Este mes de octubre, en Cruz Roja Comunidad de Madrid hemos llegado a la cifra de 3.000 nuevas incorporaciones, lo que suman en total más de 13.500 personas voluntarias en la organización. Por este motivo, realizamos una entrevista a nuestro voluntario 3000, Manuel Enrique Monsalvo Muñoz, de 69 años, que trabajó durante más de 51 años en banca y servicios financieros hasta que se jubiló el mes pasado. Manuel pertenece a la asamblea de Pozuelo de Alarcón y recibió la noticia de ser el «voluntario 3000» por sorpresa y se lo tomó como una anécdota entrañable.
Os dejamos esta entrevista en la que hablamos de su reciente incorporación a Cruz Roja, sus expectativas y los principales motivos que le llevaron a hacerse voluntario en la organización:
¿Por qué decidiste hacerte voluntario?
Después de la jubilación decidí que tenía que hacer algunas cosas. Unas que tienen que ver con mi vida personal -seguir haciendo deporte, aumentar mis inquietudes culturales, etcétera-, pero también pensé que tenía que colaborar de alguna otra manera. He vivido la época en que la gente se jubilaba y ya no vivía más, aunque yo creo que de, alguna manera, si se está bien de salud, hay que colaborar y darle tu tiempo a la sociedad. Devolverle el favor.
¿Por qué elegiste Cruz Roja?
Hablando con un vecino, me dijo que probara en Cruz Roja, ya que daban la posibilidad de hacer acompañamiento a personas mayores. Creo que ya hay suficiente gente dedicando tiempo a la infancia y a los animales y yo veo, sin embargo, que este colectivo específico tiene muchas necesidades.
¿Qué función realizas en Cruz Roja como voluntario?
Acabo de empezar, sólo llevo una semana y ya he empezado a hacer acompañamientos dentro del programa de Mayores: esta misma semana he hecho uno. Mi función consiste en acompañar a estas personas al médico o en cualquier otra cuestión que necesiten. Por ahora, mi experiencia se ha basado en conocer a tres o cuatro personas, todas encantadoras, e irme enterando un poco de cómo está organizada la institución desde el punto de vista de asambleas y todo eso. Durante muchos años he sido donante de sangre, pero hasta este momento era el único contacto que había tenido con Cruz Roja.
¿Habías sido voluntario anteriormente?
No, no he tenido tiempo de nada. (Se ríe).
Este tiempo que llevas como voluntario, ¿qué te está aportando en el plano personal?
En mi opinión, ser voluntario es una obligación que nace de un sentimiento. Yo considero que es algo que debo hacer. Quizá se piense que no es una experiencia tan agradable como otras dedicarse al colectivo de las personas de edad, pero para mí, esto es una experiencia. Quiero seguir desarrollando lo que he empezado, y tampoco me importaría colaborar en algún curso de informática, pero poco a poco. Porque yo sigo en activo: aunque he dejado de ir al trabajo, continúo trabajando desde casa. Eso sí, lo que el tiempo me permita, lo quiero dedicar a ayudar a la gente de forma directa.
¿Recomendarías ser voluntario a tus amistades o familiares?
Es un camino que se tiene que tomar de manera personal. Esto es lo que yo he decidido, pero no pretendo evangelizar a nadie. La información está ahí para todo el que quiera plantearse serlo. Yo pienso que hay que entregarse, dar tiempo a los demás, porque es lo más valioso que tenemos. Al fin y al cabo, el tiempo es una parte esencial de nuestra vida.
¿Cómo definirías la solidaridad en una sola palabra?
Como «entrega».
Marta Gómez, que también se ha incorporado recientemente a Cruz Roja como voluntaria del área de Comunicación y ha realizado esta entrevista, ha querido mostrar su agradecimiento hacia todas las personas que, como Manuel, dedican su tiempo a una causa. Para ayudar directamente a quienes lo necesitan y colaborar de manera altruista a construir una sociedad mejor. Y es que experiencias como esta siempre pueden servir de inspiración a otras y otros.
¡Muchas gracias Manuel, por tu generosidad y por TU TIEMPO!