Durante todos estos días hemos ido narrando la labor de nuestros compañeros y compañeras de los equipos de Socorros y Emergencias de Cruz Roja en la Comunidad de Madrid ayudando a las personas atrapadas en la nieve, así como para llegar a zonas difíciles con los vehículos de TSU y hacer traslados a hospitales. La borrasca ha sido un enemigo fiero pero, por suerte, tenemos un equipo preparado y motivado que ha dado el 200% desde el minuto cero para que la ayuda llegara a todos los rincones de Madrid.
Jorge Martínez, es el Referente del Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias (ERIE) de Búsqueda y Salvamento Terrestre, que ha estado en alerta antes, durante y después del temporal Filomena, atendiendo a los avisos de emergencia y salvamento que se han hecho en diferentes puntos de la región.
Por ello, porque ha estado desde que comenzó la borrasca al pie del cañón en uno de los 4×4 de Cruz Roja, hemos querido poder charlar con él para que nos narrara cómo ha sido vivir esta experiencia por dentro. Sus reflexiones, emociones y sentimientos DESDE EL INTERIOR DE LA BORRASCA
¿Cómo surge la activación de los ERIES con respecto a este fenómeno?, ¿cómo fueron esos primeros pasos?
Para todos los ERIES la prealerta surge cuando la Comunidad de Madrid declara el nivel 0 de emergencia y va subiendo de nivel hasta que en el nivel 2 se activa el Plan de inclemencias Invernales. En este caso, desde que se declaró el nivel 1 la cosa ya estaba empezando a ponerse mal y los equipos ya estaban dando respuestas.
Además, se da la circunstancia de que la llegada de la borrasca coincide con que todavía eran días festivos de Navidad y muchas personas habían subido a la sierra. Nosotros en el ERIE de montaña los días 7 y 8 comenzamos a montar guardias arriba en Navacerrada con personal presencial. El 8 de enero se empiezan a dar los primeros problemas y a partir del mediodía sabemos que los equipos vamos a tener que responder presencialmente y se alerta al resto de ERIES para movilizar efectivos en los diferentes avisos.
¿En qué ha consistido la labor de los ERIES?, ¿cuál era vuestra misión?
En el caso del ERIE BST, la noche del viernes desde la Agencia de Seguridad y Emergencias de Madrid 112, que dirige el Plan de Inclemencias, pasó a controlar los recursos de Cruz Roja como la ambulancia y los 4×4. Nos piden que equipemos los vehículos con mantas y bebidas autocalentables, previendo que tengamos que acercarnos a atender a personas donde están los coches parados por la nieve.
La ambulancia llevaba desde el jueves dando servicio y moviéndose por la zona sur de Madrid, que fue el primer territorio por donde entró el temporal y ha servido como recurso de Transporte Sanitario Urgente. Como esta ambulancia llega prácticamente a todos lados, en la madrugada del sábado, el SUMMA decidió medicalizarla como UVI 5, y subimos a dos técnicos de montaña junto a un médico y un enfermero del SUMMA. Este vehículo ha estado en servicio con turnos ininterrumpidos hasta el miércoles por la tarde.
¿Cuáles han sido los principales avisos o casos concretos que habéis tenido que atender? Cuéntanos alguna de estas respuestas
La verdad es que ha habido muchas. En principio, íbamos a repartir mantas y comida a los recursos habilitados para las personas atrapadas en la nieve, pero lo que sí se ha repetido siempre es que, en cada aviso recibido, teníamos que hacer varias paradas para atender otras incidencias. En cada parada, ayudábamos a otras cosas que nos encontrábamos: a apartar un coche o una furgoneta que obstaculizaba un paso, a ayudar a gente y acercarla a algún sitio…
Por ejemplo, la noche del viernes, de camino a entregar mantas a una comisaría en Boadilla, nos encontramos con una mujer que se había quedado atrapada en una carretera mientras conducía. Apartamos su coche y subió al nuestro para llevarle a casa, que además nos pillaba de paso. También, llevando a un vigilante a su casa, nos encontramos con dos enfermeros del Hospital 12 de octubre que iban andando desde Majadahonda con material de montaña hacia el hospital, y les pudimos acercar.
«En cada parada, ayudábamos a otras cosas que nos encontrábamos: a apartar un coche o una furgoneta que obstaculizaba un paso, a ayudar a gente y acercarla a algún sitio.»
Han sido muchas cosas…, un caso que nos hizo sentir bien fue respondiendo a un aviso de Teleasistencia a la que no podía llegar el servicio en ese momento. La familia nos recibió muy contenta cuando llegamos, y nos dieron las gracias porque no pensaban que se pudiera acercar nadie tal y como estaba la situación.
Cuando se activa el ERIE, ¿eráis conscientes de lo que os esperaba? ¿qué es lo primero que se os pasa por la cabeza cuando os dicen que tenéis que salir con los vehículos?
Lo primero que pensamos es que mucha gente se iba a quedar atrapada, dada la magnitud del temporal. Muchos pensamos también en que iba a ser complicado que llegaran compañeros a relevarnos. Nosotros tenemos uniforme pero no una capa de super héroes, tenemos los mismos problemas de movilidad con nuestros coches particulares que cualquiera. Sí que conseguimos subir a personas el viernes y el sábado, pero algunos de nosotros estuvimos 48 horas seguidas prácticamente de servicio.
Cuando detectáis a personas en medio de la nieve, ¿cuáles son vuestras reacciones, y las de las personas que os ven venir?
La mayoría de las personas que están atrapadas suelen estar nerviosas y quiere tener información de cuándo les van a sacar de allí, saber si las carreteras se pueden transitar… Entonces tenemos que decirles que tienen que permanecer allí y que la ayuda puede tardar en llegar, por eso, lo principal que demanda la gente es la información.
«Lo principal era mantener la concentración en dónde teníamos que ir y en el estado de la nieve, para no quedarnos tirados.»
¿Habéis pasado miedo, que sensaciones tenéis cuando estáis en medio del temporal?
Yo creo que no nos ha dado tiempo. Estamos acostumbrados a movernos en la montaña, y menos en zona urbana, pero la mayor precaución es no quedarnos atrapados nosotros. Tenemos mucha suerte de tener buenos conductores, buenos coches y buenas ruedas. Lo principal era mantener la concentración en dónde teníamos que ir y en el estado de la nieve, para no quedarnos tirados.
«El miedo no es quedarnos nosotros tirados, sino dejar el recurso inoperativo.»
¿Qué otras labores habéis tenido que hacer además de las entregas?
Pues hemos paleado nieve para aburrir (risas), hemos llevado a gente que no podía llegar a su destino… Cuando estábamos en uno de los puntos de concentración de coches, detectamos una emergencia médica y evacuamos a la persona con el vehículo de rescate para llevarle al hospital, a la Fundación Jiménez Díaz. En un solo viaje hacíamos muchas otras cosas. Hemos paleado para sacar coches, hemos ayudado a la UME… han sido muchas circunstancias diferentes debido a la emergencia.
¿Cómo ha vivido el equipo de Cruz Roja esa adrenalina del momento? ¿habéis recibido demanda de voluntarios?
El sentimiento principal que ha habido es el de querer ayudar. Ha habido muchos voluntarios que querían participar, que querían llegar, y la mayor frustración es que estaban encerrados en sus casas o en sus localidades. De hecho, ha habido dos intentos de compañeros de tratar de llegar al relevo y que se tuvieron que dar la vuelta, y otros muchos que consiguieron llegar, claro.
El personal de ambulancia, sobre todo las primeras 48 horas, nos ha contado que cuando llegaban al domicilio de las personas afectadas, la gente se echaba a llorar porque les habían dicho por teléfono que no iba a llegar nadie, y era un alivio para ellos que acudiéramos a ayudarles.
¿Cuál es la reflexión que sacas de estos 5 días en los que habéis estado al pie de cañón en el ERIE?
La primera es que Cruz Roja siempre responde dándolo todo cuando se nos necesita, incluso habiendo personas voluntarias dando servicio durante más de 48 horas, con apenas un par de horas de descanso.
Además, creo que a nivel sanitario hemos ayudado muchísimo, y que cuanto más se conozca la labor de los ERIE a nivel sanitario, podemos ayudar mucho más.
Me gustaría agradecer su labor al personal del SUMMA, que ha estado junto a los compañeros de Cruz Roja en la ambulancia UVI desde la madrugada del sábado hasta el miércoles por la tarde. Todos los compañeros quieren agradecer el trato y la experiencia que han recibido de estas personas.