María Procopio hizo lo que muchos pensamos cuando pudimos estudiar una beca Erasmus, quedarnos en aquel país que descubrimos con nuestra mirada de estudiante. Para María, ese sueño se ha convertido en realidad y tras su beca Erasmus, esta joven italiana ha compartido junto con nosotras y nosotros 9 meses de beca donde, como ella misma reconoce, le han servido para crecer tanto a nivel personal y laboral.
Madura, decidida y muy sonriente, María nos cuenta su experiencia en el área de Servicios Generales de la oficina provincial de Cruz Roja en la Comunidad de Madrid.
¿Quién es María y cuál ha sido tu función en Cruz Roja?
Yo estudié la carrera de derecho empresarial en Italia y luego me vine a España para hacer una beca Erasmus en Zaragoza. Cuando estaba en Zaragoza me di cuenta de que España me gustaba mucho y, cuando acabé la carrera, me volví de nuevo a España para estudiar un máster de Administración y Dirección de empresas. A raíz de este máster busqué hacer prácticas en una entidad y surgió la oportunidad de hacerlo aquí, en el departamento de Compras de Servicios Generales, y acepté.
Mi labor en el área de compras ha sido ayudar con la administración del área de mantenimiento. Esta experiencia me ha servido para crecer mucho tanto a nivel personal como laboral.
¿Qué te llevas de estos 9 meses a nuestro lado? ¿Qué has aprendido en Cruz Roja?
Que las personas están por encima de cualquier cosa. Por ello, tengo que dar las gracias a todas y a todos mis compañeros y, en especial, a Santi y a Sergio, que en todo momento me han apoyado. Cuando llegué tenía un poquito de miedo al ser mi primer trabajo en España, en un país que no es el mío y en una institución como Cruz Roja. Sentía mucha responsabilidad en aquel momento.
Lo que me llevo son las personas y en cómo me han hecho sentir en todo momento. Si Miro a la María de marzo y a la de ahora, me siento diferente, me siento mucho más fuerte.
¿Qué diferencias has encontrado de trabajar en Italia y hacerlo en España?
Si comparo mi experiencia laboral en Italia, en un bufete de abogados, con mi experiencia laboral en Cruz Roja, se me hace difícil. En el bufete todo era más serio y formal. Por ejemplo, en las reuniones, tu te das la mano y ya está al saludar. Cuando llegué aquí, me sentía rara cuando iba a dar la mano para presentarme y la gente me daba besos -Se ríe María.- En Cruz Roja yo me he sentido desde el primer momento parte de una familia, que me valoraban como persona y esto se tiene más en cuenta. En Italia, yo tenía la sensación de que se miraba más a los números.
¿Qué huella dejas? ¿Qué has intentado aportar a tu paso por Cruz Roja?
Todas las palabras que me invento en español- Se ríe María-. Intenté dar una organización a toda la documentación que me encargaban y, junto con mi compañera Paloma, creo que que hemos hecho un buen trabajo en la organización de listados, contratos, etc.
¿Qué significa para ti pertenecer a Cruz Roja?
Para mi significa ser parte de algo muy grande. Y no solo la parte bonita de poder ayudar a la gente, sino también la responsabilidad de hacerlo. Por lo tanto, ser parte de Cruz Roja es ser parte de algo muy bueno pero que también tienes que ser consciente de la entidad donde estás.
¿Qué mensaje quieres dejar a tus compañeros y compañeras y a la familia de Cruz Roja?
A mi departamento, Compras y Mantenimiento quiero darles las gracias por todo lo que han hecho por mi y en la manera en que me han ayudado. Nunca me he sentido sola y siempre me he sentido respaldada.
«Recomendaría hacer una beca en Cruz Roja. Es algo diferente.»
¿De cara al futuro qué tienes pensado?
Quiero seguir en la parte de Administración y quizás enfocada más al mundo financiero. Estoy lista para el próximo reto y me siento más fuerte y con más actitud.
Desde Cruz Roja te deseamos lo mejor y esperamos que tengas mucha suerte en tu nueva aventura en España. ¡In bocca al lupo, María!
