Lorenzo Caprile, uno de los más prestigiosos diseñadores de trajes y vestidos de boda de alta costura, se ha puesto el traje de faena y también nos ha mostrado su lado más solidario. El mediático diseñador y jurado del programa de televisión ‘Maestros de la costura’ se ha unido al equipo de la Unidad de Respuesta Social Básica de la asamblea local Madrid zona Oeste para ayudar con la compra y reparto de alimentos y productos de higiene a las familias más vulnerables en esta crisis sanitaria.  Caprile valora mucho la labor voluntaria que se está viviendo en este país y, por supuesto, la labor que está haciendo nuestra entidad durante esta pandemia. Como él mismo dice después de sus primera experiencia, «me ha encantado y quiero seguir colaborando muchos días más».

A la espera de seguir con su voluntariado hemos podido charlar un rato con él por teléfono, donde nos contó por qué decidió unirse al Plan Responde de Cruz Roja frente al coronavirus, y qué sentimientos y emociones le han despertado en esta primera experiencia.

Caritina Morales-Arce coordinadora de la asamblea con Lorenzo Caprile

 

¿Por qué elegiste hacer voluntariado con Cruz Roja?

Decidí colaborar con Cruz Roja porque ha sido la entidad que me ha dado más facilidades. Me enteré a través de la periodista Julia Otero, mostré mi predisposición al equipo de voluntariado y aquí estoy.

 

¿Qué se movió dentro de ti para animarte a dar el paso y aportar tu granito de arena como voluntario?

Con todo lo que está sucediendo, debido a que mi taller permanece cerrado y como máquina de coser no tengo donde vivo, no podía quedarme en casa de brazos cruzados. Por eso consideré adecuado dar un paso adelante y ofrecer mis brazos y mis piernas para ayudar en esta labor.

 

Cuando llegaste por primera vez a la sede de la asamblea local Madrid zona Oeste en la calle Doctor Santero y abriste la puerta, ¿Cómo percibiste Cruz Roja? ¿Qué primera impresión te llevaste?

Era como volver a casa porque me recibieron de una manera muy amable, como si me conocieran de toda la vida. Mi primera impresión fue una sensación de que lo tenían todo perfectamente organizado ya que todo el mundo sabía lo que tenía que hacer. Enseguida me dijeron cual era mi labor y de qué manera podía ayudar. Se agradece ver que, en momentos como este, existe una gran eficacia en la organización.

 

«Mi primera impresión al entrar en Cruz Roja fue una sensación de que lo tenían todo perfectamente organizado, ya que todo el mundo sabía lo que tenía que hacer.»

 

Cuando sales a la calle a llevar estos alimentos y productos de primera necesidad, llamas a las puertas de los hogares de estas familias, te abren y ven el chaleco rojo de Cruz Roja, ¿Qué os dicen?

Sobre todo, agradecimiento. Pero me sorprendió que hubiese familias que, aunque fueran casos de extrema necesidad, te preguntaban cómo podían ayudar y cómo podían ser voluntarios. Estas situaciones te emocionan y te hacen reflexionar sobre que, a veces, nos quejamos por cosas que no merecen tanta preocupación, y que no nos damos cuenta de todo lo que tenemos y de lo privilegiados que somos. Si esta cuarentena sirve para darnos cuenta de estas cosas, bienvenida sea.

 

Javi Castillejo, campeón del ,mundo de boxeo y voluntario de Cruz Roja en Parla, nos decía en una entrevista reciente que la sonrisa que veía en las personas a las que llevaba alimentos no era una sonrisa común sino que era especial, un gran gesto de agradecimiento. A ti, ¿qué se te pasaba por la cabeza cuando hacías esta entrega de alimentos y productos básicos de higiene?

Pues que no nos hace falta irnos a ningún país en vías de desarrollo para poder ver situaciones muy dolorosas, porque están aquí al lado. El problema es que no las vemos o no las queremos ver. Para mi fue una cura de humildad muy importante.

 

En una entrevista reciente  leíamos que decías que si esta situación se prolongaba mucho ibas a pedir permiso para montar un taller de campaña en donde vives. ¿Lo has podido iniciar ya?

Hay muchas iniciativas maravillosas para generar material sanitario, pero no es tan fácil hacerlo para uso hospitalario ya que tanto los materiales como los procesos requieren de una homologación y unos requisitos estrictos. Estamos en ello pero claro, no es fácil.

Para uso doméstico, todas las iniciativas que me están llegando son increíbles y doy las gracias por ello, porque siempre es mejor llevar algo puesto que nada. Ayer, cuando fui con Cruz Roja a hacer la compra al supermercado para llevarle los alimentos a los hogares de las familias pude ver, en primera persona, como la creatividad no tiene límites para fabricarse material casero de protección.

El tema de la seguridad es muy importante y no debemos olvidarlo. Por ejemplo, yo me postulé como voluntario en una iniciativa de la cadena de hoteles NH para poder cocinar en el hospital de campaña que han montado en el edificio Eurobuildings pero claro, me dijeron que las medidas de control son máximas porque son comidas que llegan a los hospitales y a las residencias, lo cual tiene toda la lógica. Hay un refrán muy castellano que hay que tenerlo muy presente, ‘Por la caridad entra la peste’ y, a veces, por querer hacer el bien, sin darnos cuenta, cometemos un acto de irresponsabilidad. No debemos de olvidar que esto es una emergencia sanitaria y que cualquier medida es poca.

En Cruz Roja, desde el primer momento, fueron muy rigurosos con la seguridad. Me entregaron mi mascarilla, dos pares de guantes y estábamos usando los geles cada dos por tres, antes, durante y después de realizar la entrega de alimentos.

 

Lorenzo Caprile con un compañero en la sede de local Madrid zona Oeste

 

Lorenzo, después de tu primera experiencia, ¿animarías a otras personas a hacer voluntariado?

Por supuesto. Pero también digo que lo importante es ser voluntario ahora y siempre. Yo quiero felicitar a todos los voluntarios que lo son y lo han sido en momentos de vacas flacas y que lo han hecho de manera magnífica, por eso espero que esta solidaridad se prolongue más allá de esta crisis sanitaria.

¡Yo quiero hacer mucho más y estar muchos más días ayudando!

 

¿Qué aprendizaje nos va dejar toda esta crisis que nos ha golpeado tan de repente? 

Creo que el ser humano se cree invencible en muchos momentos, y se ha demostrado que un bichito insignificante ha sido capaz de tumbar a todo un planeta. Esta pandemia no mira ni sexos, ni culturas ni nada de nada. La moraleja es que por mucho que queramos, por muchos avances, por mucha globalización y mucha tecnología que tengamos, hay cosas que el ser humano no puede ni podrá controlar jamás.

 

¿Qué mensaje de optimismo podemos lanzar en estos momentos?

Que vamos a salir de esta, que lo tengo clarísimo. Y que sigamos confinados en casa atendiendo a las medidas que nos dictaminan, porque el otro día, cuando salí con Cruz Roja a hacer mi voluntariado, me llamó la atención la cantidad de gente que había por la calle. Yo vivo en un hotel y he salido dos veces en todo este confinamiento para hacer la compra e ir a la farmacia y, cuando salí el lunes, me sorprendió ver a tanta gente, así que, por favor, que nos quedemos todos en casa. Y cuando las medidas sean más flexibles, que por favor, dejen salir a los niños y niñas a la calle, porque lo necesitan y seguro que  será una medida que podrá aliviar esta situación.

 

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