Os contamos la historia de Carmen, una mujer de 83 años que es derivada al proyecto CRECE de Cruz Roja por la trabajadora social del centro de salud. Y es aquí donde empieza la historia de Carmen y Cruz Roja que, tras muchas dificultades a sus espaldas, encuentra a Riki, voluntaria de acompañamiento del proyecto CRECE y quien le ha ayudado a recuperar su sonrisa. Carmen ahora está más animada y ha comenzado a asistir a los talleres de memoria con el proyecto Mayores, notándose una mejoría en ella día a día.
Esta introducción solo es una pequeña muestra de lo que es su historia de vida narrada por ella misma, y que os dejamos a continuación:
No he podido tener hijos. Mi marido, debido a una enfermedad, tuvo que ingresar en una residencia de ancianos, ya que yo no podía darle los cuidados específicos que necesitaba en casa.
Tengo hermanos, pero entiendo que tienen sus trabajos y vidas propias, con lo cual me vi viviendo completamente sola. Esto me llevó a una gran tristeza y apatía, sumándole que debido a mi edad y mis limitaciones físicas, no puedo hacer labores, ni sopa de letras, ni esas cosas que nos entretienen a los mayores…
En ese momento conozco y entra en mi vida Cruz Roja, que para mí son todos unos ángeles. Me llaman por teléfono para preguntar qué tal estoy, se preocupan por mí y, desde hace unos meses, me envían a una persona voluntaria a casa un día a la semana para estar conmigo.
Con esta voluntaria hablamos mucho y, sobre todo, hacemos terapia. Me dice  que tengo que animarme y mirar por mí, que ya es hora. Soy consciente, pero, ¿cómo se hace eso si he estado toda la vida cuidando a los demás?
Si llueve y no podemos salir hacemos dulces en mi casa, eso me divierte. Si no llueve y hace buen tiempo salimos a caminar y seguimos hablando y hablando de mi vida. Hace un mes que falleció mi marido, lo que me hizo sentir soledad y un gran vacío, pero gracias a Cruz Roja me siento muy arropada.
Cada martes voy a la asamblea y participo en un taller de memoria y, aunque estoy muy limitada, lo disfruto mucho.  Estoy encantada con Cruz Roja y con el acompañamiento en casa mucho más. Creo que todas las personas deberían poder disponer de estos maravillosos servicios. Les estoy y estaré siempre muy agradecida.
Desde la asamblea agradecen a la trabajadora social del Centro de Salud de Alcorcón, María, por su trabajo detectando casos de soledad no deseada, la derivación y el seguimiento contantemente.

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