Ana Barona entró en Cruz Roja como voluntaria en 2018 y desde hace un año y medio es referente del MAP en Las Rozas. El MAP (Marco de atención a las personas) es la puerta de entrada de las personas a Cruz Roja. El departamento con cuyas personas voluntarias tienen su primer contacto y a quienes les cuentan cuál es su situación y sus necesidades.
Ana Barona era, hasta hace un año, responsable del Departamento de Ventas de Perfumes Loewe y nunca había hecho voluntariado, pero cuando se decidió no lo dudó. Para ella Cruz Roja era el referente de la solidaridad, la ayuda y la entrega y, además le ofrecieron la posibilidad de incorporarse al MAP, un proyecto cuya característica es estar cerca de las personas. Algo que siempre le había atraído.
Lo que hago ahora no tiene nada que ver con mi actividad anterior –explica- pero te puedo decir que “he encontrado mi lugar en el mundo”.
1. ¿Qué se hace en el MAP?
Cuando llega una persona nueva les pedimos que nos cuente cuáles son sus necesidades y prioridades y se hace una completa recogida de datos. Paralelamente, hay que conseguir que sientan comodidad, atención, apoyo y seguridad. Especialmente ahora que yo creo que las instituciones están sobrepasadas y aquí se les escucha, se les atiende y recogemos sus demandas.
Con esta información se hace un Plan Personalizado de Intervención PPI y luego se les deriva, según sus necesidades, a los distintos proyectos. Se les puede facilitar, por ejemplo, ayuda económica urgente, ayudarles a buscar empleo, darles formación y apoyo para gestionar prestaciones sociales, tales como pedir la renta mínima vital o solucionar problemas con el procedimiento de solicitud de protección internacional. Desde el MAP hemos hecho un grandísimo esfuerzo para ponernos al día de toda la normativa que cambia constantemente.
Otro aspecto que se atiende es el personal. Por ejemplo, se están poniendo en funcionamiento el Proyecto de Intervención Familiar, donde se realiza un seguimiento individualizados de familias, así como talleres y actividades en familia y de apoyo a las personas progenitoras y tutoras de los y las niñas
En la actualidad los Proyectos de Intervención de la Oficina de Las Rozas participamos un total de 15 personas. Ha habido personas mayores de 65 años que no pueden venir por la pandemia, aunque algunas trabajan desde sus casas, pero hemos incorporado gente nueva.
2. ¿Qué habilidades hay que tener para realizar el voluntariado en el equipo del MAP?
Sobre todo, capacidad de escuchar, empatía y cariño. También hace falta dominar el office y algo de informática en general. El resto de formación la facilita Cruz Roja, como por ejemplo con cursos para aprender a dar apoyo psicológico y para facilitar la solución y mediación de conflictos.
Ahora estamos inmersas en el desarrollo del IMAP que es la nueva herramienta informática desde la que vamos a hacer toda la atención. Es la plataforma donde registramos datos, valoraciones, actividades… Es una herramienta transversal que utilizamos todas las personas involucradas en la actividad de Cruz Roja.
3. ¿Qué ha supuesto la COVID-19?
La demanda económica es muchísimo más alta, con situaciones muy dramáticas, ya que hay muchos casos de personas que tenían trabajo y los han perdido o que no cobran los ERTE a tiempo. Ahora estamos haciendo un taller de renta mínima de inserción, para que sepan cómo gestionarlo y tramitarlo. También se les ayuda en el tema de protección internacional y regularización de papeles, solicitud de cita, etc.
Durante el confinamiento gracias al Plan RESPONDE y las Unidades de Respuesta Social Básicas se hacía llegar comida, y productos de higiene personal, de limpieza, tecnológicos a aquellas personas que no podían salir a la calle.
Durante toda la pandemia ha habido un equipo del MAP en la Asamblea, aunque la mayor parte del trabajo se hacía telefónico, pero también se recibía a las personas, de una en una y aunque fuera había cola, las personas estaban concienciadas con la situación y manteniendo las medidas de seguridad en todo momento.
La respuesta ha sido increíble tanto del voluntariado, del equipo técnico, como de las propias personas usuarias que nos demostraban su agradecimiento. Se sentían desamparadas porque no podían gestionar una cita con las instituciones, una prestación, un documento…
Las personas usuarias se sienten arropadas y entienden que “A lo mejor no te podemos dar todo lo que necesitas (por ejemplo, el pago de alquileres que adeudan) pero te puedo ayudar en esto otro, buscar empleo, alimentos, formación”. Entienden que hacemos lo que está en nuestras manos con los recursos que tenemos.
Esta mañana ha venido una chica y ha dicho que no iba a volver porque le habían concedido el ingreso mínimo vital y tenía un contrato de trabajo. Cuando dejas de ver a la gente, en la gran mayoría de los casos es porque su situación ha mejorado. Ese es nuestro objetivo, que las personas no nos necesiten.
4. ¿Cómo compaginas el voluntariado con el hecho de ser madre de cuatro hijos e hijas de entre 3 y 8 años?
Vengo a Cruz Roja entre 10 y 12 horas a la semana y lo combino muy bien con atender a mis hijos e hijas, y eso que soy una madre implicada. Me gusta estar con ellos y disfrutarlos. Los niños saben perfectamente lo que hago. Han estado en la Asamblea, me han acompañado en el día de la banderita, son socios de Cruz Roja y saben que hay que ser solidario. Somos una familia afortunada y siento que es nuestro deber compartir nuestra fortuna con los demás.
5. ¿Recomiendas a la gente que haga voluntariado en el MAP?
Si alguien lo ha pensado que no lo dude. Va a ganar muchísimo como persona. Se recibe más de lo que das. Los abrazos, cuando se daban, los más sentidos me los han dado aquí y ese apretón de manos cálido y sentido también. De repente te preparan un dulce típico de su país o te regalan una chocolatina.
También hemos detectado que hay un gran problema de soledad. No solo de las personas mayores, sino por ejemplo de las familias monomarentales, ya que hay madres solas con sus hijos e hijas que han perdido sus trabajos al no ir los niños y niñas al colegio y están solas económicamente y socialmente. Ahora que no te puedes juntar. Antes los talleres eran presenciales y eran un lugar de encuentro y si es gente que está fuera de su país y de su contexto mucho más. Para ayudar a estas mujeres han hecho talleres online de empoderamiento, para transmitirles fuerza y apoyo y que no están solas.
Para despedirse, Ana Barona quiso destacar que Cruz Roja ha hecho el mayor esfuerzo de la historia en cuanto a recursos económicos y sociales, a través, sobre todo, del Plan RESPONDE, con fondos recaudados durante la pandemia con donaciones de particulares y empresas.
Asimismo, señaló la magnífica relación que mantienen con el Ayuntamiento de Las Rozas, Cáritas y los Centros de Salud y de Mayores. Por último, lanza un llamamiento para que la gente sea solidaria, comparta y haga voluntariado donde quiera. “Siempre encuentra uno su sitio”, termina.
Desde la asamblea y desde el área de Comunicación queremos dar las gracias a Ana Barona por su trabajo, generosidad y entrega.
