El Centro de Atención Temporal de San Blas ha vivido, gracias al esfuerzo y cariño de las personas usuarias, voluntarias y trabajadoras, una de las noches más mágicas en mucho tiempo, una cena de Nochebuena por todo lo alto.
Pero empecemos por el principio, ¿Cómo han organizado nuestros compañeros y compañeras algo tan bonito como lo que podemos ver en estas fotos?
Para explicarlo debemos remontarnos unos meses, cuando, gracias a una acción conjunta con el Hotel Ritz de Madrid, varias personas maitres del hotel, en el marco de una jornada de voluntariado corporativo, acudieron a las instalaciones del CAT para impartir un curso a varios personas usuarias.
Una de las personas que recibió este curso fue María, y de ella sale plantear una mejora en las celebraciones del centro, haciendo, entre otras cosas, una cena más bonita en estas fechas señaladas. La idea cuaja y todas las personas del centro se vuelcan con los preparativos, para lo que formaron dos super equipos de trabajo, uno encargado de decoración general del centro y otro encargado de la decoración del comedor y la cena.
Todos nuestros compañeros y compañeras se esforzaron al máximo, al igual que todos los participantes del CAT. De hecho, entre varias voluntarias del centro han llegado a coser 16 manteles y 14 caminos para la cena (78 metros de tela, ¡casi nada!). Pero no solo eso, sino que todas las personas implicadas han trabajado al máximo, realizando 120 servilleteros con material reciclado y cosiendo los bajos de camisas y pantalones de los y las camareras. Además, se pudo contar con una voluntaria organizadora de eventos, una experta en decoración floral y un voluntario de Zona Este, experto en hostelería, que ejerció como maitre durante la cena.
¿Te parece poco? Pues parece que a nuestros compañeros y compañeras también, y se lanzaron a hacer un taller de centros florales en el espacio Women’s Club del centro, donde realizaron 20 de ellos y un taller de tarjetas y adornos navideños hechos, uno a uno, a mano.
Todo un despliegue de medios y un doble esfuerzo que ha sido recompensado en una cena que salió de la única forma que podía salir tras haber puesto tanto cariño: maravillosamente bien. Y es que para todas las personas que disfrutaron de la cena supuso algo muy especial poder pasar esa noche en buena compañía y con tantos detalles bonitos y tan bien cuidados. Todo un ejemplo de organización y saber estar.