«He aprendido que uno no tiene que perder la esperanza. Que hay que seguir luchando, pase lo que pase, hasta cuando crees que no puedes más. Que los milagros pasan, y que, de un día a otro, la vida puede dar un cambio de 180 grados»
La historia de Emil es una de esas historias que podemos calificar como mágicas, como esas historias que solemos ver en televisión en estas fechas navideñas. Pero esta vez, no es producto de la imaginación. La historia de Emil es real. Hoy, es el día internacional de las personas migrantes y por eso queremos contaros esta historia de vida.
Las migraciones de seres humanos han sido una constante a lo largo de la historia y han sido un motor de riqueza y de desarrollo, pero también pueden ser una fuente de vulnerabilidad para las personas que se ven obligadas a migrar huyendo de la pobreza, los conflictos y los desastres. Proteger a las personas migrantes en todo el mundo, especialmente a aquellas más indefensas, y evitar el sufrimiento humano son retos humanitarios que siguen vigentes tras la adopción del pacto migratorio de la ONU. Y en Cruz Roja, luchamos cada día para que así sea.
Emil, en desempleo desde abril, decide ponerse en contacto con Cruz Roja en octubre. Por circunstancias de la vida, no le queda más remedio que comprarse un billete de vuelta a su país de origen. En ese momento, se producen las 72 horas más intensas de la vida de Emil. O encontraba un trabajo que le permitiera vivir, o se iba de España. Y es ahí, cuando la maquinaria del plan de Empleo de Cruz Roja Madrid comienza a funcionar a contrarreloj para luchar contra el destino. ¿El resultado? Emil nos lo cuenta en esta jugosa entrevista.
PREGUNTA.- ¿Cuál es tu país de origen y por qué decides venir a España?
Emil.- Yo soy de Bulgaria, y vine a España para trabajar, en busca de una vida normal. En mi país es muy complicado encontrar trabajo, y el trabajo que existe está muy mal pagado, por eso decidí venir y tratar de conseguir una oportunidad.
Cuándo decidiste venir a España, ¿cuál era la situación en tu país?
Vivía con mis padres, pero no tenía trabajo. Tenía una vida tranquila gracias a ellos, es decir, que tenía donde vivir, pero sin trabajo no podía salir adelante ni ayudar a mi familia. Esa fue otra de las razones por las que decidí venir a España, para poder ayudarles.
¿Qué habías estudiado en Bulgaria?
Me formé como electricista, pero al no haber podido trabajar de ello, carezco de la experiencia necesaria para desarrollar mi trabajo.
¿Cuándo fue la primera vez que viniste a España en busca de trabajo?
La primera vez fue en 2004, y en aquella ocasión estuve en España algo menos de un año, ya que entonces, mi país no formaba parte de la Comunidad Europea y yo debía volver a mi país para conseguir un permiso de trabajo y poder así, trabajar en España. Así que volví a mi país y estuve 4 meses esperando ese papel.
¿Y cuándo fue la última vez que viniste a España?
Llevo aquí desde diciembre del pasado año.
Y, este último año que has pasado en España ¿cómo ha sido?
Pues, durante algún tiempo, conseguí trabajar como aparcacoches y también como vigilante de seguridad nocturno, pero en el mes de abril me quedé en desempleo y desde ahí, no encontré nada.
¿Cómo llegaste hasta Cruz Roja?
Un amigo me recomendó que acudiera a un comedor, en donde conocí a una trabajadora de Cruz Roja, Cristina Prieto, que trabaja con inmigrantes. Fue en octubre de este año. Ella se interesó por mi situación, me preguntó si estaba en búsqueda de trabajo, y me presentó a otra de las trabajadoras de la organización, Amparo Sánchez.
Con Amparo tengo una entrevista en donde me pregunta sobre qué tipo de trabajo buscaba. Le comento que, por un problema en la espalda, ya no puedo trabajar como aparcacoches, así que busco trabajo como vigilante, conserje o trabajos similares que puedo desempeñar. Además, ella me enseña cómo hacer un buen cv, como buscar trabajo por Internet, porque yo buscaba como antes, con el cv en mano. Poco a poco fui actualizándome y poniendo anuncios en páginas de Internet de búsqueda de trabajo.
Por aquel entonces tú vivías en una habitación de un amigo, pero él tiene que marcharse del país. ¿Cómo vives aquella situación?
Mi amigo se volvía a su país, y yo me quedaba sin un sitio donde dormir. Además, yo no tenía trabajo, así que tampoco podía permitirme nada más. Fue una situación límite, y yo ya no aguantaba más. Fue entonces cuando decidí volver a mi país. Logré trabajar tres días en un restaurante, reunir algo de dinero y comprar un billete de vuelta a mi país para el día 29 de noviembre.
Pero entonces, el día 26 de noviembre, Amparo me llama y me pregunta si sigo buscando trabajo. Le cuento mi situación y me dice que va a hacer todo lo posible por ayudarme a encontrar un trabajo. Al poco tiempo me llama y me dice que tiene una entrevista de trabajo para mí. El día 28, un día antes de irme a mi país, la empresa se pone en contacto conmigo y me hacen la entrevista. Y así conseguí un trabajo, a 24 horas de irme de España.
Yo estaba muy triste por entonces, abatido, y tampoco estaba seguro de quedarme ya que no confiaba del todo. Pero arriesgué y decidí quedarme. Al final, todo ha salido bien y ha sido gracias a Cruz Roja y a estas trabajadoras en especial, Cristina, Amparo y el equipo de Prospección. Ahora trabajo como recepcionista, tengo un buen trabajo y una vida normal.
En ese periodo de tiempo entre que tu amigo te dice que se tiene que ir y tú te quedas sin ese recurso de poder dormir allí, hasta el momento en que te llaman para la entrevista, ¿qué se te pasa por la cabeza?
Estaba triste, perdido, no tenía esperanza. Sabía que si no conseguía trabajo tenía que irme a mi país, donde las perspectivas de encontrarlo tampoco eran buenas y estaba abatido.
¿Buscaste trabajo por todos los medios?
La verdad es que no dejé de recorrer todo Madrid una y otra vez, con el cv en la mano, durante meses y meses. Al conocer a las trabajadoras de Cruz Roja entendí que no estaba haciéndolo bien, que ahora el trabajo se mueve por Internet. Pero todo lo que estaba en mi mano si, con la forma tradicional, lo intenté todo.
¿Qué supone para ti la llamada de la persona que te dice que te contrata?
Una nueva vida. Yo estaba confundido porque no acababa de creerme que, de un día para otro, mi vida pudiera cambiar de esta manera. Hasta que no empecé el trabajo no creía algo así me pudiera pasar a mí. Ahora puedo vivir, tener una vida normal, como cualquiera. Para mí es como haber nacido de nuevo.
Ahora que ya has empezado a trabajar, cuando echas la vista atrás y ves todo ese proceso en el que incluso, llegas a comprar el billete de vuelta. ¿Qué reflexión sacas de todo este proceso, de estos últimos meses?
He aprendido que uno no tiene que perder la esperanza. Que hay que seguir luchando, pase lo que pase, hasta cuando crees que no puedes más. Que los milagros pasan, y que, de un día a otro, la vida puede dar un cambio de 180 grados.
Y sobre todo he aprendido a no perder la cabeza, porque no es fácil vivir en esa rutina día tras día, ser fuerte y aguantar. Aguantar hasta que todo mejore.
¿Qué le dirías a una persona que se encuentre ahora mismo en tu situación?
Le diría eso, que no pierda la esperanza, que sea fuerte. Que se agarre a la vida. No es fácil vivir, mucha gente está en una situación complicada ahora mismo, pero hay que luchar. Deben saber que, de un día a otro, todo puede cambiar.
¿Qué ha supuesto para ti conocer a Cristina y Amparo?
Es la primera vez que me encuentro a gente tan buena. El mundo necesita más personas como ellas. A raíz de conocerlas tengo esperanza, tengo trabajo, una vida normal. Han cambiado mi vida. Y no puedo más que alegrarme y estar agradecido de que se hayan cruzado en mi camino.
Antes de esta experiencia, ¿conocías a Cruz Roja?
La conocía, sabía que era una organización que ayudaba a la gente. Pero no creía que pudieran ayudarme a mí. Sabía que había miles de personas esperando su ayuda y por eso pensé que no habría hueco para mí.
¿Qué es lo que te ha parecido que mejor hacemos dentro de la organización?
Todo. Desde la primera vez que vine a Cruz Roja, la manera de hablar, de como me han tratado, de ayudarme, de recibirme, te hace sentir muy bien. Todo el mundo es muy dispuesto, te prestan mucha atención y estoy muy agradecido a todas las personas que componen los distintos proyectos, desde personas del comedor hasta el personal de oficina.
Además, quisimos hablar con Amparo Sánchez, la técnico de empleo que atendió a Emil y quien cogió el teléfono para hablar con María López del equipo de prospección y encontrar rápidamente una solución.
Ámparo, tanto a nivel profesional como a nivel personal, ¿Qué te ha supuesto ayudar a Emil?
A nivel profesional me ha supuesto constatar el potencial que tiene el trabajo coordinado y en equipo con prospección, y que aunque el tiempo apremie, y parezca imposible, siempre hay que intentarlo. El éxito en este caso no es de mi trabajo como orientadora, es fruto del Espíritu del Equipo de Empleo (con mayúsculas)
A nivel personal ha sido un caso que me ha emocionado enormemente. Emil es una persona tímida, y conseguir establecer una relación de confianza y apertura con él fue un reto, pero una vez creada, era evidente su potencial ….y tenía la total seguridad de que no fallaría. Cuando me contó su situación y que tenía que volver a su país pero que quería quedarse en España me generó una gran tristeza, teníamos que hacer algo y me confirmó que si encontraba algo se quedaría, él se compromete, en Empleo nos comprometemos, Gimsa se implicó y el resultado fue todo un éxito. No tienen precio el abrazo que me dio, se que nunca lo olvidaré.
¿Cómo entró Emil al programa y cómo se ha ído? ¿Qué cambios le ha supuesto participar?
Cuando me derivaron a Emil, su situación era muy complicada, no tenía recursos y se sentía impotente, buscaba incansablemente trabajo pero no tenía resultado. Estaba triste y desanimado.
Ahora, se siente feliz y esperanzado, hace planes sobre su futuro laboral y sobre todo siente confianza. Ha aprendido a buscar trabajo y ya sabe que puede tener éxito, ha ganado confianza y esperanza.
¿Cuál consideras que ha sido el aspecto clave de la ayuda de Cruz Roja a Emil? ¿En qué ha consistido esa ayuda?
Para mí las claves han sido dos: la visión integral cuando se trabaja con personas y el trabajo en equipo.
La visión integral porque una persona que solicita cualquier ayuda se le valora y se estudia su caso desde un punto de vista multidisciplinar. Emil es un ejemplo, solicita ayuda de albergue y comedor y acaba consiguiendo empleo. Atención real, inmediata y global.
El trabajo en equipo, fundamental para poder tener la capacidad de respuesta que se le ha dado. Y en equipo, incluye tanto el proyecto de integración de inmigrantes, orientación y prospección, como a la empresa que lo ha contratado, ha sido su primer contacto con Cruz Roja y ha confiado en nosotros.
Una bonita historia con un gran final feliz. ¡Mucha suerte a Emil! ¡Y mil gracias a todas y todos los compañeros que se dejan la piel en su trabajo por estar cada vez más cerca de las personas!
Integración de Inmigrantes es un proyecto cofinanciado por la Comunidad de Madrid, a través de los fondos provenientes de la asignación tributaria del 0,7% del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).