Nuestra compañera Sheila Jiménez Fernández, trabajadora social del Programa de Mayores en la Asamblea Comarcal Corredor del Henares Norte, ha recibido su premio por resultar ganadora en el Concurso de Relatos que organizó el área de Recursos Humanos para fomentar la participación de las personas dentro de la entidad.
Sheila ha recibido su ebook de la mano de nuestra compañera Nieves González (Técnica del Área de Recursos Humanos). Con motivo de este premio hemos querido conocer un poco más a nuestra compañera con esta pequeña entrevista:
Antes de nada, tu relato, ‘El titular’, que ha resultado ganador del concurso, ¿en qué consiste?
Sheila: Es una historia en la que la trama parece evolucionar en una dirección pero el desenlace es completamente distinto e inesperado. Gira entorno a un incendio y un crimen que envuelve a personas con poder.
¿Qué te parece que la organización promueva este tipo de acciones y fomente la creatividad literaria de las personas empleadas y voluntarias de CRE Madrid?
Estoy a favor de todas estas iniciativas, pero no solo en el caso de este concurso. También me he apuntado al reto Oh Europa, lanzado desde el área de Prevención de Riesgos Laborales. Este tipo de acciones considero que crean un espíritu de equipo, de creatividad, hacen que puedas conocer más los compañeros y compañeras y que, en definitiva, nos ayudan a mejorar.
¿Qué otras iniciativas de este estilo te gustaría que hubiera en CRE Madrid?
He visto que también hay un concurso de fotografía, que también me ha parecido muy interesante. Creo que podría estar muy bien crear también iniciativas deportivas, por ejemplo un equipo de fútbol o de baloncesto, donde poder hacer deporte con los compañeros y compañeras.
A continuación puedes leer el relato de nuestra compañera.
«Abro los ojos aturdida. Observo un techo de madera. Me duele la cabeza. ¿Es ha quemado a lo que huele? No lo sé con seguridad. Hace mucho calor.
Me incorporo con cierta dificultad a la vez que paso mi mano derecha por la cabeza. Sangre. No recuerdo lo que ha pasado, pero mi intuición me dice que tengo que salir de aquel lugar corriendo. Me abro paso entre llamas y humo, respiro con dificultad, me cuesta encontrar la salida, pero gracias al sonido de una sirena, me oriento con éxito.
Una vez en el exterior, destellos de luz iluminan mi rostro. Una decena de personas corriendo de un lado para otro. Allí estaban la policía y los bomberos, tratando de apagar el incendio.
“Incendio en León provoca cinco muertes”, leo en el titular del periódico. “Según los expertos, el fuego fue causado por un cortocircuito debido a una subida de tensión por la tormenta de anoche”, continué leyendo. Cierro el periódico y lo dejo a un lado. Sigo confusa, me duele la cabeza.
Había pasado toda la noche en el hospital, en observación, y aún me quedaba un rato hasta que me dieran el alta. Pienso en el fin de semana: Alquilé una casa rural junto a 5 amigos. Recuerdo la tormenta. Un individuo encapuchado… alguien más estuvo allí. Nos atacó.
Me acuerdo del empujón, y un golpe en la cabeza. Fue ese el momento en el que perdí el conocimiento.
Un rato más tarde, un policía me toma declaración. Evidentemente, la noticia del periódico era falsa. Había un culpable y quiero que le detengan. El agente me asegura que darían con él. Siento alivio, ya puedo descansar.
Lo que en ese momento Patty no sabía, es que el policía pasó su declaración por la destructora de papel, y nunca nadie investigaría ese caso.
La persona que les había atacado era un peligroso criminal que se había escapado de un centro. Y el director de ese lugar, el hijo de un prestigioso político del país, suficientemente poderoso como para tapar cualquier negligencia que pudiera afectar a su reputación.»
