En 2015, la ONU aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, una oportunidad para que los países y sus sociedades emprendan un nuevo camino con el que mejorar la vida de todos, sin dejar a nadie atrás. La Agenda cuenta con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, que incluyen desde la eliminación de la pobreza hasta el combate al cambio climático, la educación, la igualdad de la mujer, la defensa del medio ambiente o el diseño de nuestras ciudades.
Desde Cruz Roja creemos que la comunicación es básica en la consecución de estos ODS y por ello hemos lanzado para este año 2023 la campaña «Transforma nuestro mundo. Comunícate«, donde cada mes nos centraremos en uno o varios Objetivos de Desarrollo Sostenible y publicaremos entrevistas para dar a conocer y concienciar sobre cómo las respuestas que ofrece Cruz Roja y las acciones que desarrollamos en nuestro día a día contribuyen a su consecución.
En el mes de enero los ODS protagonistas han sido el ODS 1, Fin de la pobreza; ODS2, Hambre cero y el ODS10, Reducción de las desigualdades, de los que hablaremos a continuación. Para tratar sobre cómo trabajamos desde Cruz Roja para contribuir a la consecución de estos tres objetivos hemos hablado con David de Miguel, director autonómico de Inclusión Social y Empleo.
¿Qué hace Cruz Roja para contribuir a la consecución de los ODS 1, 2 y 10?
Cada actuación de las áreas de Inclusión Social y Empleo van vinculadas a estos tres ODS. Cuando hablamos de fin de la pobreza, hablamos de personas que están en una situación de pobreza por falta de ingresos económicos o porque no tienen capacidades o competencias para hacer una participación activa económica y social. El tratamiento que nosotros desarrollamos a través de las diferentes respuestas que tiene la organización es desarrollar itinerarios para que ellos/as sean capaces de, de una manera autónoma, pasar de ese estado de pobreza o desigualdad social a mejorar su calidad de vida. A través de empleo, por ejemplo, los participantes pueden encontrar empleo y generar ingresos y, además, participar en la vida social y económica relacionándose con otras personas, mejorando su formación y construyendo un camino donde pasan de una situación económica mala a una situación más favorable.
Otra de las respuestas es a través de la Inclusión Social, de acompañar a las personas a recibir esos derechos que todos tenemos. Podemos hablar, por ejemplo, de como muchas personas participantes no conocen instrumentos como el IMBV porque no les llega esa información. Nosotros podemos informarles, orientarles y asistirles para que puedan acceder a esa prestación y, por lo tanto, reducir esos términos de pobreza. Muchas personas podrían tener un ingreso mínimo con el que poder comer todos los días, participar en la vida social etc. y poder hacer un camino hacia el acceso al empleo.
Otra respuesta que ofrecemos es con los niños y niñas a través de la educación, como conseguir que el ascenso social siga funcionando y que esos/as chicos/as tengan espacios educativos, se formen más y consigan unos niveles educativos más altos para poder salir de esa situación de exclusión social. Creo que son elementos bastante claves.
Cuando hablamos de reducir el hambre podemos vincularlo a la entrega de alimentos que desarrollamos, pero nosotros lo entendemos como un complemento para poder desarrollar la parte de reducir la pobreza. Reducimos esa parte del hambre a través del programa FEAD, de las ayudas económicas de alimentación que damos, y esto colabora en que las personas puedan estar más sostenidas, pero nuestro fin último es trabajar con las personas para que consigan su integración. Esto también conlleva a reducir la desigualdad. Nosotros entendemos que, cuantas más personas mejoren sus condiciones de vida, menos desigualdad social habrá. Ese es otro de los retos que tenemos.
De cara a 2023, desde el área de Inclusión Social, ¿qué proyectos o respuestas nuevas se están implementando, o cuáles van a continuar, para favorecer la consecución de estos ODS?
Para este año hemos puesto en marcha el aumento de los Centros de Día Infantil a través de la financiación de Corresponsables, lo que genera unos elementos de apoyo a las familias que va a condicionar que puedan continuar sus itinerarios sociales y laborales. El acceso al empleo de la población más vulnerable muchas veces pasa por trabajos no cualificados y en esos casos, en muchas ocasiones, hay mucha dificultad de conciliar la vida familiar y laboral.
Sabemos que la mayoría de personas que atendemos en Cruz Roja son mujeres, en torno a un 60%, y eso nos va a dar indicadores de que tenemos que dar esas repuestas de conciliación para que las mujeres puedan acceder a un empleo de mayor calidad. Es una respuesta que, en este caso, confluye en temas de empleo, por la conciliación de vida familiar y laboral, en temas de inclusión social, de permitir que puedan participar socialmente, y también en procesos educativos con los/as jóvenes, con los que podemos mejorar las competencias y reducir ese proceso circular que hay de la pobreza para que puedan dar un salto cualitativo en la siguiente generación.
A nivel personal, como ciudadano del mundo, ¿qué acciones individuales podemos hacer en nuestro día a día para contribuir a la consecución estos ODS?
Una parte importante es la capacidad solidaria y voluntaria, que podamos aportar nuestros granitos de arena como hacemos en Cruz Roja, donde nuestros/as voluntarios/as participan activamente de esos 3 ODS apoyando a las personas desde la entrega de alimentos, el proceso de incorporación o los/as voluntarios/as que ayudan a conciliar la vida familiar y laboral. Tenemos que preguntarnos qué hacemos como socio/a, voluntario/a, donante etc. para poder contribuir.
También tenemos que pensar en cómo es nuestra mirada. Cómo es nuestra mirada como ciudadanos hacia las personas que lo están pasando mal, qué podemos aportar y en qué decidimos dedicar nuestro dinero, tiempo y recursos para poder apoyar estos tres ODS. Cómo hacemos desde Cruz Roja para sensibilizar a la población en general de que esas situaciones pasan, que hay gente que es muy vulnerable. Alrededor del 20% de la población está en situación de pobreza y de exclusión social y necesitan recursos y medios para poder aportar valor a la sociedad. Yo creo que cada uno, con su granito de arena, puede apoyar. Muchas veces tenemos personas a nuestro alrededor que lo están pasando mal, como vecinos/as o amigos/as, y podemos ayudarles.
Desde esta campaña “Transforma nuestro mundo. Comunícate” queremos que la población destinataria de nuestra comunicación conozca cuáles son los ODS, concienciar de cómo todas las respuestas que ofrece Cruz Roja y las acciones que desarrollamos en nuestro día a día contribuyen a esa consecución. ¿Cómo de importante es que tengamos en cuenta los ODS en organizaciones como Cruz Roja para seguir concienciando y distribuyendo el mensaje global de la Agenda 2030?
Los ODS ponen de manifiesto las necesidades que tiene el mundo para que nosotros/as podamos mejorarlo. Hacer referencia a lo que hace la entidad es lo más importante. Lo importante no es tanto sensibilizar para conocer los ODS, que también, sino qué hace la institución para generar respuestas a la sociedad para contribuir en esos ODS a través del voluntariado, de las donaciones y del trabajo efectivo que hacemos todos los días en la organización.
Los tres primeros ODS que tratamos en esta campaña son:
- ODS 1, Fin de la pobreza: A nivel mundial, el número de personas que viven en situación de extrema pobreza disminuyó desde un 36% en 1990 hasta un 10% en 2015. No obstante, el ritmo al que se produce este cambio está disminuyendo, y la crisis de la COVID-19 pone en riesgo décadas de progreso en la lucha contra la pobreza. Una nueva investigación publicada por el Instituto Mundial de Investigaciones de Economía del Desarrollo de la Universidad de las Naciones Unidas advierte de que las consecuencias económicas de la pandemia mundial podrían incrementar la pobreza en todo el mundo hasta llegar a afectar a 500 millones de personas más. A día de hoy, más de 700 millones de personas siguen viviendo en condiciones de pobreza extrema en todo el mundo. En 2021, 4,8 millones de personas en España ya vivían en situación de pobreza severa (1,4 millones más que en 2008).
- ODS2, Hambre cero: Tras décadas de una disminución constante, el número de personas que padecen hambre (medido por la prevalencia de desnutrición) comenzó a aumentar lentamente de nuevo en 2015. Las estimaciones actuales indican que cerca de 690 millones de personas en el mundo padecen hambre, es decir, el 8,9 por ciento de la población mundial, lo que supone un aumento de unos 10 millones de personas en un año y de unos 60 millones en cinco años. Si continúan las tendencias recientes, el número de personas afectadas por el hambre superará los 840 millones de personas para 2030. Más de 6 millones de españoles sufren pobreza alimentaria por falta de recursos.
- ODS10, Reducción de la desigualdad: La desigualdad dentro de los países y entre estos es un continuo motivo de preocupación. A pesar de la existencia de algunos indicios positivos hacia la reducción de la desigualdad en algunas dimensiones, como la reducción de la desigualdad de ingresos en algunos países y el estatus comercial preferente que beneficia a los países de bajos ingresos, la desigualdad aún continúa. La COVID-19 ha intensificado las desigualdades existentes y ha afectado más que nadie a los pobres y las comunidades más vulnerables. Ha sacado a la luz las desigualdades económicas y las frágiles redes de seguridad social que hacen que las comunidades vulnerables tengan que sufrir las consecuencias de la crisis. España es el país más desigual de Europa occidental. El 20% más rico concentra en nuestro país más de la mitad de las rentas de capital y más del 43% de las rentas del trabajo asalariado.
Para fomentar la reflexión individual de nuestras acciones personales, os invitamos a responder a este cuestionario sobre los ODS 1, 2 y 10.
