María Jesús García Blanco, ‘Chus’, es joven, pero lleva casi toda una vida dedicada a la intervención social. Directa, fuerte, con las ideas claras, ilusión y mucho compromiso. Los dos años que lleva en nuestra entidad le han servido para conocer y, sobre todo, actuar de forma directa en ayudar a las personas de colectivos vulnerables, a través de la Unidad de Respuesta Social. Ahora, le ha llegado el turno de afrontar un nuevo reto: coordinar el proyecto de Proyecto de Atención Social y Humanitaria en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE). Un paso natural con un desafío muy grande. Y ella lo afronta de forma natural, con la misma energía y ganas pero conocedora de la importancia que tiene este papel dentro de la intervención social que realiza Cruz Roja.
PROYECTO DE ATENCIÓN HUMANITARIA EN EL CENTRO DE INTERNAMIENTO DE EXTRANJEROS
El proyecto del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) trabaja en centros en los que están personas en situación de emergencia administrativa o legal porque tienen una orden de expulsión del país.
La parte que Cruz Roja gestiona es la vida dentro del Centro. Las personas mediadoras bajan al patio y realizan actividades de ocio con los chicos y chicas. Se hacen talleres, se facilita todo contacto con el exterior, contacto con familiares o abogados y se les entrega kits de ropa y kits de higiene básicos. En definitiva, gestionamos toda esa parte más humana del centro que es lo que cambia, y mucho, cómo se vive dentro del CIE.
¿Quién es María Jesús y de dónde viene?
Soy trabajadora social y, desde hace 13 años he formado parte de un mismo proyecto que ha ido evolucionando hasta hoy. Comenzó como Emergencia Social en la Comunidad de Madrid, y, a partir de ahí ha ido reformulándose.
En febrero de 2017 este proyecto entra a formar parte de Cruz Roja y se convierte en la Unidad de Respuesta Social (URS), dentro del área de Intervención Social. En este punto yo trabajaba en la Unidad número 3, en la Asamblea Local de Alcorcón.
¿Qué trabajo desempeñabas allí?
Dentro de ese equipo éramos dos personas técnicas que, junto con el equipo de voluntariado, llevábamos a cabo la intervención en tres pilares:
La primera, la emergencia. Es decir, acudir donde está la emergencia social en cualquier punto de la Comunidad y a cualquier hora.
La segunda parte era la del seguimiento de personas sin hogar. Acudíamos a ofrecer a estas personas información, realizar un seguimiento, contención y ofrecerles alimentos y bebidas.
Por último, también se incorporó la Teleasistencia para lograr dar una respuesta más integral. Todo ello es lo que sustenta la actividad de la URS.
¿Por qué decides afrontar este nuevo reto de coordinar el Proyecto de Atención social humanitaria?
Laboralmente siempre me he considerado, dentro de los perfiles que hay en trabajo social, muy de calle, muy de necesitar el contacto cercano con los participantes.
Dentro de la necesidad laboral de crecer no quería dejar de lado esa atención directa y también estar en un sitio que me motivara y me estimulara laboral e intelectualmente.
Personalmente también necesitaba un cambio y era el momento y el objetivo perfecto para crecer y dedicarme a la coordinación.
¿Qué crees que te ha enseñado tu trayectoria en estos 13 últimos años que te va ayudar en tu nuevo puesto?
Dos cosas. La primera, la de conocer la emergencia social. La emergencia a la que nos enfrentaremos en este nuevo reto no es exactamente la que trabajaba anteriormente. Yo trabajaba con personas en situación de emergencia que no tenían sus necesidades básicas cubiertas, y en este nuevo proyecto es una emergencia más de carácter administrativo. Aun así, es una emergencia social, y hay que saber enfrentarse a ella, porque muchas veces tu trabajo no se mantiene en el tiempo, ya que las personas se van y no sabes si a quien estás ayudando hoy, mañana seguirá. Y este es un aprendizaje que he tenido durante estos últimos años.
Por otra parte, el trabajo en equipo, que es fundamental, y que creo que no todo el mundo sabe. Es algo que hay que aprender. Por suerte, en emergencia hemos ‘crecido’ juntos y juntas, y hemos mamado esa cultura de que, en la calle, estás tú y tu compañero o compañeras, solos, y necesitas esa plena confianza en la otra persona y esa capacidad de trabajar juntos.
¿Cuál dirías que es tu sello personal, la impronta que te gustaría dejar en este nuevo trabajo?
Creo que es la asertividad. Un estilo de comunicación con las personas asertivo, con cierto liderazgo pero nunca autoritario. Y me gustaría crecer, pero haciéndolo todos y todas juntas. No dejar nunca de aprender de todas las personas y del equipo.
Soy de la opinión de que siempre puedes aprender algo de la persona que tienes al lado ,que puede cambiar tu vida y que tú puedes hacer lo mismo con los demás.
¿Qué importancia crees que tiene este proyecto dentro de Cruz Roja?
Creo que estratégicamente es muy importante, porque es un lugar muy complicado. Pero la verdad es que no depende de Cruz Roja lo que es el CIE, eso depende de otras entidades, pero sí que depende de nosotros cómo se vive en el CIE.
Es fundamental que se trabaje desde los principios de Cruz Roja, desde la Humanidad, la Neutralidad. Me ilusiona mucho este proyecto, la verdad. Es todo un reto para mí. Cuando vi la convocatoria, mi mujer fue la que me decía que necesitaba ese algo que me estimulara. Necesito estar intelectualmente muya activa, y desde luego aquí no paro.
Dentro de este nuevo puesto, ¿qué es lo que más te atrae?
Que no dejo de tener contacto con las personas. Es un puesto de coordinación pero también sigo siendo trabajadora social de recurso. Por lo que sigo teniendo entrevistas con la gente, sigo teniendo esa gestión y coordinación con otros recursos. Y todo ello me estimula, es ir con ganas a trabajar, que para mí es un indicador muy valioso de que estoy en el buen camino.
¿Para ti qué significa ‘ser de Cruz Roja’? ¿Qué crees que nos diferencia de otras entidades sociales?
Cruz Roja tiene una cobertura de infraestructura, medios y personal a todos los niveles, y una presencia en todos los países tan grande, que ninguna otra entidad tiene.
¿Cómo le explicarías a alguien que no es de Cruz Roja lo que significa ser de Cruz Roja?
Es formar parte de un grupo, de un equipo, saber quién está a tu lado. Que cuentas con una cobertura por todos lados, a nivel laboral y a nivel humano.
Estás en tu puesto y sabes que tienes un compañero o compañera detrás en todo lo que necesites. Yo tenía un poco de ‘miedo’ cuando empecé en este proyecto, por sí había cosas que, ‘por nueva’, no supiera hacer. Pero me he encontrado con una respuesta por parte de todos los Departamentos, maravillosa. Eso te da una gran seguridad y ese sentimiento de ‘formo parte de un equipo’.
De cara al futuro, de aquí a dos años, ¿qué te gustaría haber conseguido?
Crecer, seguir creciendo y no parar. No estancarme en el crecimiento. Seguir siempre aprendiendo de los que están a mi alrededor. Que todo el equipo lo seamos y sigamos, juntos y juntas, aprender.
Como objetivo tangible, me gustaría que el funcionamiento de nuestro equipo fuera un referente para el resto de los CIES.