[Especiales Un año de pandemia] El equipo de Flota y Logística reflexiona sobre lo vivido durante este año con el Covid-19

Afrontar la pandemia ha supuesto un reto para Cruz Roja en la Comunidad de Madrid de dimensiones desconocidas hasta la fecha. Si ha sido una etapa intensa y complicada para las áreas de Intervención Social, no lo ha sido menos para las áreas de soporte, como es el caso de nuestros protagonistas de hoy: el equipo de Flota y Logística.

La actividad de Flota y Logística ha sido especialmente intensa desde la declaración de la pandemia. La sociedad necesitaba una respuesta efectiva de Cruz Roja y el equipo lo sabía y ha afrontado con determinación y éxito un desafío logístico y de movilidad sin precedentes.

Así lo pudimos ver en plataformas como el almacén logístico de Mercamadrid, en donde voluntariado y personal técnico se entregaron en cuerpo y alma, como reflejamos en imágenes en este resumen que compartimos en Zona CREO el pasado mes de abril:

Por ello, hemos hablado con Iñigo González-Posada, Responsable de Flota y Logística de Cruz Roja en la Comunidad de Madrid, Tania Torres, Voluntaria del área que colabora desde el inicio del Plan RESPONDE, Andrea Díaz, que comenzó su andadura en el área con una beca, después continuó como voluntaria al paralizarse su beca durante el confinamiento, y actualmente es Técnica autonómica de logística.

También conocemos el trabajo realizado por el Taller de El Plantío, por Sergio Vera, como Técnico mecánico, y por voluntarios como Félix Cuadrado, voluntario que colabora en esta actividad y también ayudó y mucho en el almacén logístico de Mercamadrid. La labor del Taller es principalmente la reparación de averías eléctricas y mecánicas de los vehículos que forman la flota de Cruz Roja en la Comunidad de Madrid, así como informar de incidencias en los vehículos, pasar las ITV, gestión de préstamos de sustitución… Sergio lo resume en una frase: «lo que hacemos es reparaciones y gestiones para que siempre haya vehículos disponibles para que la actividad no pare nunca y darles facilidades».

En esta entrevista rememoran cómo vivieron esta etapa en la que han demostrado con creces, como todo el área de Servicios Generales, su compromiso y su pasión por ayudar a las personas más vulnerables.

1.- ¿Cómo recordáis el inicio de la pandemia en vuestro área? ¿Qué es lo que más os sorprendió?

Iñigo: Para nosotros ha supuesto un cambio enorme de nuestra logística, que antes de la pandemia se basaba en la gestión de transportes a la gestión de un gran volumen de donaciones. No contábamos con almacenes grandes en la Comunidad de Madrid y se propuso un espacio El Plantío. Esto nos facilitó mucho el trabajo.

En los primeros días yo di positivo, y Andrea fue mis ojos y mis manos en el almacén. La gente se volcó enormemente, conseguimos formar un equipo en pocos días y tuvimos que gestionar su incorporación en velocidad récord. Todo ello unido a la incertidumbre de la pandemia, guardando la distancia, los EPIS, desinfectando continuamente… Fue un momento intenso y había que implementar de cero todo el sistema de gestión.

El paso a Mercamadrid fue clave y fue gracias al área de RSC y Alianzas, que consiguió la donación de la nave por parte de Ahorramas. Recuerdo el frío que hacía ya que era un almacén frigorífico

Tania: Yo entré digamos cuando llegó la parte fácil, porque entré directamente a Mercamadrid y lo que más me sorprendió es lo rápido que avanzábamos. Cada uno llegaba y sabíamos lo que teníamos que hacer, nuestra función. Yo ya era voluntaria, pero no dudé en ir allí y ha sido un aprendizaje continuo. Lo recuerdo con mucho cariño no solo por lo que me ha permitido crecer como persona, todos íbamos por la misma causa.

Andrea: Cuando empezó el Plan Responde, yo no podía ir presencialmente a trabajar y recuerdo estar teletrabajando y recibir la llamada de Iñigo, que estaba haciendo cuarentena al haber dado positivo, y me contó que se había habilitado un almacén en El Plantío para gestionar las donaciones y hacer los repartos. Como no tenía permitido ir como becaria, fui como voluntaria.

Ya en Mercamadrid, me cambiaron a contrato laboral y gracias a ello, entre otras cosas, tengo un contrato de un año con Cruz Roja. Para mí la palabra que define esa época es compromiso, porque allí la gente iba y todos teníamos claros cual era la prioridad, que era sacar los lotes para todas las personas que lo necesitaban en la Comunidad de Madrid. Nos daba igual que cambiase el volumen de demanda, porque el objetivo era llegar al final del día con todos los pedidos realizados.

Sergio: El equipo de voluntarios de Taller son de edad avanzada la mayoría, y aunque querían realizar actividad, con el confinamiento no fue posible. Por fortuna estaba Félix, que estuvo ayudando una mano en el taller los primeros días y más tarde en la plataforma de Mercamadrid.

Fue duro, porque había muchos talleres que estaban cerrando y lo que pensamos fue hacer acopio de material (espejos retrovisores, pilotos…) para poder reparar lo más rápido posible. Esto fue clave, porque nosotros no podíamos parar y muchos talleres con los que trabajamos cerraron. Y durante la pandemia hemos hecho sobre todo reparación de ambulancias, que comenzaron a funcionar sin descanso. Lo bueno es que no tuvimos problemas en estancias en talleres y materiales.

Claro que subió el número de reparaciones, porque el número de ambulancias que circulaban era mucho mayor, y también aumentó el número de vehículos de la flota, gracias a las cesiones de empresas. La cantidad de trabajo subió bastante.

Félix: Yo antes de la pandemia participaba en varios proyectos de Cruz Roja, en Preventivos en Bravo 95, en Logística y los miércoles por la mañana voy al Taller. Soy una persona activa, no soy de riesgo y con la pandemia empecé a participar en la base de Mercamadrid, tengo permisos para conducir vehículos ligeros, camiones, se manejar toros mecánicos, y lo que hice fue sobre todo carga y descarga de lotes para su reparto. Iba tres días a la semana

Lo que más me sorprendió fueron las colas que había en los primeros días para recibir alimentos, la necesidad de cosas tan básicas como los alimentos, de personas que se habían quedado sin actividad. También me impactó el trabajo conjunto con la UME, el trabajo en las residencias, del equipo de TSU.

2.- Ahora que ha pasado un año desde los primeros momentos, ¿Cuál es esa imagen que tenéis grabada que más os sorprendió en vuestro día a día en Cruz Roja?

Andrea: El recuerdo que tengo es que se apuntó muchísima gente a una actividad completamente nueva de voluntariado en Cruz Roja, que apenas había tenido publicidad y difusión. Había muchas personas que se habían incorporado de otros proyectos como Centro de Día, conductores, compañeros de Mantenimiento apoyándonos en la gestión.

También recuerdo la incertidumbre de esos días, que me vi sola hasta que se incorporó Iñigo y puso un poco de orden, con muchísimas donaciones de empresas, que se volcaron con Cruz Roja.

El papel de Iñigo ha sido muy importante, tanto para el equipo técnico como voluntario. En las peores horas de estrés, cansancio y frustración, nos animó a todos a seguir adelante, nos mostró la importancia de nuestra labor y nos apoyó haciéndonos ver lo importante que era el trabajo de cada uno de nosotros. Sinceramente, considero que en nuestro área contamos con el de mando intermedio y que hace un trabajo excepcional siempre en este sentido. No es un jefe, es un líder.

Iñigo: Fue tan intenso que se me crean lapsos mentales a veces, me parece que ha pasado una vida, tanto en El Plantío como en Mercamadrid. Me quedo con el maravilloso ambiente que se creó en el equipo, éramos 8 personas trabajadoras y más de 150 voluntarias en diferentes turnos. Yo pasé allí mi cumpleaños y apareció todo el equipo con una tarta y fue muy emotivo.

No todo el mundo se ha podido quedar, pero ha habido perfiles muy diferentes. Bart que era piloto y hacía el mismo horario que nosotros y coordinaba una parte de la plataforma, o Carlos, que tiene una tienda en Majadahonda que cerró y estuvo súper comprometido. Me alegra que sigue habiendo un equipo de voluntarios y que seguimos en contacto.

Y muchos logros, nos llegaban peticiones enormes de lotes que teníamos que preparar, un volumen gigante, días que necesitábamos 800 lotes entre Cañada y el resto de asambleas. Y los hacíamos. También destacar las pocas incidencias que hemos tenido, todo ha ido muy rodado.

Lo que peor recuerdo me dejó es la logística inversa, los retornos. Tú hacías el cuadre de productos y a veces tenías que reincorporar productos, que tienes que volver a darlo de alta y preparar otra vez la salida. Venían a última hora de la tarde los vehículos y era un dolor.

Tania: A mí me pasó un poco como a Bart, que soy azafata y pasé de hacer horas de vuelo a hacer horas de voluntaria. Llegué a aquí y ya estábamos confinados, me hicieron un ERTE y pasé enseguida a ser voluntaria.

A mí me pareció casi más difícil parar y reducir el número de lotes, que el llegar a hacer muchos. El final fue la parte difícil porque llevabas una inercia y cuando la actividad se fue frenando, la gente ya podía salir…

Félix: Como voluntario, las cosas que hemos vivido no están pagadas porque lo que te llena es ver que ayudas a las personas y es lo que te reconforta y te tranquiliza. En esos días en los que la incertidumbre y los sentimientos estaban a flor de piel, participar en esta actividad me ha dado la oportunidad y la recompensa de ayudar en los momentos más difíciles satisface plenamente. Empecé a principios de 2018.

Sergio: Yo una de las cosas que destacaría es la colaboración que se creó dentro del equipo, todos echábamos una mano donde podíamos. En mi caso, muchos compañeros se venían desde la plataforma para ayudar en el taller y yo también fui a Mercamadrid siempre que pude a echar una mano los sábados.

Como todo el mundo, en esos momentos sentimos un poco de miedo, porque subes a la ambulancia todos los días y lógicamente aunque lleves los EPIS, en esa época había más desconcierto. Pero yo entendía que ese era mi lugar, el sitio donde quería estar y mi responsabilidad. He estado donde tenía que estar y he ayudado en todo lo que he podido, y que saliera todo bien y hacer un esfuerzo mayor al habitual era necesario.

3.- ¿Cómo valoráis la adaptación de vuestro área a todos los acontecimientos vividos?

Iñigo: Una de las cosas que más valoro es la energía con la que venían los equipos frescos. Eso nos dio muchísima seguridad, porque realmente todo el mundo venía a tope, empezaban su turno y venían con una fuerza tremenda.

Sergio: Yo llevo 16 años trabajando en Cruz Roja y puede que tenga una visión un poco romántica de lo que es Cruz Roja, pero entiendo y siempre he entendido que estamos para hacer un servicio a la sociedad, que cuando pasa algo así tenemos que estar listos y darlo todo. En las asambleas se desdoblaron vehículos, con las URS Básicas. Hay asambleas que nunca habían tenido vehículo y a raíz de la pandemia con el reparto de alimentos y EPIS tenían varios coches circulando.

Estoy acostumbrado a un ritmo alto, y a moverme continuamente en El Plantío, pero desde luego ese era nuestro momento de actuar, en esos 4 o 5 meses de pandemia teníamos que dar el todo por el todo cada día. Estoy contento porque fue un gran reto y lo importante es que todo salió bien.

4.- ¿Qué reflexiones sacáis de estos 365 días?

Iñigo: Nosotros somos un área de soporte, pero el despliegue que hemos hecho ha sido actividad pura y dura, hemos sido parte de la intervención. Yo llevo muchos años preparándome en el campo de la ERU, y todo lo que he visto en esos cursos, lo he podido aplicar aquí. Teníamos esas necesidades y las cubríamos, pero además hacíamos la distribución.

Y con lo que más me quedo es con la enorme capacidad de Cruz Roja, de montar una plataforma de un día para otro, de conseguir donaciones y colaboraciones de empresa, la coordinación con el equipo de Alimentos, cuando incluimos el FEAD, añadido a todas las donaciones, y eran muchos productos, muchos lotes, mucho tiempo en la distribución…

Todo echó a rodar mucho más rápido de lo que creía, la formación de los voluntarios… pero salió. El listón se ha puesto muy alto. Si ahora hubiera una emergencia de esas características, lo haríamos, pero la expectativa es muy alta. Sin el almacén de Ahorramas no lo habríamos conseguido tampoco, porque tiene los muelles de carga, proporcionó muchos recursos.

Tania: Siempre digo que ha sido un aprendizaje, la mayoría de la gente no había cogido un traspalé, no tenía unos conocimientos profundos del trabajo en almacén. Ahora yo si tuviera que trabajar en un almacén sabría más o menos. No solo te llevas el hecho de hacer una función social, sino que además aprendes cosas nuevas. Acabé haciendo entregas, yendo con los conductores, y viviendo una experiencia que no habría vivido en otras circunstancias.

Luego también lo que comenta Iñigo, la importancia que ha tenido el trabajo en equipo entre áreas. Los vehículos que consiguió RSC que cediera Northgate y Mercedes han sido fundamentales.

Iñigo: Para mí esa es la esencia de Cruz Roja, que sea una intervención completa, transversal y sinérgica para cubrir todas las necesidades que tenían las personas vulnerables.

Andrea: La reflexión que saco es que ha quedado más clara que nunca la importancia de la Logística en el ámbito social. En otros sectores y empresas externos a ONG, la logística ya está cada vez más valorada y desarrollada en su actividad. Pero ha quedado claro que Cruz Roja tiene que estar y está preparada y que la logística es muy necesaria.

De las cosas que más me llamaron la atención fue la cantidad de gente que venía a la plataforma a ayudar. Tanto voluntarios que se incorporaban enseguida, trabajadores de Mercamadrid, también se apuntaban, compañeros de Servicios Generales, como Rafa Otero, que terminaban su jornada laboral y se venían a echar una mano. Era un compromiso en otro nivel.

Félix: Sobre todo lo que hemos aprendido este año es que tenemos que hacer un esfuerzo en prevenir enfermedades y catástrofes como el Covid-19, que si vuelve a pasar algo así vamos a estar mucho más prevenidos y a tener también una respuesta más eficaz. Que no nos sobrepase una situación así.

Y por supuesto estoy orgulloso de haber podido ayudar y haber salido a ayudar cada día, poner mi granito de arena. Ha habido muchas personas que han participado o han querido participar. Los voluntarios se han volcado y ahora el equipo se ha ampliado, hemos conocido mucha gente.

Sergio: Yo estoy muy acostumbrado a trabajar con voluntarios y mi trabajo es que esas personas hagan su actividad. Mi motivación es que los voluntarios hagan esa actividad. Con la pandemia no quedaba otra que apretar más. Todo lo que hacíamos antes de la pandemia había sido una especie de entrenamiento, y cuando llegaron los momentos complicados fue cuando estuvimos preparados para actuar. Lo he hablado muchas veces con Andrea e Iñigo, y fue un no parar pero todas las actividades salieron.

5.- ¿Qué cosas han cambiado un año después de marzo de 2020 a marzo de 2021 en vuestro área? (Necesidades / respuesta del personal / procedimientos / etc)

Iñigo: Lo que más me enorgullece es mantener el equipo, que sigan colaborando, de no tener actividad hemos pasado a tener un boom y ahora a conservar una actividad recurrente.

Yo creo que la labor del equipo ha sido sobresaliente, se cubrieron las necesidades, no hubo conflictos, tampoco incidencias graves. Siempre hay cosas que las revisas y ves que lo puedes mejorar, pero todo lo que hicimos funcionó, dio trazabilidad y la nota que le pondría a Cruz Roja es sobresaliente, y al equipo de Flota y Logística también sobresaliente.

Ahora tenemos un pequeño almacén en Alcorcón y sobre todo hacemos actividades de El Plantío, y hacemos entregas fundamentalmente de mascarillas, que es lo que más se dona ahora, también algún excedente de RESPONDE. Ya no hay tantas donaciones en especie, y ya no tenemos que hacer la clasificación, preparación y distribución. Ahora es llegar, recoger y transportar.

Tania: Sí, ahora es cargar y marcharnos, la dinámica ha cambiado, pero es diferente la situación también. Nos hemos adaptado y seguimos mejorando, consiguiendo medios.

Andrea: Antes de la pandemia, subcontratábamos los transportes, no teníamos un equipo de voluntariado, y actualmente realizamos transporte casi todos los días de la semana, hemos logrado reunir un equipo de voluntariado estable de entre 10 y 20 personas que hacen actividad continuamente y seguimos realizando repartos en toda la Comunidad de Madrid.

Félix: Ahora quiero seguir formándome con Cruz Roja, que me parece una pata fundamental y es excelente contar con la posibilidad de formarte en esta casa. Estoy haciendo curso de TSU, como me gusta y tengo experiencia en conducir estos vehículos y tengo conocimientos de mecánica, lo que más quiero mejorar es en los conocimientos como socorrista a la hora de tener que actuar tener mayor seguridad.

Además de la pandemia, también hemos tenido una buena respuesta en la otra gran emergencia de este año que ha sido Filomena. Ayudamos a quitar la nieve de los accesos a la sede de El Plantío, a poner cadenas y a mover vehículos para que la actividad no parase en esos momentos. Por ejemplo, sacamos todas las Unidades Móviles de Vacunación, para que pudieran continuar con la administración de vacunas en las residencias. Fue un trabajo enorme del equipo de Servicios Generales para sacar los vehículos.

Gracias a los compañeros y compañeras del área por su tiempo para esta entrevista y, sobre todo, por la dedicación y el esfuerzo realizado durante este año de pandemia para sacar adelante esta ardua tarea.

El equipo quiere hacer una mención especial y recordar con mucho cariño la figura de Ángel Ariza, compañero voluntario que colaboraba en Taller, en Socorros y en Preventivos, y que falleció debido al Covid-19. Sirva este post y la actividad realizada por sus compañeras y compañeros como homenaje para honrar su memoria y dedicárselo a todas las personas que han perdido a seres queridos por culpa de este virus.