El Programa de Atención a Pacientes desplazados se lleva desarrollando por Cruz Roja desde el año 2006 y en Madrid desde el año 2007. Dentro de este programa, dependiente del área de Salud, está el proyecto de “Alojamiento alternativo para pacientes derivados del Servicio Canario de Salud” de Cruz Roja, que consiste en un piso situado en el centro de Madrid, y cercano al Hospital 12 de Octubre donde son atendidos casi todos los pacientes. Conoce más sobre el proyecto en el MACEDONIA de hoy (pincha aquí)

Ana María Muñiz lleva en este proyecto desde su inicio en 2007, como voluntaria en la asamblea local de Madrid Zona Centro. Entrañable, solidaria y muy comprometida con la causa de Cruz Roja y con mejorar la calidad de vida de estas personas vulnerables, Ana María es todo corazón, algo que transmite desde la primera conversación que mantienes con ella.

Quizás por esta razón, nos asegura que se ha sentido muy querida siempre por las personas beneficiarias, a quienes se dirige siempre con dulzura, cariño, respeto y mucha comprensión, actitudes clave para dirigirse a personas que están pasando por momentos difíciles y en una ciudad y un entorno desconocido. Después de tantos años, Ana María confiesa que podría escribir más de un libro con todas las anécdotas y vivencias que ha tenido, y algunas las ha querido compartir con nosotros y nosotras a continuación:

Ana María, llevas casi 13 años como voluntaria en el proyecto, ¿cuál ha sido tu trayectoria dentro del mismo?

Sí, así es, empecé desde que se inició el proyecto en 2008, primero estuve haciendo la formación en Oficina Central, fui a Reina Victoria. Como yo soy enfermera de profesión me hizo mucha ilusión que comenzara un proyecto de estas características y creo que les debió gustar mi perfil a Voluntariado, porque me llamaron enseguida ya que necesitaban personas con experiencia sociosanitaria para desarrollar el proyecto.

Sala de estar del piso.

¿Cuáles han sido tus labores en el proyecto?

Mi labor fundamentalmente es el acompañamiento a las personas que lleguen al piso, que se encuentren a gusto. Hablamos, jugamos a juegos, merendamos, sobre todo se trata de que sea una charla distendida. A veces hacía yo bizcochos y los llevaba a la casa.

Yo iba todos los martes al piso y me pasaba como 4 o 5 horas a la semana porque una vez que entraba ya era complicado salir (risas). De hecho muchas semanas he ido casi todos los días. El paciente o la paciente va con una persona acompañante, pero básicamente se trata de apoyarles, darles ánimos, de prepararles para que en el momento de la operación o el trasplante no se encuentren solos, y que la convivencia con el resto de personas hasta que vayan al hospital sea lo más amena posible.

La misión nuestra es unirles, llevarles a visitar sitios en Madrid como el Retiro, les enseñamos cómo coger el transporte público al hospital, les acompañamos hasta allí. Necesitan andar mucho porque les viene bien para sus sistema circulatorio.

Son muchas cosas, porque cada día surgían nuevas cosas que hacer. A lo mejor un día no teníamos merienda hecha y yo les decía «pues vamos a hacer unas rosquillas» y nos poníamos todos y todas a cocinar. Estas actividades servían para unirles mucho y para que compartieran, que se implicaran en la convivencia.

Cualquier cosa, bailábamos también y cuando era el cumpleaños de una persona le hacíamos una fiesta, éramos muy de salsa y música típica de Canarias.

Recuerdo a una familia que no había salido de la isla nunca y con un hijo pequeño que no había ido a la escuela y no sabía leer ni escribir. Pues conmigo aprendió, porque cuando se iban a pasear le decía que me escribiera por mensaje de texto la calle en la que estaba y me mandaba el mensaje diciendo «calle Alcalá», «calle Mayor»…

«He vivido muchas cosas con ellos y al final es difícil no implicarse emocionalmente.»

Yo entiendo que toda la actividad de Intervención Social o de Salud de Cruz Roja involucra mucho. En este proyecto más, porque es toda una familia con la que intervienes y creas un vínculo muy fuerte, aunque no quieras, pero muchas veces es imposible no hacerlo.

Los juegos de mesa como el dominó son fundamentales para fomentar la convivencia en el piso.

¿Qué tiene de especial el proyecto, qué es lo que te ha enganchado de esta manera?

Yo creo que lo que me ha enganchado es que salgo de allí feliz, que cuando voy al piso encuentro en una felicidad que no hallo en otro sitio. Llena mi vida, me está compensando. No es fácil porque ves a personas que se debaten entre la vida y la muerte.

A mí me ha tocado hacer duelo y consolar a las familias en los duelos. Me considero que soy una persona fuerte y en esos momentos siempre hay intento mitigar su dolor, les digo que tienen que estar tranquilos porque han hecho todo lo que han podido por sus familiares. Al final, en la vida estamos de paso, y decirles que se queden con lo importante que han sido estas personas para su vida.

Es muy duro en el caso de los niños, tenemos que dar gracias porque no se ha muerto ninguno afortunadamente, aunque alguno se ha tenido que enfrentar a operaciones muy complicadas, a corazón abierto… También el contacto y la relación con el resto de voluntarios con los que he pasado muy buenos momentos y me he sentido también muy querida por ellos y ellas.

 

¿Qué es lo que más te piden, lo que más necesitan?

Lo más necesario es la tranquilidad y el humor, la alegría, crear un buen ambiente y que se sientan respaldados. Son personas que han dejado a sus familias y que pueden estar esperando a un trasplante mucho tiempo hasta que llega, años incluso. Siempre intento decir las cosas con cariño y con una sonrisa en la boca, es lo mejor para que no tengan ansiedad. Depende también de la necesidad que tenga una persona y de la situación, pero desde luego que entrar en el piso con buen humor es fundamental.

Nos piden salir también, hemos hecho excursiones a la sierra de Madrid, que nos fuimos y lo pasamos en grande. Son unos días que son siempre divertidos y . También nos piden hacer recorridos por la ciudad

Supongo que ya eres toda una referente para personas usuarias y también para voluntarias, ¿qué intentas aportarles?

A los voluntarios y voluntarias, sobre todo, que traten de unir a la gente, que sean cercanos a los problemas de la persona beneficiaria, darles consejos y un acompañamiento para seguir adelante. Hay que poner mucha fuerza para intentar que la persona sea consciente de que se puede salvar, transmitirle ese optimismo.

Y con las personas usuarias siempre les digo a todos que las enfermedades un 50% son físicas y el otro 50% son psíquicas. En el momento en el que llegue la operación o la cirugía, entrar con optimismo ayuda un montón al médico. Esto lo sé porque lo he visto en los hospitales y es algo que cualquier médico sabe. La verdad es que muchas personas me echan de menos y me escriben, me transmiten que he sido importante para ellos. Tienen mi móvil y me escriben o me hablan para saber novedades.

«Es una experiencia que te marca  y tener a alguien cerca lo aprecian mucho.»

 

¿Cómo os ha afectado la pandemia de Covid-19 a ti a nivel personal y al proyecto?

Pues ha afectado de manera directa porque hemos tenido que suspender la actividad así que de momento estamos paralizados. A mí personalmente me ha afectado mucho el tema del virus, estoy sufriendo mucho porque me ha quitado toda la actividad que hacía, me ha frenado todos los proyectos… A una persona que le gusta tanto esto, como a mí, no puede quedarse parada ante una persona enferma. Mi obligación es darle alegría, tranquilidad y paz. Y en estos momentos tan difíciles se echa muchísimo de menos.

 

¿Qué te ha dado este voluntariado en Cruz Roja, qué significa para tui ser parte de la organización?

A mí me ha dado muchísimo Cruz Roja con el Piso, nuestra labor es estar en los malos momentos y tratar de que las personas los pasen lo mejor posible. He pasado muchas horas y la alegría y la calma que me han dado al alma estas personas es tremendo. Estar en la preparación para entrar al quirófano, estar con ellos cerca durante toda la espera…

No solo estoy como voluntaria en el piso he participado en campañas de recogida de alimentos como la de Kilos de solidaridad de Carrefour y siempre me han gustado mucho y me hacen sentir que pertenezco a algo muy grande y muy bonito como es Cruz Roja.

Es un proyecto que me parece muy bonito, y no necesariamente porque sea mi rama que esté relacionada con la enfermería. Lo más importante es saber que tú tienes una responsabilidad con esas personas y tienes que tener siempre la mejor actitud, amabilidad y cercanía. Tener una sensibilidad especial como la que tienen las compañeras y compañeros. Y por supuesto, no dejar nunca a nadie solo, esto es fundamental.

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