Tras 13 años en la entidad, nuestra compañera Manuela Vinagre Martín, Técnica de Compras en el Departamento de Servicios Generales, se despide de todos nosotros y nosotras el próximo lunes. Manuela se jubila, y la echaremos mucho de menos, pero a la vez nos alegramos por ella y es que sabemos que ahora viene una de las etapas más dulces para cualquiera y que nuestra compañera, viajera empedernida, sabrá aprovechar el tiempo libre de la mejor de las maneras.
Antes de que se nos fuera quisimos hacerle unas cuantas preguntas, conocerla un poco más y darle la oportunidad de darnos envidia y de dejarnos su opinión sobre unas cuantas cosas. Vamos a conocer a Manuela.
La primera pregunta habla del pasado. ¿Cuál y cómo ha sido tu trayectoria en Cruz Roja Madrid?
Manuela: Llevo casi 44 años trabajando y 13 de esos años han sido en esta casa, en Cruz Roja. Antes me había desarrollado laboralmente en empresas multinacionales, donde el objetivo es muy distinto al que se persigue en una organización como la nuestra, aquello se basa en ganar dinero.
Con 48 años tuve la oportunidad y el privilegio de poder incorporarme a esta organización, algo que en su momento fue tan inesperado como ilusionante, y es que ya entonces era socia de la entidad. Empecé trabajando en la Asamblea Local que entonces recibía el nombre de Alcobendas-SS de los Reyes-Algete (actual Comarcal del Jarama) como administrativa.
Una de las experiencias de las que siempre hablo como una suerte es precisamente esa, la de poder trabajar en una Asamblea Local y empaparse del trabajo más directo que Cruz Roja ofrece a las personas que más lo necesitan. Ahora llevo ya seis años en las oficinas de Muguet, donde es inevitable tener una visión algo más empresarial. En las Asambleas se viven los proyectos. Yo tuve la oportunidad de interactuar con los y las usuarias y ver los proyectos en primera persona. Un administrativo en una asamblea local, realmente hace de todo. Por eso, es una gran escuela donde curtirse y ver de primera mano la acción de nuestra organización.
En Muguet entré en el servicio de compras, y para mí ha sido también una muy buena experiencia, he trabajado con muchas personas y debo decir que la gran, gran mayoría, grandes personas.
En estos 13 años, ¿qué crees que has aprendido en CRECAM que no hayas aprendido en las otras empresas en las que has trabajado?
Aquí tienes que ser mucho más sensible con lo que haces y con como lo haces, porque el objetivo no son números, son personas.
Trabajamos muchas a veces a contrarreloj, intentando que todo esté a punto para que cuando las personas lleguen a nuestra atención ya esté todo preparado. Al hacer ese trabajo, muchas veces luchando contra el tiempo, estás muy incentivado, porque sabes que estás trabajando para personas, para poder ayudarlas. No tiene nada que ver con una empresa privada, en ese sentido.
A nivel personal, ¿cómo crees que te ha influido trabajar en CRECAM?
Creo que las personas somos quienes somos más allá de dónde trabajamos. Cuando aún no trabajaba en Cruz Roja ya era socia, y a día de hoy sigo colaborando además de con esta, con otras muchas otras entidades. Y es que siempre he sabido y he tenido muy presente que, en este mundo, soy una privilegiada.
Aunque lo que sí puedo decir es que trabajar en CRECAM me ha dado la oportunidad de poder colaborar más de cerca con causas en las que creo, pero, como digo, creo que de una u otra manera hubiera colaborado igual. Y es que creo que todos y todas podemos hacer mucho por la gente si realmente queremos.
¿Qué crees que diferencia a Cruz Roja de otras entidades?
Sus principios, sin duda. Porque independientemente de su credo, ideología, nacionalidad o de cualquier otro tipo de característica que pueda diferenciarnos, todas las personas tenemos derecho a la asistencia de una organización como esta. Y esos principios son parte también del orgullo que tengo hacia esta organización y hacia la labor que desarrollamos.
¿Qué consejo darías a Cruz Roja? ¿en qué crees que podemos mejorar para seguir creciendo?
Creo que hay que seguir creciendo y tratando de atender a las personas. Cada época y cada momento tienen problemas muy distintos, ahora estamos muy centrados en el tema de los refugiados, que son personas que ahora mismo lo están pasando muy mal. Y debemos ayudarles, y además, seguir poniendo el foco en muchas otras partes donde también nos necesitan. Hay que estar, de alguna manera, en todas partes. Cuando se habla de Cruz Roja realmente solo se conoce dos o tres actividades, pero hay muchas más que la organización lleva a cabo y que poca gente conoce, como, por ejemplo, toda la parte social que se trabaja día a día con la población.
Por otra parte, creo que la entidad debe cuidar a las personas que cada día trabajamos para hacerla grande. Muchos departamentos trabajan hoy en día contrarreloj y es que vivimos una época de mucha necesidad social. Para trabajar bajo presión es esencial tener los recursos, económicos y de personal, necesarios. Y ello es imprescindible para que podamos seguir asistiendo como se merecen a las personas que acuden a nuestra organización en busca de ayuda.
La última pregunta es sobre el futuro, ¿qué vas a hacer a partir de ahora?
Vivir. Disponer de mi tiempo. Llevo trabajando desde los 18 años y solo he parado durante mis tres bajas por maternidad. Ahora es tiempo de disfrutar. Y es que ahora mismo aún no me lo creo mucho, no soy consciente de que tendré la total disponibilidad de mi tiempo, para hacer lo que yo quiera, para viajar, para vivir.
Y a eso me voy a dedicar a partir de ahora, a vivir. A disfrutar.
Y no dudamos en que lo conseguirá. Aunque te vayamos a echar de menos, deseamos que disfrutes como mereces de esta jubilación. ¡Suerte en esta nueva etapa, Manuela!
