamos a trabajar con ellos para orientarlos y satisfacer sus necesidades básicas a lo largo de su vida. A través de la mediación intercultural de Cruz Roja, trabajamos para intentar reintegrarlos socialmente y asegurarnos de que tengan cubiertas sus necesidades básicas, especialmente aquellos que se encuentran en situación de calle.

«A través de la mediación intercultural de Cruz Roja, trabajamos para intentar reintegrarlos socialmente y asegurarnos de que tengan cubiertas sus necesidades básicas, especialmente aquellos que se encuentran en situación de calle.»

El viaje vital de estos chicos es muy complicado porque no tienen adultos como referencia y se embarcan en un viaje sin saber bien hacia dónde van. A menudo tienen expectativas que no se corresponden con la realidad que encuentran aquí. Al no tener cubiertas sus necesidades básicas, pueden recurrir al consumo de cannabis, pastillas u otras cosas para intentar olvidar estos problemas que los rodean.

¿Cómo manejáis el primer encuentro con ellos cuando os cuentan sobre su viaje vital y sus necesidades básicas?

Sifeddine.- El proceso de migración de estos jóvenes comienza en sus países de origen, donde buscan otras oportunidades y horizontes. Hoy en día, sabemos que muchos se dirigen hacia estas oportunidades a través de las redes sociales y otros canales en internet. Los jóvenes quieren buscar un futuro mejor y eso es lo que inicia su proceso migratorio. Se aventuran en esta búsqueda siendo menores de edad, muy jóvenes. Pasan mucho tiempo en los puertos de la costa de sus países intentando cruzar. Sabemos que algunos de ellos cruzan bajo camiones u otras formas peligrosas, como polizones. Muchos han perdido la vida en intentos fallidos en pateras, y otros han pasado hasta uno o dos años en los puertos debido a la dificultad de su situación. El proceso de migración de los adultos generalmente implica planificar un proyecto migratorio, pero para estos jóvenes es diferente.

Durante este tiempo en los puertos, muchos tienen que mendigar o hacer trabajos ocasionales para poder sobrevivir hasta tener la oportunidad de cruzar el estrecho. Estos años en los puertos marcan profundamente sus vidas, forzándolos a quemar etapas de su niñez y a convertirse en adultos prematuramente.

Este proceso puede llevarlos a tener sus primeros contactos con el consumo de drogas, aunque es importante aclarar que no todos consumen. Sin embargo, para aquellos que lo hacen, el consumo comienza como una estrategia para sobrevivir en la calle, donde sabemos que las drogas están disponibles las 24 horas del día.

Cuando finalmente llegan aquí, muchos jóvenes tienen la expectativa de encontrar facilidades y oportunidades para trabajar, ganar dinero, formarse o incluso jugar al fútbol, como nos han contado en nuestras entrevistas con ellos. Traen consigo todas esas expectativas y una mochila cargada con todo ese proceso. Sin embargo, muchas veces se enfrentan a una realidad diferente, donde no es tan fácil cumplir esas expectativas. Es cierto que muchos de ellos logran incorporarse al mercado laboral y seguir adelante con sus vidas, pero otros no lo consiguen y quedan en desamparo.

Nuestra primera tarea es detectar y abordar sus necesidades básicas, que ya conocemos por nuestra experiencia. Les intentamos ayudar con el alojamiento, sacándolos de la calle para poder intervenir eficazmente. Hablando con ellos les ofrecemos acercarse a nuestro proyecto, ofreciéndoles un lugar como la sala que tenemos aquí, donde participan en actividades que les mantienen ocupados y alejados de la calle. Después, les atendemos según sus necesidades específicas.

Participantes del proyecto en una de las clases que se imparten en el CTD

 

¿Qué es lo que más les pesa cuando habláis con ellos la primera vez?

Noureddine.- La mochila que llevan encima es muy pesada, ya que llegan con la idea de haber fracasado en su proyecto migratorio. Vienen con expectativas de trabajar, de ayudar a sus familias. Sin embargo, se enfrentan a un sistema que no es realista: si son menores de edad y están indocumentados, deben pasar por centros de menores donde permanecen hasta cumplir la mayoría de edad. Estos centros no ofrecen muchas salidas. Cuando finalmente se decretan mayores de edad, el fracaso comienza a pesar aún más, ya que se encuentran en la calle.

La mayoría de estos jóvenes han pagado para llegar hasta España y comienzan a pensar en las deudas que sus familias tienen. Cuando llegan aquí, llevan un peso considerable y una sensación de fracaso. Nosotros trabajamos a través de la mediación para mostrarles que pueden recuperarse, avanzar y mejorar gradualmente su situación.

«La mayoría de estos jóvenes han pagado para llegar hasta España y comienzan a pensar en las deudas que sus familias tienen»

Les proporcionamos apoyo hasta que puedan alcanzar sus metas. Comenzamos por asegurar alojamiento y cubrir esas necesidades básicas, mientras intentamos llenar su tiempo libre con actividades que les ayuden.

Cuando estos jóvenes no tienen nada que hacer durante el día, es cuando tienen más riesgo de caer en la adicción. El vacío de tiempo libre puede llevarlos hacia la delincuencia, generando antecedentes policiales o penales, especialmente en barrios con pocas oportunidades laborales. Comienzan a consumir drogas porque quieren llenar ese vacío y recuperar el tiempo perdido lo más rápido posible.

En nuestro proyecto, intentamos evitar que caigan en esta trampa. Ocupamos todo su tiempo con actividades que organizamos aquí en la sala de mediación. Creamos un proyecto con cada joven, ayudándolos gradualmente con la regularización de sus papeles y el alojamiento. En Cruz Roja trabajamos para mostrarles que hay salidas, y que no deben ver sus dificultades como un fracaso definitivo. Promovemos el optimismo y les mostramos que siempre hay oportunidades para mejorar, como encontrar trabajo y reconstruir sus vidas. Queremos que comprendan que no es el fin del mundo y que siempre hay una segunda oportunidad.

Participantes del proyecto en las actividades de acercamiento al barrio junto con Sifeddine y Noureddine

«Creamos un proyecto con cada joven, ayudándolos gradualmente con la regularización de sus papeles y el alojamiento»

Sifeddine.- Nuestro trabajo como equipo de mediación en la calle es acompañar a estos chicos en todo este proceso. Cuando están aquí, los acompañamos para mitigar cualquier frustración que puedan sentir. Queremos que no les pese tanto y que no caigan en situaciones más difíciles. Intentamos mostrarles que pueden recuperarse y volver a tener confianza y esperanza en el futuro, ya que perder la esperanza puede llevarlos más profundamente hacia la adicción y la delincuencia.

En nuestro proyecto, no solo trabajamos en la prevención, sino que también los acompañamos para encontrar salidas viables. Ofrecemos actividades, desayuno, ducha y lavandería para su ropa, así como transporte y gestión de documentos como pasaportes y carné joven para aquellos que pueden tenerlos. Además, les ayudamos a obtener números de la Seguridad Social y a buscar ofertas de empleo. Todo este trabajo es gradual y constante, pero juntos como equipo podemos lograr grandes resultados.

Noureddine.-  Por ejemplo, hemos tenido casos como el de un joven que dormía bajo un puente en Casa de Campo, con un consumo activo y sin referentes. Había salido de centros de reforma y menores con sus documentos en regla, pero necesitaba orientación hacia un camino diferente. Hemos estado interviniendo durante cuatro meses para ayudarlo. Durante los tres meses en los que intervenimos, logramos sacarlo de debajo del puente y traerlo a nuestra sala de proximidad. Le proporcionamos ducha, desayuno y lavado de ropa, cubriendo estas necesidades que no tenía en la calle, donde solo tenía una manta y un colchón. Este chico ha avanzado: ahora tiene referentes y está trabajando. Ha completado un curso de formación, ha dejado las drogas y ha encontrado un empleo normal. Ha tenido una segunda oportunidad, pero siempre necesita ese apoyo continuo, alguien que lo acompañe, escuche sus problemas y le brinde soluciones.

 

¿Qué importancia tiene en todo este proceso la sala de proximidad?

Sifeddine.- Ha sido un punto muy importante en nuestro proyecto de mediación en la calle. Antes, detectábamos a estos chicos, nos poníamos en contacto con ellos, escuchábamos sus demandas y les ofrecíamos acogida. Luego intentábamos realizar actividades con ellos, siempre en la calle, ya que muchos de estos chicos no tienen acceso a albergues ni recursos de protección. Cuando vienen aquí para ser entrevistados, a menudo llegan sin haberse duchado o desayunado. Estamos hablando de chicos que viven en la calle y no tienen ningún tipo de protección ni acceso a albergues, debido a la falta de recursos y plazas disponibles. Algunos han logrado salir adelante, pero otros se han quedado fuera del sistema y no han tenido oportunidades, especialmente aquellos que no han sido tutelados, como mencionamos antes.

Hemos comenzado a utilizar una sala de proximidad para acogerlos y acompañarlos, lo cual ha tenido un gran éxito. Los chicos empezaron a venir e incluso se corrió la voz de que hay una sala en Cruz Roja donde pueden usar internet y ducharse después de hablar con nosotros. Es muy importante este apoyo emocional del que hablamos al principio, porque algunos chicos, aunque tengan cubiertas las necesidades básicas como estar en un albergue o en algún piso con desayuno y ducha, vienen a nuestra sala buscando ese acompañamiento emocional. Necesitan hablar, tener referentes adultos que los acompañen, escuchen y orienten. Vienen para pasar un tiempo mejor y aprovechar las oportunidades que se les ofrecen aquí. No olvidemos que se encuentran en un entorno desconocido para ellos.

participantes del proyecto en uno de los momentos de ocio

«Es muy importante este apoyo emocional del que hablamos al principio, porque algunos chicos, aunque tengan cubiertas las necesidades básicas como estar en un albergue o en algún piso con desayuno y ducha, vienen a nuestra sala buscando ese acompañamiento emocional.»

Noureddine.- Explicamos las cosas de manera clara y sin malentendidos, acompañándolos en cada paso.

Sifeddine.- Esto es crucial, ya que muchas veces no quieren ni acudir al consulado marroquí para renovar el pasaporte, ya sea por barreras psicológicas o por otras razones, aunque no tengan problemas con el idioma. Imagínate cuando tienen que ir al Ayuntamiento, a la Seguridad Social o a buscar trabajo, y también lidiar con su salud mental. .

 

¿Cómo trabajáis vosotros esa salud mental, cómo abordáis esa parte para evitar que se convierta en un problema de consumo o, si ya lo es, ayudarles a darse cuenta de que no les está beneficiando?

Noureddine.- Nosotros trabajamos la salud emocional a través de la mediación y de talleres que organizamos junto con el centro de salud mental. Realizamos sensibilizaciones y charlas con los jóvenes, además de invitarles a participar en otros talleres relacionados con la salud mental. A nivel individual, abordamos las emociones y la salud mental una vez que están aquí, ya que el tiempo que llevan puede haber afectado su bienestar emocional. En Cruz Roja, siempre estamos cerca para todos los jóvenes que necesitan apoyo o una mano.

 

¿Qué otro tipo de actividades son las que a ellos les gustan?

Sifeddine.- En general, puedo decir que a todos los chicos les gusta participar en actividades recreativas. Se apuntan a todas las fiestas del pueblo y ya no tienen barreras, no necesitan a nadie. Además, les gusta el fútbol, como a todos en general.

Pero también disfrutan de otras actividades que prueban y les gustan. Les encantan todas estas actividades deportivas, se apuntan a voleibol, fútbol y otras actividades de ocio. Han participado en San Isidro, por ejemplo.

Noureddine.- Además de las actividades de ocio, también les interesa aprender español. Trabajamos mucho con ellos en este sentido porque es una herramienta básica que necesitan para defenderse y sobrevivir en la sociedad. Siempre les decimos que estamos en un país de acogida y lo primero que deben aprender es el español.

Todos quieren trabajar, pero a menudo no tienen la información necesaria y para inscribirse en cursos se les exige un nivel mínimo de castellano. Por eso, intentamos trabajar intensamente con ellos en el aprendizaje del idioma. Además, les orientamos hacia cursos de formación, buscando cursos básicos que les ayuden a encontrar un trabajo. La idea de todos los chicos es trabajar; todos vienen aquí con esa intención. Participar en actividades recreativas les permite volver a su infancia, recordando una etapa de su vida que no pudieron disfrutar plenamente, cuando tenían 8 o 9 años. Estas actividades les ayudan a liberar toda su energía y se lo pasan muy bien. Son cosas y derechos que no han tenido en su infancia, y ahora pueden disfrutarlos un poco.

Participantes del proyecto en las actividades socioculturales que les acercan al barrio

 

¿Cómo perciben ellos el futuro? ¿Cómo intentáis calibrar esas expectativas?

Noureddine.- Son chavales que están en una etapa de transición, pasando de ser menores a ser adultos. Siempre les decimos que están en una edad muy complicada, en la que tienen que espabilarse, cargar con sus responsabilidades, y formarse.

Durante esta transición de la vida de menor a adulto, intentamos guiarlos hacia la responsabilidad que conlleva estar solo aquí. Les preguntamos cómo ven su futuro y les hacemos entender que, una vez que cumplan esta etapa, estarán solos. Por eso, deben ser responsables, encontrar un trabajo e intentar gestionar su vida de la mejor manera posible. Esto es crucial, ya que se encontrarán con una nueva etapa: la de jóvenes adultos.

Sifeddine.- Además, una cosa muy importante que quiero destacar es que trabajamos con ellos algo fundamental: la paciencia. Es crucial que aprendan a tener paciencia, ya que muchos de ellos son muy exigentes y quieren resultados rápidos: quieren el curso rápido, trabajar rápido, y obtener sus papeles rápidamente. Les explicamos que, por ejemplo, para acceder a la documentación mínima, necesitan al menos dos años para el arraigo formativo o tres años para el arraigo social. Este proceso requiere muchísima paciencia, y nosotros nos encargamos de inculcarles esa paciencia. Es un trabajo que necesita mucho cuidado, ya que son adolescentes que quieren todo al mismo tiempo: papeles, trabajo, aprender el idioma. Por eso, les enseñamos que todo se puede conseguir, pero con un trabajo previo, paciencia y tiempo. Es crucial mantenerlos motivados y engancharlos en el proceso, asegurándoles que sus objetivos son alcanzables, pero que requieren esfuerzo y paciencia.

Participantes del proyecto en la sala de proximidad

«Es crucial que aprendan a tener paciencia, ya que muchos de ellos son muy exigentes y quieren resultados rápidos»

 

¿Cómo les ayudáis a identificar que tienen un problema con una adicción?

Nourddine.- Los jóvenes que acuden a nuestra sala de proximidad a veces tienen problemas con la adicción, y nosotros lo detectamos por factores, entre otros, como su aspecto y comportamiento. Dado que la adicción es un tema mal visto en sus países de origen, ellos no suelen contarnos directamente que tienen ese problema. Sin embargo, cuando nosotros lo detectamos, les ofrecemos ayuda y les hacemos saber que aquí tienen una posibilidad de recibir apoyo.

Les explicamos que no es ninguna vergüenza tener una adicción y que pueden contar con nosotros para buscar una solución. Coordinamos con los compañeros del Centro de Tratamiento para proporcionarles la ayuda necesaria y trabajar juntos para que puedan superar la adicción. Nuestro objetivo es que se sientan seguros y apoyados para poder salir adelante y mejorar su situación. A menudo, los jóvenes no identifican o no reconocen que tienen un problema de adicción. Dicen que lo controlan, que solo consumen puntualmente o para dormir. Aquí es donde entra el trabajo de mediación y cercanía, para hacerles ver y aceptar que tienen un problema y que necesitan ayuda.

Sifeddine.-  Les explicamos que no hay vergüenza en admitir que tienen una adicción y que aquí estamos para ayudarles. Tenemos psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros y médicos que pueden proporcionar el seguimiento y la asistencia necesaria para salir de la adicción. Es fundamental que comprendan que una adicción es una enfermedad que se puede tratar como cualquier otra enfermedad.

 

En esta noticia hablamos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 1,2,3,4 y 8 como parte de nuestro compromiso para potenciar la consecución de la Agenda 2030. Puedes obtener más información de los ODS en el siguiente enlace.

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