Ayer, con motivo del Día Mundial de las Personas Refugiadas, te recordábamos la situación que muchas personas están actualmente sufriendo al buscar refugio en la Unión Europea, siendo rechazadas en las fronteras, en ocasiones, sin tener en cuenta su situación, ni la necesidad de garantizar su seguridad y protección, en oposición directa a uno de los principios fundamentales de la Convención sobre Refugiados de 1951.
A este respecto hoy publicamos un emocionante poema que Manuel Rodríguez Ibáñez (voluntario en la Asamblea del Corredor del Henares Sur) ha escrito sobre la dura situación que muchas personas inmigrantes sufren durante su travesía hasta nuestras costas.
‘Dos Mundos’
Amanece en la bahía
más oculta del estrecho.
Después de mil tropelías,
un puñado de valientes
beberán por fin la hiel
de la osada travesía.
En una barcaza oscura
cubiertos de miedo negro,
se apiñan cuerpo con cuerpo
y comienzan su aventura.
Navegan hacia la nada
con la carne entumecida
y empapadas las entrañas.
¿Sabe alguien quiénes son?,
¿Por qué no tienen derechos?.
¡Otra caterva!, da igual,
son desgraciados sin rumbo
ni puerto donde atracar.
Qué bien se vive en el limbo
sin mirar hacia el infierno,
para no ver a los hombres
que sufren en el silencio.
«¿Y dices que el bienestar,
te lo robamos nosotros?,
¡Tú sabrás porque te arriesgas!,
no nos culpes de tus males,
nos robas nuestro trabajo
o mendigas por las calles.
Me provoca tu osadía,
me revela tu inconsciencia.
Si huyes de tu pobreza,
no te acerques a mi casa.
Sufre en silencio, no grites,
no me molestes…, ¡Aguanta!».
«Escúchame hermano mío.
Ambos nacimos iguales
del vientre de dos mujeres,
en diferentes lugares.
Nos separa la fortuna
en un mundo sin conciencia.
Yo, malvivo mi castigo
tú, disfrutas tu riqueza.
No me empujes a la hoguera
ni me injuries, buen amigo.
Si quieres ver lo que sufro
ven, y quémate conmigo».
Manuel Rodríguez Ibáñez
Voluntario de CRE
Torrejón de Ardoz