En la asamblea de Galapagar-Colmenarejo han sabido aprovechar el alivio en las normas de confinamiento para enseñar a las personas que actualmente ocupan su Centro de Primera Acogida en Torrelodones —un total de diez adultos y menores solicitantes de asilo— el nuevo entorno en el que viven.
Los responsables de este recurso saben bien que el poder de enseñar que tiene la propia experiencia y el contacto con otros es capaz de acelerar cualquier proceso de aprendizaje; también (o más si cabe) cuando hablamos de conocer un entorno nuevo en unas circunstancias habitualmente difíciles.
Para ayudar en este proceso, Iñaki, voluntario de la AL de Galapagar-Colmenarejo diseña y acompaña una de las actividades ‘estrella’ del centro: los paseos saludables. Porque, como apuntan los responsables del dispositivo, “el aire libre da para mucho si se sabe emplear adecuadamente”.
Estos paseos saludables se hacen por el campo, normalmente alrededor de la casa y aprovechando la proximidad del río Guadarrama y las vistas que se divisan desde la presa del Gasco. Uno de los primeros paseos saludables después del confinamiento tuvo también como destino el huerto urbano de Torrelodones, donde pudieron compartir conocimientos y experiencias que poner luego en práctica en el Recurso.
Porque la jardinería y el huerto son otras de las actividades presenciales recuperadas en el Centro de Torrelodones. Con la voluntaria Marina, las familias disfrutaron pintando y recuperando las tres grandes jardineras de la entrada, que estaban algo deterioradas. Junto a Iñaki, se pusieron manos a la obra para plantar flores y crasas en las jardineras rehabilitadas. Los más peques —cuyas edades oscilan entre los 5 y los 11 años— descubrieron las lombrices y su importancia para enriquecer la tierra. El siguiente paso ha sido la plantación de semillas de rúcula, lechuga y aromáticas.
Con estas actividades, se ha buscado, además de enseñar el entorno y su vegetación, promover el cuidado y la conciencia del medio ambiente, valorar la agricultura como una opción de ocio y autoconsumo saludable y adquirir responsabilidades, al hacerse cargo del riego y cuidado de las plantas. También fomentar el trabajo colaborativo haciendo partícipes a las familias al completo en tareas compartidas de cuidado.
No acaba ahí todo. Las voluntarias Marga, Piedad y Fátima han podido retomar las clases de apoyo escolar e inglés de manera presencial. Una forma más agradable y sin duda más eficaz de enseñar y de aprender.
Son varios los ODS con los que entroncan estas actividades que ha recuperado el centro de Primera Acogida de Torrelodones, de forma especialmente destacada el 3 (Salud y Bienestar), 4 (Educación de Calidad), 12 (Producción y Consumo Responsables) y 16 (Paz, Justicia e Instituciones Sólidas).