Las asambleas comarcales de Cruz Roja en la Comunidad de Madrid en las sierras afrontan una nueva etapa con la llegada de Javier Ávila y Alba Alfonso a la dirección técnica de Sierra Oeste y Sierra Norte, respectivamente. Dos perfiles con una gran trayectoria en la organización, que ahora asumen el reto de liderar la actividad de Cruz Roja en territorios marcados por la dispersión geográfica.

Javier, tras cuatro años como director técnico en Sierra Norte, da el paso a Sierra Oeste con la experiencia de haber consolidado la labor de Cruz Roja en la zona. Por su parte, Alba, trabajadora social con un fuerte compromiso con el ámbito rural, da un giro en su carrera para asumir la dirección técnica de la asamblea en la que ha trabajado en los últimos años. Ambos han coincidido unos años en la asamblea de Sierra Norte, por lo que este paso ha sido una bonita noticia para ambos. Personas comprometidas, bondadosas, con empatía y con unas ganas enormes de aportar su granito de arena, afrontan esta nueva etapa con mucha ilusión.

En esta entrevista nos cuentan cómo afrontan este nuevo desafío, los aprendizajes que les han acompañado hasta aquí y los retos que esperan superar en el futuro.

 

 

Para empezar, contadnos un poco sobre vosotros y vuestra trayectoria en Cruz Roja.

Javier.- Comencé en Cruz Roja hace 14 años, en 2011. A lo largo de este tiempo he pasado por distintas áreas y proyectos, desde infancia y juventud hasta voluntariado a nivel autonómico. Hace cuatro años inicié mi camino como director técnico en Sierra Norte, donde he vivido una experiencia muy gratificante. Ahora asumo este nuevo reto en Sierra Oeste con la intención de aportar todo lo aprendido.

Alba.- Mi andadura en Cruz Roja comenzó en 2018 como voluntaria en la Comunidad de Madrid. En 2019 tuve mi primera oportunidad laboral realizando una sustitución en el Programa de Mujer. Soy trabajadora social y he trabajado en varios proyectos dentro de Cruz Roja y otras entidades, pero fue en 2022 cuando me establecí en la asamblea de Sierra Norte coordinando el dispositivo de acogida a personas refugiadas tras la crisis de Ucrania. Luego pasé a ser trabajadora social en la asamblea, y ahora afronto este nuevo reto en la dirección técnica.

¿Cuáles han sido los aprendizajes más valiosos durante vuestra trayectoria en Cruz Roja?

Javier.- Liderar una asamblea fue una experiencia completamente nueva para mí. Aprendí de muchas áreas en las que no había trabajado antes, como Captación de Fondos y Comunicación. También el trabajo con voluntariado y el contacto con ayuntamientos y vecinos ha sido enriquecedor. Ahora, llevo conmigo esa experiencia y me siento preparado para afrontar nuevos desafíos en Sierra Oeste.

Pero más allá de lo técnico, creo que lo más importante que he aprendido es a gestionar equipos humanos. Saber cómo motivar a las personas, cómo hacer que cada uno se sienta valorado en su trabajo, es algo que me ha dado una perspectiva diferente de lo que significa ser director técnico. En Cruz Roja no solo trabajamos con procedimientos, también trabajamos con emociones y con personas que necesitan sentir que su trabajo tiene un impacto real.

«Creo que lo más importante que he aprendido es a gestionar equipos humanos»

Alba.- Mi experiencia se divide en dos etapas. En la primera, coordinando el recurso de acogida, tuve que adaptarme a un entorno completamente nuevo, en el que no conocía a nadie ni el funcionamiento de una asamblea. Fue un reto profesional y personal, y aprendí a coordinar equipos, establecer contactos con administraciones y adaptarme a situaciones de emergencia. En mi segunda etapa como trabajadora social pude conocer mejor el funcionamiento de la asamblea y trabajar con diferentes programas, lo que me ha dado una visión más completa para asumir esta nueva responsabilidad.

Uno de los mayores aprendizajes que he tenido es la importancia de la coordinación interinstitucional. En la Sierra Norte, donde la dispersión geográfica es un reto, el trabajo en red con otras entidades y administraciones es fundamental para que los recursos lleguen donde realmente se necesitan. Esa capacidad de tejer alianzas es algo que quiero seguir potenciando en mi nueva función.

 

«Siempre necesito nuevos retos y cambios a los que adaptarme, la experiencia me ha demostrado que cada desafío me fortalece»

 

¿Por qué decidís afrontar este nuevo reto?

Alba.- Soy una persona que intenta estar lo más tranquila posible, pero siempre necesito nuevos retos y cambios a los que adaptarme. La experiencia me ha demostrado que cada desafío me fortalece. Llevo tres años viviendo en la sierra, y eso me ha permitido comprender mejor las necesidades de la población, que no solo afectan a las personas mayores, sino también a otros grupos que requieren apoyo. Esto me llevó a querer seguir trabajando en la Asamblea de Sierra Norte, pero desde otro enfoque y con nuevas funciones, convencida de que desde la dirección técnica también se puede contribuir al cambio que muchas personas necesitan. Para mí, el trabajo social es una filosofía de vida, y vivir en la sierra me ha hecho aún más consciente de las necesidades de la comunidad. Mi objetivo es alinear lo que puede aportar Cruz Roja con esas necesidades y encontrar la mejor manera de contribuir a ello.

Javier.- Para mí, afrontar nuevos retos siempre es motivante. Después de tres o cuatro años en el mismo puesto, sentía la necesidad de un cambio y buscaba nuevas oportunidades que me mantuvieran motivado. Poder hacerlo dentro de Cruz Roja es lo ideal para mí. La dirección técnica es el puesto perfecto porque me permite trabajar desde múltiples perspectivas, abordar diferentes áreas y no centrarme solo en un colectivo concreto. Además, me encanta trabajar con el equipo técnico, ayudarles a crecer y facilitar su trabajo. Creo que es importante dar paso a nuevas ideas, y en Sierra Norte hemos hecho muchas cosas relevantes, pero ahora quiero afrontar nuevos desafíos en un entorno distinto. Este cambio también ha supuesto un trasvase de conocimiento entre Alba y yo, algo clave para garantizar la continuidad del trabajo en la asamblea.

 

¿Cómo ha sido el proceso de transición entre vuestra anterior función y la nueva responsabilidad que asumís?

Javier.- Ha sido un proceso intenso, pero también muy enriquecedor. El cambio de una asamblea a otra supone un reajuste, porque cada una tiene sus particularidades y dinámicas propias. La clave ha sido mantener una comunicación fluida con el equipo y con los voluntarios para garantizar una transición efectiva y sin sobresaltos.

Alba.- En mi caso, el cambio ha sido diferente porque he pasado de ser compañera a ser directora técnica dentro de la misma asamblea. Eso implica un proceso de adaptación tanto para mí como para el equipo, ya que la relación cambia en cierto modo. Lo importante ha sido mantener el diálogo y trabajar juntos en esta nueva etapa.

 

¿Cómo ha sido la acogida del equipo en vuestros nuevos puestos?

Alba.- En mi caso la acogida la valoro como muy positiva. Hay muy buena relación en general con con todas las personas del equipo. Creo además que se trata de un equipo muy potente y la idea es seguir trabajando en la misma línea que se estaba trabajando ahora.

Javier.- La mía ha sido también muy positiva. El equipo ha sido muy receptivo y me ha tendido la mano desde el primer momento, pese a las complicaciones. Es un equipazo, joven, renovado, con mucha energía y con muchas ganas. Yo creo que haremos muchas cosas positivas juntos.

 

¿Qué es lo más bonito de esta nueva etapa? ¿Y lo más difícil?

Javier.- Lo más bonito es poder compartir el trabajo con el equipo, ayudarles a que se sientan cómodos y puedan desarrollar su labor de la mejor manera, sirviendo como guía y facilitador. También es muy gratificante que Cruz Roja sea una entidad de referencia en la comarca. Lo más difícil es intentar alcanzar todos los retos y objetivos que nos proponemos cada año, ya que siempre hay muchos desafíos y el miedo a no poder abarcarlo todo está presente.

Alba.- Lo más bonito es ser consciente del impacto que podemos generar desde la asamblea y del gran potencial que tiene el equipo, que además conoce bien el entorno porque reside en la sierra. Ya hemos mantenido reuniones con ayuntamientos y tengo la ilusión de que puedan surgir proyectos bonitos. Lo más difícil es la falta de recursos en la zona, porque puede generar frustración en el equipo al no poder dar siempre la respuesta que creen necesaria.

«Lo más bonito es ser consciente del impacto que podemos generar desde la asamblea y del gran potencial que tiene el equipo.»

¿Qué es lo que más respeto os da de este paso?

Alba.- Cuando supe que la vacante quedaba libre, sentí vértigo, pero creo que todo lo desconocido genera esa sensación. Reflexioné durante unos días y me di cuenta de que identificar y analizar esos miedos es lo que me llevó a dar el paso. Si se presenta una oportunidad y existen temores, creo que están para afrontarlos, especialmente cuando hay personas que confían en ti. Me considero responsable y prudente, sé hasta dónde puedo llegar, y eso es lo que me motivó a intentarlo.

Javier.- Lo que más vértigo me daba era la parte emocional. En Sierra Norte había creado un vínculo con el equipo, con el voluntariado y con el entorno, y desprenderme de eso ha sido lo más difícil. Afrontar nuevas relaciones en un lugar distinto supone un reto, porque al final, la parte técnica del trabajo es similar en cualquier asamblea, pero el aspecto humano y la conexión con las personas es lo que más pesa a la hora de dar este tipo de pasos.

 

La dispersión geográfica es un desafío, pero también una oportunidad para llegar a más personas que necesitan apoyo

 

¿Cuáles son vuestros retos de cara a al próximo año?

Javier.- De cara al próximo año, quiero consolidar el crecimiento de la Asamblea de Sierra Oeste. Uno de mis principales objetivos es fortalecer la colaboración con los ayuntamientos y empresas locales para asegurar recursos que permitan expandir nuestros programas. También quiero seguir impulsando la captación de voluntariado, ya que en zonas rurales es fundamental contar con una base sólida de personas comprometidas con la labor de Cruz Roja.

Alba.- Mi principal reto es seguir ampliando la presencia de Cruz Roja en más municipios de la Sierra Norte. La dispersión geográfica es un desafío, pero también una oportunidad para llegar a más personas que necesitan apoyo. Además, quiero mejorar la implementación de programas específicos para combatir la soledad no deseada, algo que sigue siendo un problema en nuestra región.

 

¿Cómo ha sido ese trasvase de información entre los dos?

Alba.- Para mí, Javier está siendo un apoyo fundamental porque conoce la asamblea a fondo tras haber trabajado en ella durante cuatro años. Como trabajadora social, he podido ver su labor de cerca, y eso me motivaba a asumir el puesto. Valoro el trabajo que se ha hecho con los ayuntamientos y el desarrollo comunitario, viendo las posibilidades de crecimiento. Estoy muy agradecida a Javier por estos años.

Javier.- Para mí, que Alba asuma la dirección técnica me da seguridad, porque permite dar continuidad al trabajo realizado en estos cuatro años. Aunque aplicará su propia metodología y estrategias, hemos trabajado juntos durante este tiempo y tengo plena confianza en que hará un gran trabajo y asumirá el reto de forma excelente.

 

«Ser paciente y ser calmado es imprescindible para cualquier puesto de responsabilidad»

 

Javier, ahora que Alba va a ocupar tu puesto anterior ¿Qué consejo le darías?

Javier.- Sobre todo que tenga paciencia. Como directores técnicos tenemos que pararnos a pensar,  analizar las cosas y no ser impulsivos. Cuando sucede algo, interiorizar, analizar, valorar, hablar con el equipo, hablar con los compañeros y tener en cuenta la oficina autonómica, que a mí me ha ayudado muchísimo desde que inicié mi andadura como director técnico. Ser paciente y ser calmado es imprescindible para cualquier puesto de responsabilidad.

¿Qué diferencias hay entre trabajar en una de las asambleas de la sierra y trabajar en cualquier otra?

Javier.- Una de las principales diferencias es el contacto con el entorno. En la sierra, la relación con los ayuntamientos y entidades es mucho más cercana, lo que facilita el trabajo. Puedes llamar al alcalde y concertar una reunión rápidamente, algo que en otras zonas puede ser más complicado. Sin embargo, la falta de recursos, tanto económicos como materiales, es un gran desafío. En Sierra Norte, por ejemplo, conseguir voluntarios o servicios preventivos requiere un esfuerzo mucho mayor que en otras asambleas, donde las solicitudes llegan solas. Aquí hay que salir a buscarlas, explicarlas y hacer un trabajo de captación más activo. En general, en la sierra se necesita el doble de esfuerzo para alcanzar los mismos objetivos que en otras asambleas.

Alba.- Hasta que empecé a trabajar y vivir en la sierra no era consciente de las dificultades que enfrentan las personas en las zonas rurales. Algo tan básico como acceder a una entrevista de trabajo puede ser complicado por la falta de transporte. Además, los recursos para jóvenes, infancia y población adulta en términos de ocio y cultura son mucho más limitados. También hay un problema importante de aislamiento, no solo en personas mayores, sino también en jóvenes y en quienes han llegado a la sierra buscando una alternativa de vivienda asequible. En cuanto al voluntariado, la dispersión geográfica es un gran reto. En Madrid no hace falta pensar en los desplazamientos, pero aquí hay municipios a 30 km de distancia, lo que hace que los voluntarios necesiten una gran motivación o alternativas para poder participar.

¿Algo que añadir?

Alba.- Yo quería agradecerle a Javier la confianza que ha tenido desde que inicié la andadura en Sierra Norte. También al programa de personas refugiadas por toda la experiencia de estos años. Y finalmente a José Zamora, que para mí ha sido de verdad un auténtico placer trabajar con él en su programa y la confianza que también ha tenido en mí en algunos momentos puntuales.

 

 

En esta noticia hablamos de la línea estratégica: 4: Trabajamos por la transformación, el talento y la transparencia, elegidas en base a unos criterios de actuación y que buscan hacer cumplir la misión y la visión de Cruz Roja. Puedes obtener más información acerca de las líneas estratégicas de Cruz Roja 2023-2026 en la Infografía o en el Documento Estratégico.

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