La digitalización ha transformado la forma en la que nos comunicamos, trabajamos y accedemos a servicios esenciales. Sin embargo, no todas las personas tienen las mismas oportunidades para adaptarse a este cambio. En respuesta a esta realidad, Cruz Roja está impulsando dos nuevos proyectos dentro del área de inclusión digital y envejecimiento, con el objetivo de garantizar que todas las personas, independientemente de su edad o situación, puedan adquirir competencias digitales que les permitan desenvolverse en un mundo cada vez más tecnológico.
Silvia Peinado, trabajadora social con una trayectoria diversa dentro de Cruz Roja, es una de las responsables de articular estos nuevos proyectos como nueva técnica del programa de Inclusión Digital y Envejecimiento. Con experiencia en distintos ámbitos de la organización, desde el programa de personas mayores hasta unidades de respuesta social, su conocimiento de la realidad de las asambleas locales le permite afrontar este desafío con una visión global. Su labor se centra en definir estrategias y coordinar iniciativas que ayuden a homogeneizar la capacitación digital en toda la Comunidad de Madrid.
En esta entrevista, Silvia nos explica en qué consisten estos nuevos proyectos, cuál es su impacto en los diferentes colectivos y por qué es fundamental que Cruz Roja refuerce su compromiso con la inclusión digital.
¿Quién es Silvia? ¿Cuál es tu trayectoria dentro de Cruz Roja?
Silvia.- Soy trabajadora social y cuento con varios posgrados en temas de infancia, en familia y docencia. Aquí en Cruz Roja empecé a finales de 2019 como becaria en la oficina autonómica, en el, por aquel entonces, programa de personas mayores. Estuve un año y la verdad es que fue una experiencia de la que me llevo un muy buen recuerdo y en la que aprendí muchísimo, porque fue mi primer contacto con el mundo de lo social.
Luego, cuando terminó mi etapa de becaria, empecé a hacer suplencias. Estuve una temporada como referente en un Centro de Día Infantil y después pasé un par de meses en las unidades de respuesta social.
Realmente han sido proyectos muy diferentes, pero que me han permitido aprender a trabajar en equipo. Tanto cambio te obliga a adaptarte a nuevos proyectos, a nuevas personas y formas de trabajar, y la verdad es que siempre he conseguido adaptarme a cada contexto.
Después de mi paso por las unidades de respuesta social, en 2022 conseguí plaza en la Asamblea C. de Galapagar-Colmenarejo, en el programa de personas mayores, donde he estado hasta ahora, y la que me ha permitido aprender cual es el funcionamiento de una local.
¿Cómo explicarías cuál es tu labor dentro de Cruz Roja?
Silvia.- En términos generales, mi labor diaria consiste en gestionar estos proyectos, su correcto funcionamiento y, principalmente, brindar apoyo a las asambleas locales. En Cruz Roja contamos con el área de inclusión digital y envejecimiento. A menudo se asocia exclusivamente con el programa de personas mayores, pero en realidad, hay un componente fundamental que cada vez está cobrando más relevancia y que está enfocado en la inclusión digital.
Mi labor será articular estos nuevos proyectos y definir las líneas que marcarán el desarrollo de la estrategia digital que queremos impulsar durante este 2025. La inclusión digital es clave para asegurar que todas las personas, especialmente las más vulnerables, puedan acceder y utilizar las herramientas tecnológicas, permitiéndoles integrarse plenamente en la sociedad digital.
¿Cómo funcionan exactamente estos nuevos proyectos?
Silvia.- Por una parte está el proyecto Conecta y Aprende, CODI, que gestionamos en coordinación con CRJ, enfocado a capacitar digitalmente a 2.342 niños, niñas y jóvenes financiado por la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales con cargo al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia financiado por la Unión Europea -los Fondos Next Generation EU, en el marco del Programa Competencias Digitales para la Infancia.
Tal como explicó David Muñoz de Morales desde el área de Juventud, los CODI también se van a implantar en los centros de día infantil de la Comunidad de Madrid. Además, estarán en aquellos centros que atienden a menores, especialmente en el programa de Refugiados, Acompaña y también en Cañada Real, donde queremos llegar a jóvenes que se quedan fuera de otras respuestas y que es necesario trabajar con ellos para motivarles a continuar en su itinerario formativo y/o laboral.
Y, por otro lado, está el Proyecto de Competencias Digitales, dirigido a capacitar a 1.900 personas en situación de extrema vulnerabilidad, personas mayores de 65 años e inmigrantes y personas refugiadas en el marco del Plan de Capacitación Digital de los Ciudadanos de la Comunidad de Madrid 2022-2025 y del Componente 19 «Plan Nacional de Competencias Digitales (DIGITAL SKILLS)», con cargo a los Fondos Next Generation.
El objetivo principal es transformar las capacitaciones de corta duración que veníamos realizando desde los diferentes proyectos, para establecer unos itinerarios formativos para su capacitación digital mínima adaptados a los perfiles y niveles de cada persona, bajo el marco DigiComp 2.2, que define las competencias digitales necesarias que debe poseer la ciudadanía desde la Unión Europea y que estamos adaptando a nuestra realidad en la Comunidad de Madrid, buscando garantizar que todas las personas reciban una formación de mínimos y de calidad.
Este proyecto ha conllevado un trabajo previo de colaboración con los diferentes programas del Área de Inclusión Social y Empleo para analizar qué se estaba haciendo en materia de competencia digital en cada programa, que necesidades tenía cada colectivo y de esta manera unificar y diseñar los itinerarios formativos de 8 horas basados en el Marco Europeo de Competencias Digitales: DigiComp 2.2.
En este momento, estamos poniendo en marcha su implementación, las asambleas locales están procediendo a la valoración de personas con esta necesidad y se están realizando los primeros itinerarios.
«La capacitación digital contribuye significativamente a la inclusión social efectiva»
¿Por qué es importante para la labor de Cruz Roja tener estos proyectos en marcha?
Silvia.- Creo que la importancia de que la gente esté capacitada radica en que, hoy en día, nos relacionamos con la administración principalmente a través de Internet pero nadie nos ha enseñado a hacerlo. Para solicitar una ayuda, para pedir cita médica o para gestionar nuestras cuentas bancarias se hace mayoritariamente de manera digital, ya que cada vez es más difícil encontrar atención presencial.
Este proyecto es clave porque la capacitación digital contribuye significativamente a la inclusión social efectiva. Aunque ya se estaba trabajando en ello, Cruz Roja quiere darle la relevancia que merece, dado que la sociedad avanza en esa dirección.
Hay personas que podemos tener más soltura con la tecnología gracias al método de prueba y error. Nadie nos ha enseñado específicamente, pero hemos aprendido explorando, viendo qué funciona y qué no, y discerniendo en qué confiar. Sin embargo, hay personas vulnerables que quedan al margen de este aprendizaje. Muchas veces, no tienen a alguien que les enseñe cómo desenvolverse digitalmente.
Si les ofrecemos formación y los capacitamos para que puedan gestionar sus trámites por sí mismos, estaremos contribuyendo a una sociedad mucho más preparada e independiente.
¿Cuáles son los métodos para conseguir la alfabetización digital? ¿Qué acciones específicas lleváis a cabo para hacerlo?
Silvia.- El objetivo final del proyecto es establecer un marco de actuación sólido y una estrategia digital dentro de Cruz Roja que sea transversal. Queremos ofrecer una respuesta que permita erradicar la brecha digital de todos los colectivos adaptada, bajo un Marco Europeo de Competencias Digitales como es el DigiComp 2.2, un marco de referencia común.
En cada proyecto la formación se adapta a los perfiles a los que va enfocada y siempre abordando la seguridad digital, con el fin de enseñarles a utilizar las tecnologías digitales de forma crítica y segura en beneficio del desarrollo personal, social y/o profesional.
Por su parte, en infancia se cuenta con contenidos adaptados en función de su edad introduciendo la gamificación como elemento para motivar y aumentar la participación, y mejorar la experiencia de los niños y niñas al hacer los contenidos más atractivos.
¿Cómo se está haciendo dentro del Proyecto de competencias digitales enfocado a personas en situación de extrema vulnerabilidad, personas mayores de 65 años e inmigrantes y personas refugiadas?
Silvia.- Actualmente, se está trabajando con 5 itinerarios formativos de 8 horas, adaptando algunos de ellos a modalidad semipresencial para facilitar la formación de algunos colectivos. Estos itinerarios proporcionan a las asambleas locales contenidos sobre competencias digitales que abarcan aspectos clave como seguridad digital, uso de redes sociales y creación de contenidos.
Las asambleas locales tienen estos materiales y pueden ajustarlos a su realidad, ya que dentro de la estrategia existen diferentes opciones de itinerarios. Es un desafío englobar a todos en un mismo marco de competencia digital, pero la idea es que todas las personas tengan acceso a la formación y avancemos juntos en esta dirección.
En cuanto a las personas mayores de 65 años, ¿Cuáles son los principales problemas que tienen relacionados con las habilidades digitales?
Silvia.- Viniendo de una asamblea local, he estado muy conectada con las personas mayores y conozco bien sus dificultades en el ámbito digital.
Uno de los principales problemas es que no se sienten seguras al navegar por Internet. Se ha trabajado mucho en concienciarlas sobre los riesgos, advirtiéndoles sobre posibles fraudes o estafas. Sin embargo, este mensaje de protección también ha generado una gran cautela en ellas, lo que hace que necesiten siempre a alguien para realizar cualquier gestión en línea.
Otro problema es que, en muchas ocasiones, no tienen a quién preguntar. Las familias suelen estar ocupadas, no siempre tienen tiempo o paciencia para explicarles. Por eso, si logramos capacitarlas, podrán realizar sus gestiones de forma autónoma y sentirse más seguras.
Muchas veces venían a la asamblea con dudas como: «Me ha salido este mensaje, ¿es real o es un engaño?» Esto demuestra que la principal demanda de las personas mayores es aprender sobre seguridad en la red, ya que es lo que más les frena a la hora de utilizar la tecnología.
Además, es fundamental trabajar con ellas a su ritmo, por lo que hay que insistir, repasar y acompañarlas en el proceso de aprendizaje. Algunos ya manejan con soltura herramientas como WhatsApp, pero cuando se trata de gestiones más complejas, no se atreven a intentarlo.
Ahora, el reto es ir más allá y que adquieran nuevas competencias digitales, para que su conocimiento no se limite únicamente a enviar mensajes por WhatsApp, sino que puedan desenvolverse con mayor autonomía en el mundo digital.
¿Qué te ha empujado a aceptar este nuevo reto?
Silvia.- Creo que era una oportunidad que no podía dejar pasar. Lo que me ha motivado al cambio son mis ganas de asumir nuevos retos y crecer profesionalmente y este desafío me da la posibilidad de hacerlo.
Este puesto me está permitiendo conocer diferentes programas y colectivos. Ahora tengo la oportunidad de descubrir lo que se hace en proyectos de extrema vulnerabilidad, infancia, personas refugiadas o en Cañada Real, lo cual me está permitiendo conocer nuevas realidades y, sobre todo, desarrollar nuevas competencias y fomentar el trabajo en equipo y la colaboración entre programas.
En la asamblea local, el trabajo es muy concreto, pero aquí estoy descubriendo otras facetas de mí misma. Además, conocer el equipo técnico y el buen ambiente de trabajo también influyó en mi decisión.
¿Cómo ha sido tu llegada al nuevo equipo?
Silvia.- Ha sido un reto, sin duda, pero las compañeras me lo han puesto muy fácil. Al final, puedes conocer a la gente de vista, pero otra cosa es sentarte con ellos, hablar y que te expliquen cómo funcionan. La acogida ha sido muy buena, el equipo me ha ayudado en todo momento desde todas las áreas, así que en ese sentido no tengo quejas.
Al principio, arrancar siempre es lo más complicado y han sido semanas de mucho trabajo, pero estoy muy contenta con el cambio.
«Sería muy difícil elaborar una estrategia digital sin conocer realmente lo que está ocurriendo en las asambleas locales»
¿Qué te ha aportado haber estado en muchos sitios diferentes y trabajar con colectivos distintos en Cruz Roja?
Silvia.- Creo que este es uno de mis puntos fuertes. Conocer la realidad de las asambleas locales, haber pasado por diferentes proyectos, desempeñado distintos puestos y asumido diversas responsabilidades me permite, desde el ámbito autonómico, comprender cuál es la situación de partida.
Sería muy difícil elaborar una estrategia digital sin conocer realmente lo que está ocurriendo en las asambleas locales y que va desde la falta de recursos, la escasez de voluntariado o la ausencia de espacios adecuados.
Esa visión, adquirida tras haber trabajado en diferentes lugares, es un punto fuerte a la hora de poner en marcha este proyecto.
¿Qué significa para ti Cruz Roja?
Silvia.- Voy a dar una respuesta que creo que muchos compartimos cuando nos hacen esta pregunta: para mí, trabajar en Cruz Roja es un orgullo.
Es una entidad muy reconocida, tanto dentro como fuera de España, y abarca la atención y el trabajo con diferentes colectivos. Tiene una gran capacidad de respuesta y, cuando hay una necesidad, Cruz Roja siempre está presente. Eso es algo que me gusta mucho. Además, los valores y principios de Cruz Roja deben estar alineados con quienes formamos parte de la organización, porque si no, no tendría sentido trabajar aquí.
Por eso, puedo decir que estoy muy contenta de formar parte de Cruz Roja.
En esta noticia hablamos de las líneas estratégicas: 1.- Trabajamos por las personas y 2.- Trabajamos por las causas, elegidas en base a unos criterios de actuación y que buscan hacer cumplir la misión y la visión de Cruz Roja. Puedes obtener más información acerca de las líneas estratégicas de Cruz Roja 2023-2026 en la Infografía o en el Documento Estratégico.
