Desde enero de 2023 el centro Ramón y Cajal de Torrejón de Ardoz y Cruz Roja en la asamblea del Corredor Sur han unido esfuerzos para llevar a cabo proyectos significativos en beneficio de la comunidad a través del Centro de Día Infantil. El trabajo de Cruz Roja con los niños y niñas provenientes de familias vulnerables tiene mucho calado en el entorno del colegio. Las familias se sienten seguras con Cruz Roja, el colegio se siente que aporta un valor añadido, y nosotros/as nos sentimos agradecidos al ver las sonrisas de los niños y niñas que acuden por las tardes a las sesiones que ofrecen el equipo del CDI. Por ello, para visibilizar todo este trabajo hemos entrevistado a Ana Moscardó, directora del colegio y Roberto Gómez, jefe de estudios, cuyos compromisos han sido clave en la implementación de las actividades; Blanca Frías, técnica de infancia del CDI, cuya dedicación ha sido fundamental para el éxito de cada proyecto; y Borja Abad, voluntario comprometido que ha contribuido con su tiempo y energía desde marzo de 2023.
¿En qué consiste el trabajo entre Cruz Roja y el Colegio Ramón y Cajal? ¿Por qué es necesario?
Blanca.- Primero hubo una coordinación previa con el colegio de la que se encargó David Martín (Director técnico de Cruz Roja en Corredor Sur), en la que se presentó el proyecto y se les explicó cómo iba a ser, para posteriormente, una vez oficializado, comenzar a derivar a los niños y niñas y comenzar a trabajar con ellos. Todos los días estamos con Ana y Roberto, aunque por la tarde no están de manera presencial, les hacemos partícipes de cualquier actividad que organicemos. Entonces, la relación consiste en todo ese trabajo previo y en el trabajo de coordinación que se lleva a cabo diariamente.
Roberto.- Cuando nos lo propusieron lo vimos como la única pieza que nos faltaba para llegar a complementar nuestro trabajo con los/as alumnos/as de este colegio, ya que presentan necesidades de muchos tipos, ya no solo económicas, sino también sociales o de acompañamiento. Llevábamos tiempo esperando una oportunidad así y la coordinación entre el centro y Cruz Roja fluye de manera muy cómoda, tanto a nivel de actividades como a nivel curricular con los tutores, que se organizan a la perfección con el calendario académico.
Ana.- A parte del horario de tardes, en el que las monitoras de Cruz Roja llegan a partir de las 16.00 hasta casi las nueve, estamos en contacto. Siempre que hemos necesitado desde el centro comunicarnos con alguna persona de Cruz Roja, ya sea mañana o tarde, ha existido una comunicación activa. Estamos encantados de poder compartir información mutuamente.
¿Qué actividades hacen los participantes para que cobre sentido el proyecto del CDI?
Borja.- El proyecto es todos los días, de lunes a viernes, y se divide en tres fases. Al principio se hace apoyo escolar, ayudándoles con los deberes o estudiar si tiene exámenes, mientras otros están en juego libre para luego intercambiarse. A mitad de tarde toca la merienda y los/as pequeños/as, a las seis y media, se van. El resto se quedan hasta las ocho y organizamos actividades dirigidas, juegos, etc.
Ana.- Para nosotros/as como centro, como conocedores de la problemática de las familias de la zona, es un proyecto muy importante, ya que hay muchos niños y niñas que, si no estuviesen aquí, estarían en la calle o solos en casa. Aquí se aglutina todo lo tiene que ver con la supervisión, deberes, no estar solos/as, no estar demasiado tiempo pendientes del móvil o la televisión, sin control adulto. Para nosotros es un proyecto perfecto, en el que participan más de 40 niños y niñas, de los cuales la mayoría son de este centro y nos brinda la tranquilidad de que estos niños están supervisados y merienden bien, ya que muchos por su situación económica la única comida caliente que reciben es la del colegio.
«Este es un proyecto muy importante, ya que hay muchos niños y niñas que, si no estuviesen aquí, estarían en la calle o solos en casa.»
¿Qué perfil tienen los niños y niñas del colegio?
Ana.- Es un centro que tiene la calificación de “especial dificultad”, lo que quiere decir que es un centro dirigido a una parte de la población con recursos económicos muy limitados o niños que proceden de otros países y que aún no han tenido tiempo para integrarse del todo, por la falta de trabajo de sus familias, por su país de origen o por pertenecer a una cultura diferente. Desde el año 2005, somos un centro que acoge a niños procedentes de familias con problemas de desestructuración o socioeconómicos.
Roberto.- En los últimos años, además, el centro está cambiando, pero las necesidades siguen siendo las misma. Este centro, históricamente, pertenecía a una zona en la que vivían muchas familias de etnia gitana, pero en los últimos años esto está cambiando y cada vez hay más familias procedentes de países sudamericanos que, aunque sea distinto, la demanda de apoyo y de cubrir ciertas necesidades sigue siendo la misma. Por ejemplo, al colegio, muchos alumnos llegan con un gran desfase curricular y gracias al trabajo de Cruz Roja podemos suplir este desajuste, que normalmente suele ser de año o año y medio, y aún mas acentuado tras la pandemia. Los problemas económicos también están muy presentes, por lo que las necesidades son grandes.
«Muchos alumnos llegan con un gran desfase curricular y gracias al trabajo de Cruz Roja podemos suplir este desajuste»
¿Cómo se forja la colaboración entre el día a día en el centro y el equipo de Cruz Roja?
Blanca.- Siempre hay una comunicación muy fluida y esa es la clave. Cuando nosotros llegamos, en el centro están terminando, entonces en esos momentos nos ponemos al día sobre la situación de los alumnos y por la mañana, si ellos necesitan algo, nos ponemos en contacto por teléfono o por correo electrónico.
¿Dónde radica el éxito del proyecto? Si tuvierais que destacar algo de esta colaboración, ¿qué sería?
Blanca.- Creo que el centro confía en la labor que hacemos, porque ya no es solo apoyo escolar, sino que también incidimos en las habilidades sociales básicas, como pedir las cosas por favor o dar las gracias, les orientamos cuando surgen conflictos entre ellos/as, ese tipo de cosas.
Ana.- Creo que esto enriquece a los niños y niñas, con actividades a las que no tendrían acceso de otra manera. Han salido por ejemplo a la piscina, a camas elásticas, excursiones que los niños/as, de otra manera, no habrían podido realizar. Para mi tiene mucho más peso esta parte social que la curricular, sobre todo, al ser colegio pequeño y conocer a los/as alumnos/as, nos permite tener un concepto grande de sus situaciones familiares y esto nos permite expandir este conocimiento y entre todos intentar que los/as alumnos/as y las familias se sienta mejor.
Roberto.- Esta colaboración creo que es exitosa porque tanto el profesorado como el equipo de Cruz Roja remamos en la misma dirección. Por lo tanto, todos lo que ellos nos pidan o necesites, vamos a ser partícipes, no podría ser de otra manera. Nos completan y nuestra labor es colaborar con ello.
Ana.- La confianza por parte del centro es total y absoluta. Hemos apostado, al igual que Cruz Roja, por este proyecto y desde el principio ha sido un éxito.
«Esta colaboración creo que es exitosa porque tanto el profesorado como el equipo de Cruz Roja remamos en la misma dirección.»
¿Qué opinión tienen los padres de los niños y niñas?
Ana.- Las familias están encantadas, hay hasta lista de espera. Para ellos es una tranquilidad y una seguridad de que los niños van a estar bien.
Roberto.- Los/as niños/as también hablan entre ellos/as. El colegio tiene unos 250 alumnos/as y a este proyecto asisten menos de 40, pero los niños/as piden participar en el proyecto, por lo que también tiene éxito entre ellos/as.
«Las familias están encantadas, hay hasta lista de espera. Para ellos es una tranquilidad y una seguridad de que los niños van a estar bien.»
¿Cómo se elige a los alumnos que participan?
Blanca.- Vienen derivados o bien por centros educativos, por servicios sociales o por la propia asamblea.
Ana.- También es muy importante tener en cuenta que en este centro no hay prácticamente actividades extraescolares, porque muchas familias no pueden acceder económicamente a ellas y esta es la opción perfecta para que los niños asistan.
También os volcáis en otras actividades de Cruz Roja, ¿no es así?
Roberto.– Colaboramos siempre que podemos, valorando muchísimo vuestra labor en general, mucha más allá de la colaboración con los centros. Sabiendo eso, lo mínimo es que aportemos nuestro grano de arena a vuestro trabajo, desde la dirección hasta el profesorado. Los 26 profesores están muy conexionados entre ellos y se involucran.
Borja, ¿Por qué decidiste hacerte voluntario? ¿Qué te llevas a casa participando aquí?
Borja.- Entré por una amiga que estaba en este proyecto, también. Antes daba clases particulares y me animó a venir, me gustó tanto que ya llevo más de un año participando viniendo prácticamente todos los días. Me gusta enseñar y ayudar a los niños todo lo que me sea posible. En general me hace ser feliz, entro y salgo feliz, y me hace mucha ilusión ver a los niños.
Blanca.- El cambio de vida de Borja, que estudió para Técnico de Laboratorio, es total y ahora se está formando para monitor de ocio y tiempo libre. Un cambio radical.
Ana.- Quiero agradeceros a toda Cruz Roja que estéis aquí y que podáis seguir estando mucho más tiempo. Nosotros lo agradecemos, pero los/as niños/as mucho más.
Nota: Centros de Día Infantiles, Espacios de conciliación e intervención integral con la infancia, es un proyecto cofinanciado con cargo a los fondos recibidos del Ministerio de Igualdad, Secretaría de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, en el marco del Plan Corresponsables y con la gestión de la Consejería de Familia, Juventud y Política Social de la Comunidad de Madrid.
En esta noticia hablamos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 4, 10 y 17 como parte de nuestro compromiso para potenciar la consecución de la Agenda 2030. Puedes obtener más información de los ODS en el siguiente enlace.